Primavera Pro, la meca de los festivales
El encuentro internacional acogerá a 1.400 profesionales que debatirán sobre el modelo de negocio
Primavera Pro es una de las partes quizás menos conocidas del San Miguel Primavera Sound, el gran festival de música independiente del sur de Europa. Y se hace en Barcelona. El Pro es un mercado que cumple su tercera edición, un bazar de la industria musical de esta índole, una auténtica plataforma para profesionales del sector. Este año se alcanzará la cifra de 1.400 asistentes, batiendo la respetable marca de 2011: unas 1.110 personas. En el mundo virtual actual esta feria selecta permite poner cara a aquellos que se conocen por la web o a través del correo electrónico. El PrimaveraPro nació como "herramienta" enfocada a profesionales del ámbito de la música y es una buena oportunidad para tejer contactos.
Este miércoles, el director del San Miguel Primavera Sound, a la sazón responsable del Pro, Alberto Guijarro, inaugura el certamen que tiene sede en el Hotel Zero de la plaza Llevant, no se puede estar más cerca del Parc del Fòrum ni del festival. Y se esperan resultados, que lejos de ser intangibles, atraen cada vez a más profesionales. La legendaria cantante Buffy Sainte-Marie apuntó ayer en una conversación con periodistas que “en el momento en que vivimos es muy importante, es diferente, que el artista pueda conectar con el público en vivo”. Pasa con los artistas, con los mánagers, con los organizadores de eventos. “Hay que aprovechar” señaló Guijarro.
“Estamos en un momento genial, de cambios históricos, y la música es un acto comunicativo más, un testigo de todo esto”, indicó Sainte-Marie, que matizó que la situación de crisis de valores actual le recuerda la década de 1960 cuando estudiantes y artistas protestaron hasta conseguir cambios sociales. Ella sigue trabajando en eso.
Ruth Daniel, miembro de Un-Convention (organización multidisciplinar que ayuda a la producción y realización de eventos musicales en Reino Unido), se enteró del Primavera Pro en otra reunión de profesionales en Holanda. Y no dudó en venir, “no solo por el clima, si no porque esto –el Primavera Sound y el Primavera Pro- es un auténtico gigante, hay que estar aquí”. Lo dice una profesional británica, y en Reino Unido hay 500 festivales al año.
En México D. F. hay unas diez salas de conciertos potentes, con capacidad para recibir a bandas internacionales, por las seis de Barcelona. Lo contaba Olga Straffon, representante de Terrícolas Imbéciles, un interesante sello mexicano con licencias de varias banda españolas (Standstill, El Guincho, Los Punsetes,…), consideró que un festival como Primavera Sound es una meta para muchos artistas. Pero advirtió de que la red de festivales cada vez es más amplia. ¿Esto de los festivales no dejará de crecer? Daniel replica con dureza: “Si sabes lo que el público de un festival puede necesitar y lo consigues, y traes calidad, tienes éxito. Esa es la clave”. Una receta tan clara de leer como difícil de seguir.
El Primavera Pro se divide en tres bloques: uno dedicado a los artistas, otro a los negocios propios (como el patrocinio, por ejemplo) y por último el capítulo dedicado a los festivales y grandes eventos. Almudena Heredero, coordinadora de relaciones internacionales del PrimaveraPro, recordaba ayer que “el conocimiento personal es un paso adelante en una relación comercial”. Y es que el Primavera, y todo lo que lo rodea es una gran feria. Daniel aseguraba que Barcelona es para el mundo anglosajón la “capital de la electrónica, juntamente con Berlín”. Y cuando se le apuntaba que en la capital catalana apenas hay tres clubs que programen este tipo de música con regularidad se quedó pasmada.
¿Deja poso en la ciudad una década de Primavera Sound? Guijarro consideró que sí, que “parte de la creatividad local musical tiene una influencia en el festival”. Recordó que hace una década les decían que el Primavera “olía a vaca”, porque había programados grupos folk. Hoy en Cataluña el folk es la tendencia principal del pop local. Y a nadie se le ocurriría tildar al Primavera Sound de festival rural. Ayer, Ruth Daniel, sofisticada, lo llamó “festival boutique”. Pues eso.
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