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Las protestas contra los recortes protagonizan otro acto académico

El presidente invoca el diálogo y replica que los manifestantes "mancillan" la institución

Grupos de manifestantes reciben al presidente de la Generalitat con gritos y abucheos en la apertura oficial del curso académico en la Universidad Miguel Hernández de Elche.Vídeo: PEPE OLIVARES

Cada acto público del presidente de la Generalitat empieza a ser un suplicio. Alberto Fabra es recibido con pitos, abucheos y protestas contra los recortes sociales y educativos. Ocurrió la semana pasada en la Universitat Jaume I de Castellón, donde le lanzaron huevos, y este jueves en el campus de Elche esquivó a un centenar de alumnos y profesores que esperaban a la comitiva oficial. Fabra se refirió a ellos en el discurso oficial y les acusó de “mancillar” la Universidad.

Fabra y sus consejeros de la Generalitat limitan al máximo sus actos públicos, y más en territorio hostil, como son los centros educativos. De hecho, la consejera de Educación, María José Català, no tiene previsto ir ni al acto de apertura de curso de la Universitat de València, que se celebra hoy viernes, ni al de Alicante la próxima semana.

El edificio del rectorado de la Miguel Hernández amaneció este jueves literalmente blindado. Unas verjas de hierro cercaban todo el aparcamiento delantero, y los invitados y autoridades accedieron por una única puerta trasera bajo un escrupuloso control de seguridad. Media hora antes del inicio de la ceremonia empezaron a llegar grupos de jóvenes con pancartas. Pero no pudieron entrar por ningún sitio, y optaron por concentrarse, al otro lado de la valla, en la entrada del aparcamiento por donde en teoría debería llegar el coche oficial de Fabra. “Qué marrón, con tanta corrupción no habrá educación”, gritaban los manifestantes mientras esperaban. “Ni un euro para la privada, y menos para la concertada”, decían.

La Generalitat encarga un estudio sobre el desempleo universitario

El primer coche oficial que llegó fue el de la consejera de Educación, María José Català. Y la protesta sonora subió de tono. “Fabra cretino, trabaja de interino”, exclamaron. Unos minutos después el coche del presidente burló a los manifestantes al acceder por el otro lado del aparcamiento.

Los manifestantes se indignaron, y aprovechando el acceso de los fotógrafos de prensa, saltaron por encima de las verjas y corriendo se dirigieron a la puerta del rectorado. El presidente tuvo de acelerar el paso y entrar junto con el rector, Jesús Tadeo Pastor, y la alcaldesa de Elche, Mercedes Alonso. La policía cerró a cal y canto el edificio, y se vivieron algunos forcejeos entre los agentes de paisano y los manifestantes, que incluso llegaron a romper la cerradura de una de las puertas traseras intentando entrar. Unas esposas de la policía sirvieron de candado.

Superada la tensión por las protestas, el acto académico de apertura de curso en la Universidad Miguel Hernández se celebró con un murmullo de pitos y gritos procedentes de la calle.

El presidente de la Generalitat, no obstante, tuvo que hacer referencia a los manifestantes. Fabra recordó que en la Universidad la discrepancia se supera con el diálogo y “no con la confrontación, ni mucho menos con la violencia. Los que hacen eso mancillan este lugar, y se desacreditan ellos mismos”. El presidente habló de tolerancia y de respeto “ya que no concibo la Universidad de otra manera”.

La ceremonia de apertura de curso, a la que acudieron todos los rectores, no sirvió para abordar los problemas reales que sufren las universidades. Apenas se habló de financiación, ni de masificación de las aulas, ni del incremento de tasas.

El rector de Elche desplegó un discurso sobre la crisis económica financiera mundial, y europea para al final hacer una simple y tibia referencia al problema de financiación de las universidades, que cobran tarde y mal la transferencia para sus gastos. “Necesitamos un mínimo sosiego financiero”, dijo Jesús Tadeo Pastor, quien consideró que cuando “en España seamos capaces de crear un conglomerado de empresas basadas en el conocimiento universitario que generen riqueza se habrán resuelto en gran medida las reticencias para apostar por las universidades aumentando su financiación”.

Alberto Fabra, este jueves, en la apertura de curso en la Universidad Miguel Hernández de Elche.
Alberto Fabra, este jueves, en la apertura de curso en la Universidad Miguel Hernández de Elche.PEPE OLIVARES

Alberto Fabra también pasó de puntillas por el tema, y se limitó a pedir a los rectores que “estén a nuestro lado para hacer más por menos dinero, y trabajar en la cultura del esfuerzo”. Los discursos oficiales decepcionaron a parte del auditorio, que esperaba algo más que meras declaraciones de intenciones.

El presidente de la Generalitat solo acude al acto de apertura de curso de una de las cinco universidades valencianas, y cada año va rotando. En esta ocasión tocó el turno a la Miguel Hernández, la universidad más joven, que además cumple 15 años. Pero el escenario no es baladí. Esta Universidad la creó el PP con una fuerte polémica en su día por la segregación forzosa de centros y facultades de la Universidad de Alicante, y la oposición de todos los rectores. Y el desembarco de cargos públicos del PP ayer fue notable.

Jesús Rodríguez Marín, que se encargó de poner en marcha esta Universidad, recibió el título de doctor honorario y glosó su experiencia en aquellos inicios en los que “aprendimos más de los errores que de nuestros aciertos, pero se trabajó con pasión y esfuerzo”, recordó.

Escasas referencias en los discursos a los problemas de la Universidad

El presidente de la Generalitat intervino para cerrar la ceremonia, y destacó el valor que en crisis tiene “el capital humano” que se forma en las universidades públicas valencianas. Alberto Fabra admitió que pese a la “racionalización” de los gastos (evitó la palabra de recortes) este curso uno de cada tres universitarios no pagará tasas, ya que se ha multiplicado por ocho, hasta los 16 millones de euros, la ayuda prevista. Pero advirtió a los beneficiarios de estas becas que deben ser “responsables y aprender todo lo que esté a su alcance” para convertirse en “universitarios emprendedores”.

Fabra admitió que los jóvenes tienen dos problemas. Por un lado la búsqueda de un empleo, y por otro que cuando lo encuentran tiene poco o nada que ver con la formación académica que adquirieron. “Necesitamos soluciones urgentes”, dijo el presidente, quien anunció la elaboración de un Libro verde sobre la empleabilidad de los universitarios, que estará listo a finales de este curso, y servirá para detectar los desajustes entre la formación y la demanda del mercado laboral.

La Agència Valenciana d’Avaluació i Prospectiva se encargará de realizar un estudio del perfil del desempleo universitario y realizará encuestas entre alumnos y profesores. Los resultados que se obtengan servirán para diseñar el nuevo mapa de titulaciones universitarias y fijar los criterios de financiación.

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