Un ‘Don Giovanni’ atrapado en su mito aterriza en Peralada

Como todo buen mito, Don Juan es un personaje de múltiples prismas acrecentados a lo largo de casi 400 años, desde que Tirso de Molina perfiló en El burlador de Sevilla los trazos del libertino seductor de mujeres español que no teme ni las leyes humanas ni las divinas. Sobre el mito han vuelto numerosos autores desde el mismo siglo XVII y en cada recreación escénica los directores teatrales tratan de aportarle nuevos puntos de vista. Eso es lo que hace el alemán nacido en Francia Roland Schwab (Saint Cloud, 1969) con la recreación que Mozart y Da Ponte hicieron del mito en la ópera Don Giovanni (1789), que hoy y el domingo se presenta en el Festival de Peralada (Alt Empordà). Un montaje, protagonizado por el barítono malagueño Carlos Álvarez, que traslada la acción al Berlín actual y que en su estreno en 2010 en la Deustche Opera Berlin, cuya orquesta estará en el foso en el festival ampurdanés, provocó no poca polémica.

El mito de Don Juan ha atrapado al Don Giovanni de Schwab, quien no ve paralelismo alguno entre el burlador de Sevilla y Casanova. “Don Giovanni está más cerca del marqués de Sade que de un conquistador porque juega con el dolor. Es un personaje amoral, sádico, que busca sobrepasar los límites como lo hacen muchas personas actualmente”, advierte el director de escena, para quien el personaje operístico está atrapado en su propio mito y condenado a repetir una y otra vez sus acciones a lo largo del tiempo, prisionero de un bucle sin fin en el que va dejando réplicas de sí mismo. “Veinticinco actores reproducen en escena los movimientos de Don Giovanni. Son su alma”, señala al explicar las múltiples réplicas del personaje que llenan el escenario.

Schwab, que explica que el filme Funny games (2007), de Michael Haneke, le ha servido en parte de inspiración —“son reconocibles en la producción imágenes de la película”, dice—, ve en Don Giovanni un “retrato de nuestra sociedad” y asegura que con su puesta en escena no traiciona el espíritu del libreto de Lorenzo da Ponte al que Mozart puso música. Lo cierto es que su propuesta le ha llevado a cortar recitativos, a suprimir una de las arias de Don Ottavio —precisamente la más conocida, Il mio tesoro— y a comerse el sexteto final, como ya hizo Claus Guth en su puesta en escena para el Festival de Salzburgo. Si no cuadra, tijera.

Schwab: “Está más cerca del marqués de Sade que de un conquistador”

Carlos Álvarez, un veterano ya en el Festival de Peralada, donde ha actuado en seis ocasiones, defiende la propuesta del director de escena y advierte de que el público debe estar muy atento al final de la obra para entender cómo ve el director de escena el personaje de Don Giovanni.

Comparten reparto con Álvarez los bajos Robert Gleadow y Rafael Siwek, el tenor Philippe Talbot, el barítono Marko Mimica, las sopranos Patrizia Ciofi y Ana María Martínez, y la mezzosoprano Jana Kuruçová. El director de orquesta madrileño Guillermo García Calvo será quien empuñará la batuta al frente de la Orquesta de la Deutsche Oper Berlin y el Coro del Palau de la Música Catalana.