“Hay que buscar fórmulas para que la gente se anime a aislar sus hogares”
El arquitecto Francisco Rodríguez (Oviedo, 1971) trabaja desde hace seis años en la División de Construcción del centro de investigación Tecnalia. Asegura que el principal obstáculo para que los ciudadanos se animen a aislar sus hogares es el elevado coste de las obras. Por ello, aboga por desarrollar modelos de financiación atractivos. Ayer participó en una jornada que la Agencia Internacional de la Energía para la Eficiencia Energética en Edificios y Ciudades organizó en Bilbao.
Pregunta. ¿Cómo se consigue que una ciudad sea más eficiente en consumo energético?
Respuesta. La cuestión más importante es el comportamiento concienciado de la gente. Esto es lo más barato y lo que mejor resultado da. Si tenemos una ciudad eficiente y la gente se comporta de un modo en que esa ciencia no es aprovechada, no sirve. Podemos tener edificios eficientes, pero si sigues poniendo la calefacción a 26 grados en verano, ese trabajo no servirá. Hace falta concienciación.
P. Un aspecto clave es el aislamiento de los edificios.
“Los mensajes catastrofistas no son el mejor camino para concienciar”
R. Sí. Es fundamental para reducir el consumo energético. Hasta 1979 la normativa española no exigía ningún tipo de aislamiento. Tenemos, por tanto, un gran porcentaje del parque edificado sin aislamiento. Y ese primer acondicionamiento de los edificios es fundamental para el ahorro.
P. ¿Cuánto ahorra un edificio aislado?
R. Un 50% o un 60%.
P. ¿Resulta caro aislar un inmueble?
R. Resulta cada vez más económico, pero el coste sigue siendo el gran caballo de batalla. Nuestra energía es más barata que la de los países del entorno. Nuestras condiciones climáticas no nos exigen tanto como a un país nórdico y eso hace que el retorno de las inversiones no sea tan bueno como para que la gente se anime. Si te dicen que tienes que pagar un montón de dinero por aislar tu casa, a lo mejor vas a preferir seguir abonando cinco euros más al mes en tu factura. Otro problema son las molestias que lleva consigo una obra de rehabilitación, tener que irte de casa durante unos días.
P. ¿Cuánto cuesta aislar un piso en un inmueble normal?
R. Depende, pero unos pocos miles de euros.
P. ¿La Administración no contribuye a ese gasto?
R. Hasta ahora ha estado impulsando el aislamiento, pero creo que no es el camino para resolver el problema a escala masiva. El principal beneficiado es el usuario y entiendo que debe pagar, aunque de un modo asumible para él. Debemos crear modelos financieros que permitan al ciudadano beneficiarse de esta mejora mediante cuestiones como el incremento del valor de la vivienda o la reducción de los consumos. En Alemania, por ejemplo, se vincula el pago de la obra de rehabilitación a los ahorros que se consigan. La obra se va financiando en parte con el dinero que tú ahorras en la energía que gastas. Eso es más complicado aquí, porque pagamos menos factura. Hay que buscar fórmulas que animen a aislar las casas.
P. Ha dicho que lo más importante es la concienciación. ¿Cómo se puede mejorar?
R. Hay que comunicar. Y no creo que los mensajes catastrofistas sean el mejor camino para conseguirlo. La gente al final tiende a no escucharlos.
P. ¿Qué opina del ahorro de agua?
R. Que es importante. Ahora estamos muy centrados en el ahorro energético, pero el ahorro de agua va a ganar en trascendencia en los próximos años.
P. ¿Qué otras tecnologías van a permitir que las ciudades sean más eficientes?
R. En Tecnalia trabajamos en un proyecto para adecuar los niveles de iluminación urbana a las actividades, al tráfico, a la presencia de peatones en la acera... Tecnologías similares están y se irán imponiendo paulatinamente.
P. ¿Euskadi está lejos de los países nórdicos y centroeuropeos en eficiencia energética?
R. Tenemos algunas ventajas: nuestro tejido industrial, centros de investigación como Tecnalia y la conciencia de la gente, que también va por buen camino. No estamos tan lejos.
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