Reencuentro de ‘geeks’ en su salsa
La 20ª edición de la Euskal Encounter arranca con 6.000 fieles llegados de toda España El aliciente del buen rollo gana a las descargas o los torneos
Iker tiene 28 años y lleva 11 sin faltar a la Euskal Encounter. A la 20ª edición, que arrancó ayer, llegó cargado con 40 kilos extra, los que pesaba la réplica de una máquina arcade japonesa que conjuga la habilidad con los dedos y el ritmo de la música. La construyó en cinco meses con sus propias manos, en una especie de homenaje a los recreativos de antaño. “Mucha gente repite en la Euskal año tras año y yo sigo viniendo para reencontrarme con ellos, haces colegas de todas partes de España e incluso de Portugal”, cuenta. Iker viene de Vitoria acompañado por su novia Goiuri y su amigo Naiko, uno de los pocos novatos en el abrumador mar de monitores. Los tres destacan “el buen ambiente” sobre todos los demás atractivos que ofrece la multitudinaria cita informática. Que son muchos.
Para Noelia, madrileña de 26 años, es el sexto año en la Euskal. Menciona que el número de chicas “ha subido algo”, aunque el porcentaje está en el 12%. Muchas vienen a acompañar a sus novios y así lo revelan sus humildes portátiles junto a unos monitores gigantes de última generación. No es el caso de Noelia: “Vengo a pulular por ahí, a encontrarme con la gente y por el ambiente, que es muy familiar”. Por ahora se ha reencontrado con Miguel, que trabaja en una tienda de videojuegos de Gijón y viene a la Euskal por “los torneos de Street Fighter y Tekken”. Noelia no participa en ningún campeonato pero si aprovecha para descargar películas y música a 100 megas por segundo.
Esa también es la principal motivación de Javier, de 24 años, asturiano que repite por segundo año consecutivo. Le acompaña su novia Isabel, auténtica fan de Hello Kitty, —su ordenador blanco y rosa con todos los detalles da fe de ello— y siete amigos más. Asegura que en cuatro días puede llegar a descargar “8.000 gigas, lo que normalmente descargaría en dos años”. Tras pensarlo un poco, afirma que también repite porque “es la party más bestia de España”, aunque reconoce que ese factor de “masificación” les quita las ganas de apuntarse a torneos de videojuegos. “En la Astur Party nos conocemos todos y eso te incita más a participar”.
En cuatro días me descargo lo que descargaría en dos años: 8.000 Gigas”
Bingen discrepa. Él viene para repetir la hazaña del año pasado: “Ganar el torneo de Gran Turismo”. Ha instalado su volante junto al de sus cuatro colegas, todos vizcaínos y rondando el cuarto de siglo. Uno de ellos trae una estructura con pantalla, teclado e incluso freno de mano “Todo artesanal”. Bingen asegura que “la peña se piensa que estamos jugando todo el rato pero es mucho más que eso”.
Unas cajas de bebida energética más allá, dos recién llegados ultiman los detalles de sus proyectos de modding; el arte de modificar estética o funcionalmente el hardware. Névora y Jorge llegan desde Valencia y Alicante para curarse del vacío que este año ha dejado la Campus Party. Para los dos el modding es un hobby, aunque intentan mover sus proyectos por distintos eventos para puntuar y buscar patrocinadores. El de Névora es una amazona maniquí y el de Jorge un helipuerto.
Marta, Laura, Irati y Teresa son cuatro veinteañeras procedentes de La Coruña, Málaga, Mungia y Portugalete. Se conocieron en internet, “en un foro de rol de Harry Potter”, de ahí los gorritos de lana de colores que adornan sus cabezas. “Solemos estar en casa delante del ordenador muchas horas”, cuenta Irati, “pero vienes aquí y te sientes uno más”. Teresa sentencia sin complejos: “Sí, somos frikis orgullosas de serlo”, y Marta afirma que lo de ser minoría no está mal: “Los baños están más libres”.
Las motivaciones van desde las 3.000 partidas diarias a la velocidad de descarga, las competiciones o el mero reencuentro. Si algo une a los 6.000 participantes en la Euskal Encounter es que se encuentran “en su salsa”, como dice Iker. “Aquí nadie te mira raro. Fuera te llaman friki, un término muy gratuito. Yo me considero más geek que friki, unos van más por tema series o dibujos animados, otros por tecnología y gadgets... Y yo le doy un poco a todo, ¡para qué conformarme!”.
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