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El septiembre más caro

La subida del IVA y del agua amenazan con hacer repuntar la inflación más de un punto La Administración ajusta el alza de tarifas en el transporte público tras la fuerte subida de enero

Los catalanes se enfrentarán al otoño más duro de los últimos años. A la tasa de paro más alta en lustros y una economía que no levanta cabeza tendrán que añadir un nuevo encarecimiento de la vida. La subida generalizada del IVA que se estrenará en septiembre irá acompañada de nuevos incrementos tarifarios aprobados por el Gobierno de la Generalitat, entre los que destacará el incremento de la factura del agua. Además, las empresas del sector esperan con temor la aplicación a partir de noviembre de la tasa turística, que gravará cada noche que pase un turista en Cataluña.

“Será un regreso de las vacaciones caliente”, señala Jordi Giró, el presidente de la Confederación de Asociaciones de Vecinos de Cataluña. El responsable del servicio de estudios de la Cámara de Comercio de Barcelona, Joan Ramon Rovira, también advierte de que será un “otoño complicado” por el incremento de los precios, que tendrá efectos directos sobre el repunte de la inflación, cuando el poder adquisitivo de muchas familias se encuentra en mínimos. Las nuevas tasas autonómicas reforzarán, además, el diferencial histórico de inflación que afecta a Cataluña, donde el índice de precios al consumo (IPC) acostumbra a situarse por encima de la media española.

“Yo creo que el IPC podría subir durante el próximo año entre uno y dos puntos”, señala Rovira. Sus cálculos se basan en la subida del IVA que se produjo hace dos años. Un estudio del Instituto Nacional de Estadística calculó entonces que el impacto sobre el IPC fue de medio punto, pero el economista calcula que ahora el efecto será muy superior, porque el alza es mayor —el tipo general pasa del 18% al 21%— y porque la crisis ha contraído la economía catalana, lo que amplificará los efectos. De hecho, cree que las empresas que puedan intentarán asumir ese coste para no lastimar más un consumo que se ha deteriorado en los últimos años.

Las tarifas del Bicing se situarán por encima de los 45 euros al mes

Las que no absorberán esa alza serán las Administraciones, que dejarán sentir el repunte del IVA sobre todo en el transporte público, cuyas tarifas ya subieron a principios de año muy por encima de la inflación (la tarjeta de 10 viajes llegó a subir el 12%). Ahora, la Autoridad del Transporte Metropolitano se ha limitado a aplicar el repunte de dos puntos impuesto por el Gobierno para el tipo reducido del IVA, que pasará del 8% al 10%. Un alza similar sufrirán los abonos de Renfe.

No será el caso del servicio público de bicicletas Bicing, que depende del Ayuntamiento de Barcelona. El IVA que se aplicará a este sistema de transporte considerado público, y al que están abonadas 120.000 personas, es el general (21%), por lo que sus tarifas se situarán por encima de los 45 euros, continuando también con un incremento de tarifas más fuerte de lo habitual y que ya se produjo a principios de año.

Los conductores, apretados ya por la subida del carburante, tendrán que rascarse más los bolsillos cuando cojan las autopistas de peaje, que comunicarán durante los próximos días cómo aplican el nuevo IVA.

Así, el recorrido entre Barcelona y Tarragona por la AP-7, que hasta el momento suponía un dispendio de 8,6 euros, podría encarecerse en 25 céntimos si la subida se limita a los tres puntos de incremento del IVA. Mientras, el peaje más caro de Cataluña, el del túnel del Cadí, pasará de costar 12,26 euros a 12,6.

El 29 de julio pasado ya se encarecieron los peajes de las autopistas que gestiona el Gobierno central. El Ejecutivo de Mariano Rajoy retiró la bonificación del 7% que tenían las empresas concesionarias para compensar la bajada de ingresos derivada de la reducción de las tarifas de los peajes. De forma automática, las concesionarias decidieron elevar sus tarifas para compensar la pérdida de esos recursos que financiaban las Administraciones.

