Las cumbres del Guadarrama son por fin parque nacional
El Consejo de Ministros da luz verde al parque, de 34.000 hectáreas y el 15º de la red Se incorpora una novedad a la Ley de Parques: la declaración de estado de emergencia Ecologistas critica su límite irregular para evitar urbanizaciones
La red de Parques Nacionales crece. El Consejo de Ministros ha aprobado hoy el anteproyecto de ley de creación del Parque Nacional de las Cumbres de Guadarrama, entre Segovia y Madrid, según ha anunciado la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría. Es el decimoquinto espacio de la red de las joyas de la corona de la naturaleza y el quinto más grande. El parque llega con polémica, ya que el Gobierno ha aceptado todas las peticiones de Castilla y León y Madrid, con lo que deja fuera lugares relevantes y deja abierta la puerta a una ampliación de las estaciones de esquí existentes.
La presidenta de Madrid, Esperanza Aguirre, ha manifestado es "una noticia extraordinaria" por la que su Gobierno lleva "muchos años batallando", informa Europa Press. Por su parte, Santamaría ha explicado en la rueda de prensa que se incorpora una novedad, vía modificación de la Ley de Red de Parques Nacionales: por primera vez se contempla la "posibilidad de declarar el estado de emergencia" en un parque nacional en caso de catástrofe medioambiental. Con esta medida, que se toma tras los problemas denunciados en los incendios de Canarias, se pretende acabar con "las lagunas" o "carencias" de elementos de coordinación ante tragedias en estos espacios protegidos. La vicepresidenta ha recordado que esta declaración de parque nacional se retrotrae a reclamaciones de los años veinte: "Casi se ha esperado cien años, pero bien está lo que bien acaba".
En Guadarrama, el presidente del Organismo Autónomo Parques Nacionales podrá declarar el estado de emergencia en caso de catástrofe ambiental producida por un incendio forestal o cualquier otra causa de extraordinaria gravedad. Con ello se pretenden impedir daños irreparables en un parque nacional, siempre que no puedan evitarse mediante los mecanismos de coordinación ordinarios. La declaración implicará, entre otros, la movilización de medios humanos y/o materiales del propio Organismo Autónomo para colaborar con los de la comunidad afectada, y el mantenimiento de un intercambio de información constante entre el Parque Nacional y el Organismo Autónomo. Declarado el estado de emergencia se convocará, con carácter de urgencia, el Consejo de la Red de Parques Nacionales, que deberá informar de dicha actuación y, en su caso, adoptar el acuerdo de movilización de personal y medios materiales de otros parques.
Cuando Miguel Arias Cañete llegó al Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente admitió que conocía poco de esto último. Pronto anunció que poner en valor los parques nacionales sería una de sus prioridades. Aunque la gestión es autonómica —por una discutida sentencia del Constitucional de 2004—, es el ministerio quien coordina estos espacios y además es el Gobierno quien propone los de nueva creación mediante una ley. Guadarrama es el primer parque que se crea en cinco años, desde que en el año 2007 el Congreso aprobó el de Monfragüe (Cáceres). Su tramitación comenzó hace una década y ha sufrido todo tipo de retrasos y modificaciones. El anterior Ejecutivo no veía clara la propuesta, entre otras cosas porque los límites siguen un trazado sinuoso para evitar estaciones de esquí o incluso manantiales de agua embotellada. La designación como secretario de Estado de Medio Ambiente de Federico Ramos, procedente de la Comunidad de Madrid, garantizaba que desbloquearía el tema.
El parque engloba los tres espacios que en 1927 fueron declarados Sitios Naturales de Interés Nacional: La Pedriza del Manzanares; la Cumbre, Circo y Lagunas de Peñalara; y el Pinar de la Acebeda. El resultado es un espacio siempre por encima de 1.600 metros de altitud, con lo que no incluye muchas de las especies de fauna protegida. La propuesta que el Consejo de Ministros ha ratificado hoy, y que luego irá a consultas y posteriormente al Congreso, incluye una superficie final de 33.664 hectáreas, de las que 21.740 corresponden a Madrid y, el resto, a Castilla y León.
El 46% del parque son “matorrales supraforestales, pastizales de alta montaña, estepas leñosas de altura y cascajares” y el 29% son “pinares, sabinares y enebrales”. La propuesta señala que “los sistemas naturales singulares de origen glaciar y periglaciar presentes en la zona están en buenas condiciones y albergan la mayoría de las especies faunísticas propias de estos sistemas, principalmente mamíferos, y por su adaptación a estas condiciones ambientales extremas constituyen un mayor valor faunístico”.
El 6 de junio, cuando un tenso Consejo de la Red de Parques Nacionales aprobó la propuesta del ministerio, Arias Cañete aceptó la crítica de los ecologistas de que en la propuesta había un estrangulamiento inaceptable para un parque nacional. Se trata del entorno de las dos estaciones de esquí de Guadarrama y esta propuesta permitiría unirlas en el futuro. Entonces Cañete dijo que añadiría al parque otras 2.000 hectáreas del pinar de Valsaín, un monte emblemático que el ministerio gestiona en Segovia. Sin embargo, no ha quedado incluido en el texto final por la oposición de Castilla y León, según fuentes conocedoras de la tramitación. Sí pueden entrar como enmienda durante el proceso de tramitación parlamentaria.
La incorporación de Valsaín puede generar otro problema mayor, ya que se trata de un pinar modélico, explotado desde hace tres siglos para obtener madera de forma sostenible, e incorporar la mitad al parque nacional dividiría la gestión. Madrid también se opone a incluir El Pinar de los Belgas.
Ecologistas en Acción critica el diseño del parque al considerar que “la delimitación solo ha seguido criterios políticos, guiándose por la inclusión de suelo público y excluyendo casi totalmente el suelo de propiedad privada”. También resalta que “se incluyen zonas de escaso valor como los pinares de Navarredonda y sin embargo no se incluye la cuenca alta del Lozoya que alberga la mayor colonia de buitre negro de la Comunidad de Madrid”. Además, se permiten usos “incompatibles y no suficientemente justificados” como pruebas deportivas, entre los que cita la vuelta ciclista. Theo Oberhuber, de Ecologistas en Acción, destaca además que “en la gestión no va a estar el ministerio. Cada comunidad gestionará su parte y habrá un órgano de coordinación, pero habrá dos directores y dos guarderías. El ministerio debería estar, ya que tiene competencias de coordinación”.
En Picos de Europa, un parque entre Asturias, Castilla y León y Cantabria, hay dificultades de gestión entre las tres comunidades. Cabañeros y las Tablas de Daimiel (ambos en Castilla-La Mancha) aún no han sido transferidos. La sentencia que fijó la cesión de competencias en parques nacionales fue duramente criticada por los ecologistas —poco sospechosos de jacobinos—. En Estados federales como EE UU, los parques nacionales los gestiona el Gobierno federal. Arias Cañete ha pedido a los ecologistas apoyo para ir recuperando poco a poco competencias. Para ello prepara una nueva ley de parques.
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