Hora y media de tensión
'Senyoreta Júlia' , el clásico de Strindberg renovado por Patick Marber
El clásico de August Strindberg renovado por Patrick Marber, dramaturgo, guionista y director, y autor de Closer, la pieza que Mike Nichols trasladó a la gran pantalla con un reparto de lujo y ese inolvidable tema de Damien Rice. La historia es la misma, solo que en Inglaterra tras la II Guerra Mundial, la noche de la victoria del partido laborista y de la derrota de Churchill. La hija del conde seduce al criado, ahora el chófer; ambos deciden fugarse juntos a Suiza, ahora Nueva York, y montar un hotel de lujo, ahora un night club; para ello, ella roba dinero de su padre y al darse cuenta del futuro que le espera se suicida. Marber tituló su versión After Miss Julie. El montaje de Josep Maria Mestres vuelve al título original, pero la tensión que imprime a lo largo de función -entendida como sexual y no resuelta, como angustia por parte de Julia, como incertidumbre en el caso de Cristina, como opresión por la rigidez del orden social- consigue que lo sigamos como si no supiéramos nada de la trama y deseando además un happy end para cada uno de ellos, tan comprensibles nos hacen los personajes.
'Senyoreta Júlia'
De Patrick Marber. Dirección: Josep Maria Mestres. Intérpretes: Cristina Genebat, Julio Manrique, Mireia Aixalà. Escenografía: Pep Duran. Teatro Romea. Barcelona, 4 de julio.
El traslado de Marber ofrece una nueva perspectiva social que posibilita la lucha de clases. Y estéticamente, este salto en el tiempo nos acerca la señorita Julia a la Sabrina de Billy Wilder, pero en versión disléxica, pues es él, John, el criado chófer, el que ya de pequeño observaba con admiración y envidia el mundo de los ricos desde otro lado del seto y el que desde entonces se ha sentido atraído por el símbolo más cercano de esa imposibilidad, la señorita. El tercer personaje de la pieza sigue siendo Cristina, la criada y novia de John.
Tres personajes con motivos para actuar como lo hacen, aunque los de Cristina estén menos desarrollados. Y tres intérpretes espléndidos para encarnarlos. Cristina Genebat es Julia y la responsable de la traducción. ¡Qué gran trabajo el suyo en ambos frentes! La traducción fluye como si no lo fuera y lo mismo podemos decir sobre su personaje, no lo parece. Más compleja aún en manos de Marber, con más matices que van surgiendo con relación a los acontecimientos políticos que se celebran esa noche, Júlia no es, a pesar de la rapidez con la que se entrega a John, lo que se dice una chica fácil, sino más bien carne de diván. Genebat consigue que todos esos momentos por los que pasa su mente, siempre ceñidos al contexto, suenen y parezcan genuinos. Julio Manrique es John. Y en sus gestos y miradas reconocemos esa lucha interna entre lo que es y lo que le gustaría ser. Mireia Aixalà, por su parte, consigue que la encantadora pero firme Cristina no sea solo un personaje secundario.
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