La Ertzaintza desmonta con pruebas la versión del acusado de matar a su exnovia

El juicio que se sigue en la Audiencia de Bizkaia contra el joven acusado de matar a su exnovia en Barakaldo, en diciembre de 2010, desmontó ayer la versión de los hechos que un día antes había ofrecido el supuesto asesino, quien atribuyó el suceso a una fatalidad de la que ni siquiera fue consciente. Las pruebas ofrecidas por los ertzainas que investigaron el crimen desvelaron cómo su presunto autor, S. M. G., planificó la muerte de C. E. B., la que durante más de cuatro años había sido su pareja y de la que en ese momento le separaba una orden de alejamiento por malos tratos. La Fiscalía pide 35 años de prisión para el acusado.

Ante el tribunal popular encargado de juzgar el caso, compuesto por cinco hombres y cuatro mujeres, prestaron ayer declaración cerca de una veintena de ertzainas. Algunos fueron los que primero llegaron al lugar de los hechos; otros, quienes practicaron las pruebas para esclarecer lo ocurrido. Fue uno de estos últimos quien confirmó que el presunto asesino accedió por la fuerza a la casa de la víctima, aprovechando su ausencia, tras descolgarse desde la azotea del edificio, ubicado en el barrio de Cruces. Así lo demuestra, según su testimonio, la cuerda que dejó pendiente, “anudada sobre la llave de gas del bloque”, y la huella de una zapatilla perteneciente al acusado.

El relato del agente que redactó los hechos en base a las evidencias contrasta con la versión ofrecida por el acusado, quien aseguró el martes que había accedido al interior de la vivienda con una llave que meses atrás le había facilitado la propia víctima y que había esperado allí hasta la llegada de la chica, con la única intención de esclarecer la ruptura de la relación que ambos habían mantenido hasta un mes antes. Los ertzainas recordaron ayer ante el tribunal que tanto el padre de la chica, que vivía con ella, como amigos del acusado, descartaron desde un inicio que el joven tuviera la llave del piso.

El testimonio de los policías ante el tribunal incide en la tesis de una comisión premeditada del crimen, en la que se basan las acusaciones (particular, popular, Abogacía del Estado y Fiscalía) para solicitar la pena de prisión para el acusado. El Ministerio Público le considera responsable de un delito de asesinato y otro de intento de asesinato, ya que hirió también de gravedad al joven que entonces era pareja de la víctima y que accedió junto a ella al interior de la vivienda el 6 de diciembre de 2010, día del crimen. Además, le acusa de allanamiento de morada y quebrantamiento de una orden de protección.

Material de escalada y una huella descubren el plan del presunto asesino

Entre las declaraciones de ayer se pudo escuchar también la del agente de la Policía Local de Durango que, de paisano, paseaba por el lugar del crimen cuando ocurrieron los hechos. Fue él quien primero socorrió al entonces novio de la víctima, herido de gravedad, y quien, tras el aviso de este, trató de acceder a la vivienda para evitar el posible asesinato. Después de golpear varias veces la puerta del domicilio y advertir sobre su condición de agente, no halló respuesta, por lo que tuvo que aguardar hasta la llegada de los ertzainas para forzar la entrada. Fue entonces cuando descubrieron el cuerpo de C. E. B. tendido en el suelo, junto a un charco de sangre, ya sin vida. Tenía un cuchillo de 20 centímetros de hoja clavado en la parte posterior de la cabeza. El supuesto autor de la muerte había huido.

Los agentes de la Ertzaintza le encontraron poco después en su propio domicilio, ubicado en otro barrio de Barakaldo. Fue su madre quien, tras reconocerle su hijo que había “hecho mal” y contarle lo sucedido, decidió dar aviso a las autoridades. “Mi hijo ha matado a su novia”, avisó la mujer, según la transcripción de la conversación telefónica, a la que se dio lectura ayer.

En las próximas sesiones del juicio prestarán declaración los familiares de la víctima y el joven que resultó herido grave.

Los ‘ertzainas’ se encontaron a la víctima con un cuchillo en la cabeza