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Las obras en el edificio de Tío Pepe llevan meses paradas

El propietario del inmueble espera el permiso del Ayuntamiento para proseguir con la reforma

Elena G. Sevillano
Puerta del Sol sin el cartel de Tío Pepe.
Puerta del Sol sin el cartel de Tío Pepe. SAMUEL SÁNCHEZ

Las obras de rehabilitación en el edificio de Tío Pepe, propiedad de una sociedad limitada de la familia mexicana Díaz Estrada, llevan paradas casi tres meses a la espera de que el Ayuntamiento conceda los permisos necesarios. Los trabajos empezaron en abril de 2011, cuando el célebre anuncio luminoso fue desmontado de su azotea por seguridad.

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La propiedad solicitó permisos para unas obras preliminares de rehabilitación estructural, que terminaron en febrero. Desde entonces, la transformación del antiguo hotel París en la próxima tienda de Apple en Madrid está detenida. “Queremos terminar, pero el final de las obras depende de los permisos del Ayuntamiento”, aseguró a este diario el apoderado de la empresa.

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En diciembre pasado, recién llegada Ana Botella a la alcaldía, la Junta de Gobierno aprobó el plan especial de rehabilitación del inmueble —transformaba su uso de hotelero a comercial y establecía cómo reformar el edificio, que está protegido—, pero la aprobación definitiva se ha hecho esperar casi medio año. Un portavoz municipal asegura que el plan especial quedó aprobado definitivamente el 30 de mayo, pero que aún no se ha publicado en el Boletín Oficial y que ese es el paso previo para poder solicitar las siguientes licencias de obras.

González Byass, la bodega jerezana propietaria del luminoso, confirmó ayer que, si no prosperan los últimos intentos de renovar el contrato con los dueños del edificio —el acuerdo vence el 30 de junio y por ahora la propiedad no quiere que Tío Pepe vuelva tras las obras—, buscará “alternativas en el entorno de la Puerta del Sol”. “Creemos que sería una lástima que el luminoso de Tío Pepe, el símbolo más antiguo de la Puerta del Sol, dejara de lucir”, aseguró su director de comunicación, Eugeni Brotons. El Ayuntamiento, que inicialmente dijo no poder hacer nada al tratarse de un acuerdo entre privados, se ofreció ayer para mediar con otros inmuebles de la plaza.

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Sobre la firma

Elena G. Sevillano
Es corresponsal de EL PAÍS en Alemania. Antes se ocupó de la información judicial y económica y formó parte del equipo de Investigación. Como especialista en sanidad, siguió la crisis del coronavirus y coescribió el libro Estado de Alarma (Península, 2020). Es licenciada en Traducción y en Periodismo por la UPF y máster de Periodismo UAM/El País.

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