La crisis también golpea a la escuela concertada
Los centros calculan que cerrarán unos 50 grupos y se despedirán un centenar de profesores
La escuela concertada no se escapa de los recortes ni de los efectos de la crisis. Sindicatos y patronales del sector denuncian que la disminución de la financiación pública, los retrasos en los pagos de la administración, el aumento de las ratios o el cierre de grupos están ahogando económicamente a muchos centros y rematando otros que ya se encontraban en una situación muy delicada. Este junio han cerrado las puertas dos escuelas (Menéndez Pidal de Barcelona y Pere Palau en Aitona), mientras que el colegio barcelonés Laia dejará de impartir ESO. Los recortes supondrán también el cierre de unas 50 aulas y pone en peligro un centenar de plazas de profesores.
El sector de la concertada -con más de 700 centros y 372.000 alumnos- se siente castigado por todos los lados, ya que las políticas de ajuste de la Generalitat y del Estado afectan por igual en la pública que en la privada subvencionada. Así, los profesores de la concertada han sufrido el mismo recorte del 10% del sueldo, se les aplica el aumento de las ratios o han visto desaparecer subvenciones para servicios educativos específicos. Otros ajustes no afectan, porque de hecho ya están implantados desde hace tiempo en la concertada, como son la ampliación de las horas lectivas de los maestros (hasta 25 horas en primaria y 20 en secundaria) o la restricción en el envío de un profesor sustituto hasta pasados 15 días.
De todos los recortes previstos, el que preocupa especialmente al sector de la concertada de cara al próximo curso es el efecto fulminante que pueda causar el aumento de las ratios. En septiembre, más de la mitad de grupos de la concertada tendrá sobrerratio, es decir, se superará los 25 alumnos por aula en P3 y los 30 en 1º de ESO. Poder apretujar a los niños en un momento en que la demografía está cayendo conlleva el inevitable cierre de clases. La Generalitat y las patronales calculan que podrían ser medio centenar, lo que deja en vilo el futuro de un centenar de profesores.
La Generalitat tiene presupuestados para este año 820 millones para los conciertos o módulos económicos con las escuelas privadas
La Fundación de Escuelas Cristianas reconoce que el aumento de ratio es una “reivindicación histórica” de la concertada, pero no comparte la forma en que la Generalitat lo está aplicando. “Lo defendíamos para aquellos centros que lo pidieran, pero no compartimos su aplicación indiscriminada. Hay muchas escuelas que no lo quieren”, tercia Carles Armengol, secretario general adjunto de la entidad.
La Generalitat tiene presupuestados para este año 820 millones para los conciertos o módulos económicos con las escuelas privadas. El Departamento de Enseñanza no facilita la cifra sobre el número de estos otorgados, pero la Fundación de Escuelas Cristianas calcula que son unos 15.000. La Generalitat concierta y financia aulas o grupos, que deben llegar a un número mínimo de alumnos (15 en infantil, 20 en primaria, 25 en secundaria y 30 en bachillerato). El precio de un módulo concertado varía según el nivel educativo y está formado por dos partes. La primera va destinada a pagar el sueldo de los docentes y puede oscilar entre los 28.000 euros anuales en la primaria o los 31.500 euros en la secundaria. A esto se añaden unos 6.000 euros más anuales, que se destinan a los gastos de mantenimiento de los centros.
Los ajustes actuales se añaden a lo que las patronales consideran un problema endémico: el importe del módulo concertado no es suficiente. “La subvención pública no cubre el gasto real”, se queja Enric Grau, vicepresidente de la Federación Catalana de Centros de Enseñanza. Un déficit, añade, que se ha agravado este año con el recorte del 1,7% por parte de la Generalitat de la partida destinada al mantenimiento de los centros. A esto se añadirá el recorte impulsado por el Gobierno central hace una semana mediante el Real Decreto de medidas para garantizar la estabilidad presupuestaria. El Departamento de Enseñanza ya ha confirmado que el nuevo tijeretazo afectará a Cataluña, pero no ha concretado cómo.
La cosa se pone más fea para la concertada cuando además de menos cantidad de dinero, se paga tarde. Las patronales denuncian un retraso crónico en los últimos tiempos de dos a cuatro meses en el pago de la partida para los gastos corrientes de las escuelas. “Hay centros a los que se les debe más de 100.000 euros y viven a base de créditos”, denuncia Grau. Para más inri, Enseñanza comunicó esta semana que el pago de la subvención de mayo y junio destinada al mantenimiento de los centros queda aplazado sine die y no llegará en julio y agosto, tal y como estaba previsto.
Las patronales alertan de que los recortes y la crisis (que está martillando muchas economías familiares) “ponen contra las cuerdas” a muchos centros y ha precipitado el cierre de las escuelas Pare Palau y la Menéndez Pidal. Esta última cerró en junio con 231 alumnos, después de ver cómo en los últimos años se producía un goteo continuo hacia escuelas públicas de familias de clase media y media-baja. “Ha sido una agonía larga y progresiva”, lamenta la directora, Sílvia Llucià. Sindicatos y patronales no prevén una oleada de cierres de escuelas el próximo año, pero sí a medio plazo.
En septiembre se verá la magnitud de la tragedia, ya que se conocerá los grupos de P-3 que cierran, considerado como el pilar de la escuela. “Si se reduce la base, están condenado al cierre del centro”, alerta Cristina Marín, responsable de enseñanza privada de la UGT.
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