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BEBÉS ROBADOS

Registros civiles y cementerios constatan dificultades en la investigación

Los restos son exhumados cuando el camposanto se llena y son enterrados en lugares comunes en los que no pueden ser identificados Los registros civiles reconocen que se han perdido documentos y que otros están dañados

Las dificultades para investigar los supuestos casos de bebés robados en Euskadi han quedado patentes esta mañana, en la comisión especial de estudio de estos casos en el Parlamento, con la comparecencia de las responsables de los registros civiles de Álava y Bizkaia y de los gerentes de los cementerios de las tres capitales vascas. Las primeras han reconocido que se han perdido archivos y que muchos de los que se encuentran están en malas condiciones. Los segundos han explicado que muchos cuerpos que fueron enterrados décadas atrás han pasado a ser exhumados por falta de espacio en los cementerios y han sido enterrados en osarios comunes en los que es imposible identificarlos.

Las responsables de los registros civiles de Álava y de Bizkaia ha comparecido esta mañana ante la comisión subrayando que las “expectativas” de las personas que acuden a sus oficinas para investigar son demasiado elevadas para el volumen de información del que disponen y de su estado, muy dañado en ocasiones porque “en la informatización no se previó la informatización de los legajos de aborto, se pensó que no servirían para nada”. “No tenemos claro que de los años que tenemos, esté todo”, ha añadido la responsable del registro civil alavés.

En los casos de adopciones, han explicado que durante años se primaba el derecho al anonimato de la madre a no hacerse cargo de su hijo, por lo que el registro civil no recogía el nombre de la madre. Desde 1999, sí aparece, por entender que, frente al derecho de la madre, está el del hijo que esta dio a adoptar a conocer sus orígenes en caso de que lo desee.

Los responsables de los cementerios han aportado, además, datos de solicitudes de información por parte de las familias, a los que se ha respondido, 186 peticiones en Bilbao (de 154 inhumaciones), 332 en San Sebastián y en torno a 50 en Vitoria, desde enero de 2011. Si la capital vizcaína ha sido rotunda asegurando que los que no están en los registros es que no han sido enterrados allí, desde San Sebastián han explicado que no se puede realizar tal afirmación porque existía una zona conocida como “limbo” en la que se enterraban personas que no estaban bautizadas y que no quedaban registradas.

El responsable de los cementerios de Bilbao, Oscar Garbizu, ha señalado que, si bien en la década de los 70 el 20% de los enterramientos que realizaban eran niños pequeños o legajos de aborto, esta cifra ha caído de forma “salvaje”, ya que en los 90 el porcentaje ha caído al 2%, debido a las mejoras de la asistencia sanitaria, ha explicado.

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