“La reconciliación con olvido es un mantenimiento de la impunidad”

Aunque la relación no es directa entre el terrorismo de ETA y un golpe militar como el que sacudió Argentina en 1976, también de este último se pueden extraer conclusiones positivas para el escenario abierto en Euskadi. Argentino de nacimiento y con ascendentes vascos, Ignacio Hernaiz es un perfecto conocedor de ambas sociedades. Ayer expuso su visión en el Congreso sobre Memoria y Convivencia que se celebra en Bilbao.

Pregunta. ¿En todo proceso hay vencedores y vencidos?

Respuesta. Son interpretaciones que responden más bien a una historiografía de otra época. Lo importante para una sociedad es poder construir su democracia sobre una base sólida como la de la Justicia, que es la que pone la verdad sobre la mesa y propone una convivencia hacia el futuro. La paz debe ser la única vencedora.

P. ¿Resulta imprescindible en ese camino la reconciliación?

R. La reconciliación es necesaria, pero no basta con ella. Tarde o temprano es necesaria la búsqueda de la verdad para que la construcción de la convivencia sea sólida. Es lo que se ha hecho en Argentina, lo que no se ha hecho aún en España con el franquismo y lo que habrá que hacer en Euskadi. La reconciliación con olvido es un mantenimiento de la impunidad.

P. ¿Quién establece cuál es la verdad?

R. Lo más importante es tener la posibilidad de escuchar todas las voces. La legitimidad de los procesos de memoria está relacionada con la pluralidad y los consensos, sin censuras ni vetos. Construir el futuro requiere de una generosa memoria, que siempre ha de ser colectiva. Si no, existe el peligro de que cada Gobierno de turno excluya a los otros sectores y eso es un gran riesgo para la democracia.

Lo más importante es tener la opción de escuchar todas las voces, sin vetos”

P. ¿Cabe en esa memoria colectiva el punto de vista de los violentos?

R. ¿Tiene sentido que los niños de hoy escuchen los testimonios de Hitler sobre su gesta? Supondría casi una apología del delito. Siempre hay límites y la democracia también los tiene. Lo importante es que exista un consenso para situarlos.

P. ¿Hace falta también un consenso sobre reinserción?

R. Cada caso es diferente. Puede haber personas, como en el caso de ETA, que han cometido determinados delitos, han cumplido sus correspondientes sentencias, han expresado su arrepentimiento y han mostrado su voluntad de participar... Los consensos parlamentarios deben dictaminar si tiene lugar esa participación. Otra cuestión distinta es la política.

P. ¿En qué sentido?

R. Hay sectores del nacionalismo vasco, como la izquierda abertzale, que tienen que tener participación en la sociedad actual. Todo el que quiera colaborar con la democracia en Euskadi debe tener su lugar, porque el problema, aquí, tiene que ver más con el perfil de país.

P. ¿A qué se refiere?

R. El debate en Euskadi es si los vascos, en su mayoría, sienten algún grado de integración en España y si el modelo válido es el actual, otro con mayores niveles de autonomía o uno más cercano a lo que pasa en Europa, con los Estados asociados a la Unión Europea. Es una cuestión que se debe abordar en democracia, con consensos parlamentarios, debates y reflexión, sin cerrar la boca a nadie.

P. ¿Ve una posible marcha atrás en el proceso abierto?

R. Las condiciones son favorables para encontrar el camino, aunque pueda ser largo.