Madrid sube el menú a 4,80 euros y abre la vía para cobrar por la tartera
Los consejos escolares deben fijar la ‘tasa tupper’, según la orden de Educación La orden fija precios especiales para familias con bajos ingresos y víctimas del terrorismo
Los alumnos que almuercen en el comedor escolar de los colegios públicos de Madrid pagarán un 3,5% más a partir de octubre. El precio sube hasta 4,80 euros diarios, según una de las dos órdenes publicadas este lunes por la Consejería de Educación. Una segunda orden establece nuevos criterios en la regulación de comedores colectivos, como permitir el uso de tarteras con comida de casa, algo que ya anunció la consejería.
Lo que no aclara es cuánto pagarán los menores. Educación señala que son los consejos escolares los que deben fijar esa tarifa. Tampoco avanza novedades sobre la última idea anunciada por la presidenta Esperanza Aguirre a finales de agosto: que los profesores vigilen a los alumnos en las horas de recreo del comedor.
La orden de tarifas establece menús reducidos en cuatro supuestos, una particularidad que no existía en la orden del curso pasado, pero que ya estaba contemplada entonces, según un portavoz de la consejería. Los beneficiarios de la renta mínima de inserción pagarán 1,20 euros al día. Las víctimas del terrorismo, los alumnos en acogimiento familiar y aquellos con la renta per cápita familiar inferior a 2.450 euros (que significaría unos ingresos totales de 7.350 euros anuales para una pareja con un hijo o 9.800 con dos) pagarán 3,40 euros.
“Los alumnos podrán hacer uso del servicio de comedor llevando la comida elaborada en su casa”, señala el documento de Educación, que añade que las condiciones y características para la organización y uso de ese servicio la deberán fijar los consejos escolares (formadas por dirección, docentes y padres). Madrid rehúsa así establecer una horquilla de precios o tarifas fijas, como han hecho Cataluña o Valencia.
Aguirre explicó en una comparecencia reciente que la mitad del precio del menú se destina a la comida y el resto a vigilancia, elaboración y otras cuestiones. Las declaraciones de la presidenta levantaron un gran revuelo entre algunos de los sindicatos más representativos de enseñanza (CC OO y UGT) al reclamar que sean los profesores quienes vigilen a los menores en las horas del comedor, en la pausa entre el horario de la mañana y de la tarde.
Según las centrales, hace más de 30 años que no se ocupan de estas labores (que excluirían la vigilancia durante el momento de la comida, según ha aclarado Educación). Añaden que tendrían que considerarse horas complementarias y restarlas a labores como entrevistas con los padres, asistencias a reuniones, perfeccionamiento e investigación, entre otras. La mayoría de las empresas de cáterin ofrecen además un servicio de monitores para los niños que, según la Comunidad, repercute en el precio, aunque no ha aclarado cuánto.
Las nuevas directrices de Educación contemplan además pagar en tres plazos a los colegios por la diferencia entre el precio general del menú y el coste de los reducidos, un extremo que tampoco estaba reflejado en la orden previa de 2002 pero que sí recogían otras, según el citado portavoz. Habrá un primer abono del 55% “con carácter de anticipo”, según la orden, “a lo largo del primer trimestre escolar”, un segundo pago en el segundo trimestre hasta “un máximo del 90%” y el 10% restante, en el tercero.
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