La peor cosecha de cítricos expulsa a los agricultores de los campos
El sindicato La Unió estima que se abandonarán entre 15.000 y 20.000 hectáreas
Los citricultores valencianos celebraron ayer la festividad de la Virgen de la Naranja cerrando “una de las peores campañas de los últimos años”, según afirmó el secretario general de La Unió, Ramón Mampel. Las lluvias, heladas y, sobre todo, el precio final que ha recibido este año el agricultor son los factores que hacen temer al sector nuevos abandonos de cultivos. “En 2011 se abandonaron 13.000 hectáreas dedicadas a los cítricos en toda la Comunidad Valenciana, este año podemos estar hablando de entre 15.000 y 20.000 hectáreas perdidas más”, explicó Mampel después de acudir a la tradicional misa que se celebra en la basílica de Lledó. La festividad, a la que acudieron otros representantes del sector como Néstor Pascual, secretario general de Fepac-Asaja y el presidente de Asociex, Jorge García, entre otros, sirve para tomar el pulso al estado actual de la citricultura. Y las expectativas no son buenas.
Para el secretario de La Unió los bajos precios de esta campaña han avivado el “desánimo” entre los citricultores. Este año el precio ronda el 30% menos que en la campaña de 2010-2011. A falta de datos oficiales de este año, la asociación estima que los citricultores han dejado de ingresar más de 220 millones en los últimos ocho años por la caída de precios. Todo ello provoca además el desinterés de los jóvenes. “En las últimas cuatro temporadas se han perdido más de 31.000 puestos de trabajo en el campo, lo cual es alarmante porque era una producción que daba mucho empleo”, dice.
Desde Fepac-Asaja coinciden al hablar de expectativas. “Después de dos campañas en las que parecía que el sector reflotaba, finalmente, se ha confirmado la tendencia a la baja”, explica Doménech Nácher, secretario técnico de la asociación. Según apuntó, el agricultor ha cobrado este año entre 0,12 y 0,3 euros por un kilo de clemenules. El consumidor ha comprado el kilo a precios de 1,63 a casi 3 euros. “En la pasada temporada el citricultor cobró entre 0,10 y 0,46 euros”, dijo.
Ramón Mampel aprovechó la cita de ayer para reclamar la creación de una mesa de seguimiento exclusivo del sector citrícola para un reparto más equitativo. “Primero se paga toda la estructura, jornales, etc. y al final lo que queda es para el agricultor y se han dado casos en los que se llega a producir sin obtener beneficios. Esta estructura no se puede mantener”, dijo.
La reconversión varietal
Para Nácher los retos pasan por introducir nuevas variedades y por fijar un precio en el campo. “Debemos realizar una reconversión varietal para alargar la campaña de la clementina e híbridos hasta el mes de mayo”, dijo. De esta forma, la temporada no se reducirá a dos meses y el riesgo será menor.
Nácher manifestó que la reconversión varietal es una necesidad pero que la realidad lo hace difícil: “La crisis debilita el poder del inversor y la reconversión supone un esfuerzo económico que no se puede realizar”. En cuanto a los precios, destacó que el sector no puede seguir subastando el producto sin tener un precio.
Por otro lado, desde Fepac-Asaja minimizaron el impacto que sobre la naranja valenciana puede tener el acuerdo de la UE que permite la entrada de cítricos marroquíes. Según explicó Nácher, el país magrebí tiene una cuota de exportación de 400.000 toneladas, de las que más de la mitad se destinan a países como Rusia. “España tiene dos millones de toneladas de exportación, por lo que la naranja marroquí apenas supone un 10% del mercado, hoy por hoy no es una amenaza”, destacó.
Para el secretario técnico de la asociación los precios de ambos productos “son muy similares” y no compiten en mercado. “A nuestro favor juega que estamos logísticamente más cerca de los países europeos que Marruecos para exportar”, dijo. No obstante, matizó que el acuerdo sí afectará a otros productos hortofrutícolas, como el tomate.
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