El Gobierno catalán ha descartado de momento suprimir las bonificaciones que ofrece en las autopistas de pago de su titularidad, a pesar de que el consejero de Territorio de la Generalitat, Lluís Recoder, había amenazado con hacerlo en septiembre ante el impago de Madrid.

El PSC ya pidió a principios de agosto que esta subida del IVA no la pagaran los conductores, pues, considera, que las concesionarias tienen beneficios suficientes para poder absorber el aumento del 3%.

Los conductores tendrán que rascarse más los bolsillos en los peajes

Con la campaña de la plataforma #novullpagar, que denuncia el agravio comparativo de las autopistas de peaje en Cataluña, todavía fresca, los partidos políticos son especialmente cuidadosos en sus declaraciones sobre los peajes. Desde el PSC ya pidieron a principios de agosto que la nueva subida del IVA no la pagaran los conductores, mientras que el pasado lunes era el consejero de Territorio, Lluís Recoder, quien pedía generosidad a las concesionarias. Un portavoz de Abertis, principal operador en Cataluña, aseguró a este diario que “en principio” la subida del IVA se tendrá que repercutir, a no ser que sea el titular de la concesión, Generalitat o Estado, el que no lo autorice.

Más allá del transporte, el mayor hachazo lo notarán los hogares del área metropolitana de Barcelona en la factura del agua, como consecuencia de la delicada situación financiera por la que atraviesa Aigües Ter-Llobregat (ATLL). La compañía, responsable de la gestión del agua entre la captación en las cuencas fluviales y su llegada a los depósitos municipales, aumentará el precio a sus compañías suministradoras el 70%, lo que se traducirá en un encarecimiento del precio final que pagan los consumidores.

Según la Generalitat, la afectación sobre los hogares será del 10% sobre el precio, una valoración que dista mucho del que efectúan las compañías, que elevan ese encarecimiento hasta el 27%. Sea como sea, desde 2010, el agua en el área de Barcelona se habrá encarecido en conjunto el 50% después de tres subidas aprobadas por el Gobierno de Artur Mas.

“Es un escándalo”, señala sobre la subida Jordi Giró. En su opinión, el alcance de ese incremento “hará tambalear a las familias más modestas y a los Ayuntamientos, que también tendrán que asumir costes”. El presidente de las asociaciones de vecinos de Cataluña vaticina manifestaciones multitudinarias el próximo otoño por medidas como esta, de las que acusa al afán privatizador del Gobierno de la Generalitat. La compañía ATLL está en proceso de privatización.

Las distribuidoras del agua calculan que la factura del agua subirá el 27%

La del agua se suma a otras medidas incorporadas por la Generalitat para financiar los servicios públicos. En plena oleada de recortes, Cataluña ya sufrió en junio la entrada en vigor del euro por receta, con la que el Gobierno catalán perseguía nuevos recursos. A esta le siguió la intensificación del copago sanitario implantado por el Gobierno central, lo que ya ha llevado a las calles la protesta de los ciudadanos.

A partir del mes de noviembre, las medidas recaudatorias de la Generalitat tendrán consecuencias también sobre el turismo, una de las pocas actividades económicas que está capeando la recesión. El número de visitantes extranjeros se ha situado este año entre las mejores cifras desde que se iniciara la crisis en 2007 —con un alza del 11,5% entre enero y julio— y el gasto de cada uno de ellos ha crecido también a un ritmo del 13,7%, según datos ofrecidos ayer por el Observatorio de Empresa y Ocupación de la Generalitat.

Pero ahora el sector teme que la nueva tasa turística ponga en peligro esa evolución a partir del mes de noviembre, cuando cada turista deba pagar entre 1 y 2,5 euros por cada noche que decida pasar en un establecimiento turístico catalán. Los visitantes deberán añadir, además, el incremento de las tasas que rige en los aeropuertos españoles desde el mes de julio y también el alza del IVA. El miedo a las consecuencias provocó que el sector turístico forzara al Gobierno de la Generalitat a postergar la puesta en marcha de la tasa hasta noviembre, una vez lejos ya de la temporada estival.

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