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El rector Morcillo denuncia el riesgo de exclusión social por la subida de tasas

Un centenar de alumnos protesta por la subida de tasas y pide la dimisión de la consejera El director de Universidades dice que el incremento se hizo por "responsabilidad, no por ganas"

Foto: atlas | Vídeo: Carles Francesc / Atlas

El clima de contestación social que vive la universidad pública española, en general, se ha trasladado este viernes a la apertura institucional de curso en la Universitat de València. En medio de fuertes medidas de seguridad, un centenar de alumnos y profesores —que habían protagonizado sentadas y pitadas en las puertas de la sede antigua de La Nau— ha logrado entrar e interrumpir durante un cuarto de hora la ceremonia, en la que el rector Esteban Morcillo alertó del peligro que conlleva la “sustancial” subida de tasas del 20%. Morcillo ha reafirmado su rechazo, en sintonía con lo expresado por la Conferencia de Rectores de Universidades Españolas, y avisa de que el incremento de matrícula genera “riesgos potenciales de exclusión de los estudios universitarios y tampoco supondrá una mejora del financiamiento del sistema universitario”.

El decreto Wert, aprobado por el Gobierno de Rajoy en diciembre de 2012, impuso a las comunidades autónomas recortes de 3.000 millones de euros en educación y condiciones draconianas a los rectores al congelar la contratación de personal investigador y docente y ordenar una subida de tasas de entre el 15% y el 25%. La Generalitat optó por la banda medio alta y ayer, por boca de su director General de Universidades, José Miguel Saval, reconoció que se hizo “por responsabilidad”, pero “sin ganas de hacerlo”.

La toma del Paraninfo, casi al inicio del acto, fue seguida de una acalorada discusión con los estudiantes, en la que el rector les afeó la conducta y el hecho de que no hubieran solicitado en tiempo y forma su participación.

Tras el breve forcejeo verbal, en el que los estudiantes conminaron al rector a la “insumisión o dimisión”, una representante de los sindicatos estudiantiles leyó el Manifiesto en Defensa de la Universidad Pública. Acto seguido, salieron sin provocar mayores incidentes, al grito de: “Somos estudiantes, no clientes”.

El rector le señala al director

En un discurso cargado de tinta, el rector se dirigió al director general y señaló: “Habrá podido observar el descontento de la comunidad universitaria. Es una muestra más del rechazo que la Universitat de València, y las demás, han expresado ya”.

“Las universidades públicas padecemos ajustes presupuestarios acumulados durante los últimos años, que ahogan nuestras actividades en todos los ámbitos —implantación de nuevos títulos de demanda social, investigación, mantenimiento de infraestructuras docentes— y esta circunstancia ya está teniendo consecuencias. Y las tendrá aún mayores, si no somos capaces de revertir este proceso”, advirtió ayer el rector de la Universitat de València, Esteban Morcillo.

Morcillo recordó los sucesivos recortes del Gobierno central en dos legislaturas en materia laboral y salarial (al 5% del anterior equipo socialista se suma ahora la supresión de la paga extra de Navidad, que supone un 7% del salario medio) y subrayó la respuesta “institucional” de la universidad y la “responsabilidad” de los rectores en medio de la actual crisis económica.

No obstante, insistió en que los acuerdos de 2008 con el Consell, para fraccionar la deuda de más de 800 millones reconocida por la Generalitat al conjunto de las cinco universidades públicas, les han obligado a “asumir importantes costes financieros y tensiones de tesorería muy difíciles de continuar encajando”.

En este contexto de recortes, pero a la vez de internacionalización de la universidad española en general y, en particular, de la de Valencia con 2.000 estudiantes extranjeros nuevos que llegan este curso 2012-2013, el rector Morcillo abogó por mantener el programa de campus de excelencia, que el Gobierno de Rajoy ha paralizado.

El rector pide que se mantengan los campus de excelencia

“Esta es una estrategia seguida por los principales Gobiernos europeos, especialmente el de Alemania y el de Francia, con importantes dotaciones económicas”, incidió el rector, en oposición la “exigua financiación” española.

Mantener los programas de internacionalización de los campus es, pues, un “ejercicio de coherencia”, remató, no sin antes recordar que el Instituto de Física Corpuscular (IFC), de la Universitat y el CSIC, ocupa el lugar 70º en el ranking mundial de excelencia científica. La lección magistral corrió a cargo del catedrático de Física Teórica José Bernabéu Alberola.

La intervención en favor del “diálogo” del director de Universidades, José Miguel Saval, logró rebajar la tensión producida en los primeros minutos del acto institucional durante las protestas de los estudiantes, al dibujar algunos gestos de “autocrítica”.

Saval reconoció que es difícil explicar la subida de tasas y la “racionalización” de recursos operada desde la Generalitat con la subida de la matrícula en una autonomía con una alta tasa de paro, donde el 70% de desempleados no tiene cualificación y el 50% de los jóvenes de entre 18 y 24 años no ha terminado la enseñanza secundaria obligatoria.

“Autocrítica, absolutamente toda. Errores, muchos. Pero no intencionalidad de hacer daño a la Universidad”, porque es de “las pocas cosas que posibilitarán salir antes de la crisis”.

“Autocrítica, absolutamente toda. Errores, muchos. Pero no intencionalidad de hacer daño a la Universidad”

Saval aseguró que el Gobierno de Alberto Fabra es “muy consciente de las dificultades de las familias” en esta crisis. Pero defendió que “uno de cada tres alumnos de los 145.000 estudiantes de las cinco universidades públicas estudian con beca” en la Comunidad Valenciana.

Tampoco eludió el tema del “tan cacareado mapa de titulaciones”, en referencia implícita a la propuesta del presidente de pactar un nuevo mapa que evite duplicidades y se mejore la empleabilidad de los egresados.

En una comunidad donde cada presidente de la Generalitat ha inaugurado una universidad bajo su mandato, duplicando la oferta formativa, Saval asumió que en la última década “el Gobierno ha autorizado y colocado titulaciones a dos palmos de distancia”, que han dejado un reguero de clases vacías con menos de 50 alumnos y a veces hasta menos de 10. “No se trata de hacer revisionismo”, dijo el director general, “sino de asumir errores cometidos desde el Gobierno”.

Es la primera vez que un alto cargo —ante la ausencia flagrante de la consejera de Educación, María José Català— habló sin papeles, sin discurso preparado y entonando el mea culpa.

Finalmente, Saval asumió que las universidades han padecido un recorte presupuestario del 3,5% en 2012. Pero añadió que los ingresos de la Generalitat se han recortado en un 45%. En este contexto, animó a “trabajar conjuntamente” con los rectores en el nuevo mapa de titulaciones de Fabra.

Morcillo dejó claro que diálogo sí, pero insistió en “el profundo malestar que han generado en la comunidad universitaria las medidas para salir de la crisis económica, que ponen en peligro el modelo de universidad pública construido a lo largo de la democracia”.

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