Un castillo de cine

Suele asociarse el cine al aire libre con aquellos aparcamientos norteamericanos que aparecían en tantas películas, donde las parejas daban rienda suelta a su efusividad guarecidas en un automóvil y frente a una pantalla king size. Claro que aquello solo era un tópico cinematográfico, pues para la gente de mi generación el cine “a la fresca” solía consistir en un magro lienzo situado en la plaza del pueblo donde veraneabas, sobre el que se proyectaban precariamente largometrajes antediluvianos. Quizás por eso, cuando hace unos años descubrí la Sala Montjuïc di gracias a los hados por recuperar esa parte de mis recuerdos infantiles, pero con una imagen y un sonido propios de una sala comercial. Si a eso le añadimos una oferta de buenas películas, en un lugar como el castillo de Montjuïc, adonde se puede uno llevar la fiambrera, organizar su propia merendola y ver una película sentado en la hierba, felizmente a salvo de la calorina nocturna que caracteriza el verano en Barcelona, pues miel sobre hojuelas.

La Sala Montjuïc celebra su décimo aniversario y lo hace con cartel diseñado por Javier Mariscal e integrado en el festival Grec 2012. Diez años ya ofreciendo al sufrido barcelonés que aún no tiene, ya ha tenido o no tendrá vacaciones, la posibilidad de ver buen cine en un entorno natural. Y lo hace con una programación especial de 18 días —entre el 29 de junio y el 8 de agosto— que incluye una sesión doble de películas de los años ochenta; una noche familiar con la película Up (con la posibilidad para los más pequeños de ascender en un globo aerostático); el espectáculo musical Keatoniana, del compositor Jordi Sabatés, acompañando la película Sherlock Jr., de Buster Keaton, o una noche dedicada a Clint Eastwood, en la que el público podrá escoger qué película quiere ver de este actor y director estadounidense.

Este año podrá elegirse 'picnic'  viendo filmes como 'El tercer hombre'

Como nos recordaron hace unos días sus principales promotores en el acto de presentación del programa de este año, la idea surgió tras una iniciativa similar en el parque de la Villette de París. Una vez decidido aclimatar ese proyecto a nuestra ciudad, lo que más costó fue precisamente encontrar una ubicación ideal. Se pensó en la playa, en la Rambla del Raval, incluso en el Arc de Triomf, pero finalmente se optó por el foso del castillo como patio de butacas y los muros de la fortaleza como pantalla. Esta elección suscitó inicialmente muchas dudas, dada la poca querencia que siente nuestra ciudad hacia una montaña con fama de maldita. Pero, tras la década pasada, puede decirse que ha superado con creces las expectativas, contando con más de 250.000 espectadores en un centenar largo de pases.

Este año, podrá elegirse picnic viendo filmes como El tercer hombre, de Carol Reed; El discurso del rey, de Tom Hooper; Origen, de Christopher Nolan; Valor de ley, de los hermanos Coen; La semilla del diablo, de Roman Polanski; En un mundo mejor, de Susanne Bier, o Poesía, de Lee Chang-dong. También se podrá visionar una selección de cortometrajes realizados por alumnos de las escuelas de cine de Barcelona, asistir a conciertos de las mejores bandas que han tocado aquí en los últimos 10 años o degustar los cambiantes menús del bar Seco del Poble Sec, pensados especialmente para cada película que se vaya a proyectar.

Así que ya lo saben: si hace calor y tienen ganas de ir al cine, o de comer en el campo, o de darse un paseo por Montjuïc, solo hay que subir hasta el castillo a pie, en bici o en la línea de autobuses que recogerá a los espectadores en la plaza de Espanya, y disfrutar un año más de este particular regreso a la infancia, cuando el cine era ante todo magia.

www.salamontjuic.org