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Responsables médicos ven improbable que se robasen bebés en sus hospitales

Un jefe clínico de Cruces resta valor a que no se hallen huesos en las exhumaciones

El doctor Valls i Soler, ayer durante su comaprecencia en la comisión parlamentaria.
El doctor Valls i Soler, ayer durante su comaprecencia en la comisión parlamentaria.L. RICO

Nuevas voces contra la posibilidad de que haya casos de bebés robados en Euskadi. Los responsables de las unidades clínicas de neonatos de los hospitales de Cruces, Álava y Donostia se mostraron ayer convencidos, con mayor o menor contundencia, de que no ha habido robos de recién nacidos en sus centros sanitarios durante el tiempo que han estado trabajando en este área, a partir de finales de los años setenta.

“Imposible” hoy en día y “altamente improbable” entonces, “inconcebible” y “difícil que pudiera ocurrir” son las palabras que emplearon Adolfo Valls i Soler (Hospital de Cruces) Enrique González Molina (Hospital Universitario de Álava) y Juncal Etxeberria (Hospital Donostia) para referirse a los supuestos casos. Un total de 230 ya han sido denunciados ante la Fiscalía.

Con ellos, la comisión parlamentaria de estudio de los supuestos casos de bebés robados entre 1940 y 1990 cerró ayer su tercera jornada de comparecencias con otra sesión en la que predominaron las dudas sobre la verdadera existencia de este tipo de situaciones, algo que empieza a enfadar a las asociaciones de afectados. Con todo, Valls i Soler sí apuntó a que, “con buenas intenciones, pudo haber adopciones extralegales”, con el consentimiento de la madre, para agilizar las adopciones, que entonces se regían por una normativa “muy exigente”.

Las voces de los tres expertos se sumaron ayer a la de Francisco Etxeberria, que el viernes anterior fue especialmente crítico y descartó la existencia de robos de bebés, al tiempo que realizaba una interpretación distinta a la tesis que mantiene el Instituto vasco de Medicina Legal, que considera que, si no hay restos de huesos es que jamás los hubo. Uno de los facultativos, Adolfo Valls i Soler, apuntó a que “un neonato no tiene huesos, tiene cartílagos” que desaparecen con más rapidez que los huesos, por lo que no encontrar restos óseos en una exhumación “no significa nada”, concluyó.

Los expertos piden que los neonatos tengan su propia historia clínica

Los facultativos explicaron los pasos que se dan tras el alumbramiento y señalaron que, si bien la identificación de los niños y las madres no se ha modificado en exceso, sí ha habido una profunda transformación del trato a ambos. “La diferencia es muy marcada en cuanto a los aspectos humanos que se dispensaban antes”, reconoció González. Entonces, se entendía más positivo no enseñar un recién nacido sin vida a su madre —aunque “si los padres querían ver al niño se lo mostrábamos” o a los abuelos—. Hoy, según Valls i Soler, esta práctica se ve equivocada, pues se ha comprobado que “la imaginación es bastante peor que la propia realidad”.

Los tres coincidieron también en expresar una antigua reivindicación de los facultativos: la de que un bebé recién nacido tenga su propia identificación hospitalaria, para dejar de ser, administrativamente, una parte de la historia clínica de su madre, algo que, apuntaron, podría solventarse con la historia clínica unificada y con la eliminación de impedimentos legales que se materializó en verano de 2011. González aseguró que es “prácticamente imposible” hacer un “trueque” de historiales, una de las cuestiones que denuncian los afectados y explicó que, a menudo, el estado en el que se encuentran las familias tras recibir la noticia genera dificultades de comprensión de por qué ha muerto un bebé. “A veces hay tal bloqueo por la situación que las informaciones no son captadas”. Juncal Etxeberria mostró su preocupación porque “se está sembrando inquietud y desconfianza incluso en partos recientes” y se mostró dispuesta a informar a las familias. “Ningún ocultismo”, reiteró González.

A mediodía, tras cuatro horas de comisión y con la presencia de tan solo dos parlamentarias —de PSE y PNV—, la socialista Miren Gallastegui pidió explicaciones a los responsables de la clínica privada de la Asunción de Tolosa, sobre por qué solo tienen documentación de intervenciones quirúrgicas y no registros de entrada. El responsable de la clínica, Agustín Aguirre, explicó que solo se hacían “apuntes de forma desordenada, no se trabajaba con la concepción del conocimiento o la perspectiva jurídica”. A las 29 peticiones de información han respondido con cartas explicando que no tienen historias clínicas con los nombres de quienes las solicitan.

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