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FESTIVAL DE JAZZ DE VITORIA
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Conquistador menú degustación

Ibrahim Maalouf y Phronesis fueron sin duda alguna de lo más interesante de esta edición

El guitarrista estadounidense Pat Metheny, junto a Unity Band cierra el Festival de Vitoria.
El guitarrista estadounidense Pat Metheny, junto a Unity Band cierra el Festival de Vitoria.ADRIAN RUIZ DE HIERRO (EFE)

Una estupenda semana de jazz para los amantes de este género musical y para todos aquellos que se han dejado llevar por el agradable aroma de esta música que una vez al año inunda las calles de Vitoria-Gasteiz. Hemos tenido de todo y para todos. Apuestas por grandes figuras del jazz combinadas con acertadas actuaciones de aquellos que luchan por hacerse un hueco en el difícil mundo de los maestros de este género. Para estos jóvenes músicos de jazz es un auténtico reto y acto de valentía el compartir cartel, y a veces horarios, con las figuras más contrastadas de este género.

En esta vibrante edición del Gasteizko Jazzaldia hemos tenido el placer de admirar y degustar las actuaciones de Sweet Honey In The Rock, Pat Metheny, Stefano Bollani, Fred Hersch, Esperanza Spalding y Gilberto Gil entre otros. Estos conciertos se desarrollaron en el clásico polideportivo de Mendizorrotza con una respuesta calurosísima de todo el público, sobre todo ayer, en la actuación del maestrísimo Sonny Rollins, concierto que encabezaba la venta de entradas del festival alavés. Las actuaciones de Esperanza Spalding, Gilberto Gil y Pat Metheny recibieron también el apoyo destacado del cada día más experimentado público vitoriano.

De entre todos ellos el guitarrista de Kansas City, Pat Metheny, ha vuelto a demostrar encontrarse en muy buena forma. Además, y con el agradable carácter y sentido del compañerismo musical que tanto le definen, Pat no ha tenido problema alguno en compartir un tema con dada uno de los integrantes de Unity Band, pudiendo estos lucirse y deleitar al público que se acercó al Polideportivo de Mendizorrotza.

Otra de las noches más mágicas que se vivieron en Vitoria-Gasteiz fue la que nos ofreció a Gilberto Gil y Esperanza Spalding en una actuación para, literalmente, marcharse del recinto con un gran sabor de boca. Gilberto Gil estuvo a la altura de las expectativas creadas en torno a su figura y es que después de tantos años de carrera musical a este cantante y guitarrista de bossa nova le hace falta muy poco para asombrar. La dulzura y los matices de su voz hicieron, acompañados por un nutrido conjunto de cuerdas, que el público se sintiera muy cómodo y encantado con la cálida envoltura del brasileño.

Y para cercanía la personalidad de Esperanza Spaldig. Esta jovencísima pero ya con mucho nombre cantante y bajista estadounidense, supo conectar muy rápidamente con el público de Vitoria-Gasteiz, no sólo con su música sino con sus cariñosas declaraciones y comentarios entre varios de sus temas. Cantando supo, una vez más, combinar suavidad y dulzura vocal con auténticos zarpazos de rabia y energía que estimulaban una y otra vez al público presente. Al contrabajo se nota que fue discípula de uno de los más grandes de este portentoso instrumento, Ron Carter. Sin duda eta bellísima mujer jazz tiene mucho para dar en las próximas décadas.

Ibrahim Maalouf ayer y Phronesis el pasado miércoles fueron sin duda alguna unas de las actuaciones más interesantes del Gasteizko Jazzaldia en su sección Jazz del Siglo XXI que se celebra en el Teatro Principal. El de Beirut es en mi opinión una de las apuestas más bonitas que el festival ha traído este año. El indisoluble componente árabe que tanto caracteriza a la obra de Ibrahim lo convierte en uno de los trompetistas más especiales en la actualidad. El concierto trasladó a los asistentes a lugares exóticos reservados exclusivamente al medio oriente.

Phronesis por su parte demostró que el Teatro Principal, si bien se ajusta a un recinto magno para cualquier obra de arte, puede que no concuerde con la nueva dimensión que el terceto encabezado por el contrabajista danés Jasper Hoiby está tomando. No me extrañaría en absoluto que en nuevas ediciones del Gasteizko Jazzaldía, si vienen, lo hagan para actuar en Mendi. Ojalá.

En torno a esta magnífica edición del Gasteizko Jazzaldia hemos tenido la ocasión de satisfacer otro de los grandes placeres de la vida aparte del maravilloso sonido del jazz: la comida. Vitoria-Gasteiz se ha preparado gastronómicamente para la ocasión y nos hemos felizmente encontrado desde menús especiales para la semana jazzística hasta pintxos autóctonos caracterizados para la ocasión. Antes de cada concierto hemos podido degustar los mayores placeres de la gastronomía alavesa en un ambiente muy enriquecedor y especial como es el vitoriano durante esta semana. Y de postre, los conciertos. Si es que no se le puede pedir más a un menú.

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