Castedo aplica el rodillo y la planta de Alicante acogerá basuras ajenas
La oposición la acusa de convertir la ciudad en el basurero valenciano
El equipo de Gobierno del Ayuntamiento de Alicante, presidido por Sonia Castedo, del PP, hizo valer este martes su mayoría absoluta en el pleno para ratificar su decisión de abrir la planta de basuras del municipio, ubicada en la pedanía de Fontcalent, a residuos de fuera de la ciudad. En pleno extraordinario, el Grupo Popular rechazó un recurso de reposición del PSPV y Esquerra Unida (EU) al acuerdo del pasado mes de mayo en el que se autorizaba la llegada de basuras foráneas. El acuerdo de mayo revocaba otro de junio de 2010 en sentido contrario.
EU y el resto de grupos municipales, PSPV y UPyD, alegaron que la moción del PP que llevó al pleno de mayo por vía de urgencia estaba fuera de plazo y, por tanto, que el acuerdo debería quedar en suspenso.
El portavoz de la coalición de izquierdas, Miguel Ángel Pavón, aprovechó la sesión para criticar la política del PP en relación con la gestión de las basuras. “Van a convertir Alicante en el basurero de la Comunidad Valenciana con el único objetivo de favorecer los intereses de la concesionaria, el promotor Enrique Ortiz”, señaló. Pavón aseguró que la entrada de más basuras a la planta (180.000 toneladas al año) desbordará su capacidad, “concebida para 150.000 toneladas, con el riesgo que ello implica para el medio ambiente de la zona y la salud de las personas”.
El portavoz del PSPV, Gabriel Moreno, secundó los argumentos de Pavón y señaló que “el PP burla sistemáticamente el reglamento del pleno”. El edil socialista afirmó que la moción de mayo se aprobó de manera ilegal, “porque fue presentada fuera del plazo legal fijado, una hora antes del inicio de la sesión plenaria”.
Al término de la sesión plenaria el portavoz adjunto del PSPV anunció que su grupo se plantea recurrir a los tribunales el acuerdo del pleno de mayo. “El Ejecutivo local no solo comete un error sino que ha podido incurrir en prevaricación”, dijo el concejal socialista.
Mientras, el vicealcalde Andrés Llorens, del PP, defendió la “legalidad del pleno de mayo y la necesidad de la llegada de basuras de fuera de la ciudad a la planta”. Llorens censuró a la oposición por pretender anular “un acuerdo del pleno del que no participaron, porque se ausentaron voluntariamente”, remarcó.
El número dos de Martín, en el alero
Los socialistas alicantinos no han logrado cerrar un mandato sin una crisis a costa de las relaciones entre el Grupo Municipal y la ejecutiva local, desde que fueron desalojados del poder hace ya más de 15 años. Y este mandato, apenas cumplido un año, va camino de confirmar la regla.
La raíz de enésimo episodio de discordancia entre sendos núcleos de poder (el electo y el orgánico) tiene su origen en la última batalla por el control de la ejecutiva. A la carrera por la secretaría local optó el actual portavoz adjunto de Grupo municipal, Gabriel Moreno. Su candidatura fue ampliamente derrotada por la encabezada por el diputado nacional Gabriel Echávarri, que aglutinó la mayoría de sectores.
Al bando ganador, según fuentes socialistas, no le ha disgustado que Moreno midiera sus fuerzas con Echávarri, si no los argumentos que usó. El edil se presentó como el candidato de “las manos limpias”.
La ejecutiva analizará el futuro de Moreno en el grupo en su reunión del viernes. No obstante, la dirección medita sobre la conveniencia cara a la imagen del partido de abrir otra crisis. Quien no va a tener problemas de continuidad es la portavoz, Elena Martín, que mantuvo una postura equidistante entre la opción de Echávarri y Moreno.
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