La renuncia de Sanitas a comprar L’Aliança precipita su intervención
FIATC analizará las cuentas de la entidad, que pidió auxilio a la Administración
L’Aliança vuelve a estar intervenida. La Generalitat asumió este viernes por tercera vez la tutela de la mutua de previsión social tras la petición expresa de su consejo de gobierno, que se reunió de urgencia por la tarde para tomar la decisión. Las dificultades financieras que ha atravesado históricamente la entidad se encuentran en el fondo de la petición de auxilio, pero el desencadenante definitivo se produjo ayer con la renuncia de Sanitas a la compra de la entidad, por la que estaba dispuesta a desembolsar 75 millones de euros.
La mutua requiere una inyección urgente de capital. Aunque ha logrado reducirla en los últimos años, aún le pesa demasiado la mochila bancaria, que contiene una deuda de 63 millones de euros, a la que se han de sumar los pagos pendientes a proveedores. Y la marcha de su negocio no da suficientes garantías de poder asumir ni la amortización ni los intereses que supone, más cuando cerró el ejercicio de 2011 con unas pérdidas netas de 20 millones de euros, según las cuentas auditadas aprobadas por el consejo hace unos 10 días.
El director general, Roger Guasch, se convierte en
En esa situación, el Consejo de Administración buscaba una salida con la venta de la entidad, que factura alrededor de 150 millones de euros al año y da cobertura a 104.000 mutualistas. Según explicaron fuentes del Consejo de Administración, la retirada de Sanitas pone en peligro otra operación que estaba en ciernes: la adquisición por el fondo de inversión Capio de la sede del hospital del Sagrat Cor, el buque insignia de la mutualidad. Capio ya se hizo con la gestión de ese centro y, en virtud del mismo acuerdo, tiene un derecho preferente de compra del edificio por un importe de 54 millones de euros. Solo una mejor oferta se lo quitaría.
El paso atrás de Sanitas da un vuelco total a la situación de L’Aliança, que ya contemplaba como plan B la demanda de intervención si algo fallaba cuando la aseguradora propiedad del grupo británico Bupa analizase en profundidad las cuentas de la mutualidad catalana.
Advertido, el Departamento de Economía actuó de inmediato. Nombró al actual director general, Roger Guasch, administrador provisional de L’Aliança para dar señales de “continuidad” y reabrió los canales de negociación con la mutua de seguros FIATC para que esta analice la cartera de seguros de la entidad intervenida. “Se impulsará el proceso de integración de L’Aliança en un nuevo grupo asegurador”, señaló a través de un comunicado el Departamento de Economía. FIATC ya fue una de las seis ofertantes que se interesaron por absorber el negocio de L’Aliança cuando la dirección abrió el proceso de venta, el pasado mes de febrero.
Con una deuda
Según la Generalitat, la intervención pretende “garantizar los intereses de los mutualistas y de los trabajadores, y velar por los compromisos económicos de la entidad”. El preacuerdo con Sanitas ya garantizaba el mantenimiento de la actividad de las tres clínicas (en Girona, Lleida y Tortosa) y los ambulatorios de L’Aliança, y la continuidad de toda su plantilla.
Tanto la Generalitat como la dirección de L'Aliança destacaron este viernes la mejora que han experimentado las cuentas de la mutualidad de previsión social en el último ejercicio, que al cierre del mes de abril habían alcanzado el “déficit cero” —ni beneficios ni pérdidas—, un resultado positivo si se tienen en cuenta los cuatro millones perdidos en los primeros cuatro meses de 2011.
Aunque formalmente ya ha cesado a causa de la intervención administrativa, el Consejo de Administración se volverá a reunir el próximo martes para tener más detalles de una operación que ayer les cogió por sorpresa.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.