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Botella rechaza la ayuda de la oposición para combatir la contaminación

El Ayuntamiento estudia cómo restringir el tráfico en casos puntuales Lissavetzky propone 100 medidas para mejorar la calidad del aire IU y UPyD señalan al modelo de ciudad del PP como culpable de la polución

Nube de contaminación sobre Madrid, vista desde Torrelodones el pasado febrero.
Nube de contaminación sobre Madrid, vista desde Torrelodones el pasado febrero.ULY MARTÍN

El Partido Socialista (15 concejales), Izquierda Unida (6) y Unión Progreso y Democracia (5) han presentado esta mañana ante el pleno municipal extraordinario sobre la materia una batería de medidas de todo tipo y condición para reducir la contaminación en Madrid. Además, han instado al Partido Popular (31, mayoría absoluta) a atacar sus causas fundamentales, que en su opinión son el modelo de ciudad y de movilidad urbana. El PP ha rechazado todas las propuestas, arguyendo que están ya contempladas en su plan de calidad del aire. Sí ha invitado a la oposición (que se ha aliado para forzar la celebración del pleno) a participar en la definición de un protocolo de actuación para los periodos de mayor contaminación, en los que el Ayuntamiento estudia incluso limitar el tráfico en la ciudad.

>> Partido Socialista de Madrid. Por la importancia que otorga a este tema, ha tomado la palabra en el pleno su líder municipal, Jaime Lissavetzky, que ha criticado con dureza al PP por aprobar el plan de calidad del aire sin esperar a la celebración de este debate. En su opinión, esa “tomadura de pelo” es prueba del “déficit democrático” del Gobierno local y de su “sutil autoritarismo”. Ha calificado además de “psicopatía administrativa” la actitud “inmovilista” de los responsables municipales, que “desprecian la realidad” al “negar” el problema.

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Lissavetzky ha criticado a la alcaldesa, Ana Botella, por haber negado en el pasado que la contaminación afecte a la salud (tanto el PSM como UPyD han citado estudios que cifran en 2.000 las muertes prematuras achacables a la mala calidad del aire), y ha acusado al Ayuntamiento de “hacer trampas”, cambiando de lugar las estaciones de medición para rebajar los niveles casi hasta la mitad, según sus datos. Considera que el plan del Gobierno local es “poco ambicioso, ineficaz e insuficiente”, y adolece de “falta de coraje político”, y por ello ha aportado un centenar de medidas, para cuya elaboración ha mantenido encuentros en las últimas semanas con ONG, ecologistas, expertos, etcétera.

Lissavetzky propone, entre otras actuaciones, restringir el tráfico y abaratar el transporte público hasta incluso hacerlo gratuito cuando se supere un umbral de contaminación (250 microgramos durante dos horas en dos o más estaciones de una zona); informar sobre la calidad del aire en las calles, los paneles de la M-30, el metro, etcétera; ampliar la zona de máxima protección un 30% (en lugar de sólo el cogollo central, toda la almendra interior de la M-30); bonificar el impuesto de circulación a los vehículos menos contaminantes; variar los límites de velocidad en la M-30 y en las autovías de acceso a la ciudad según el nivel de polución; realizar peatonalizaciones parciales en todos los distritos durante los fines de semana; implantar las áreas de prioridad residencial prometidas en los barrios de Justicia, Universidad y Ópera; peatonalizar antes de 2015 zonas como el entorno de Conde Duque, la calle Carretas, o la plaza de Celenque, entre otras; ampliar aceras y eliminar chirimbolos; crear 10.000 plazas de aparcamiento para motos; anular el reciente encarecimiento del transporte público; incentivar a las empresas para que organicen el transporte colectivo de sus empleados; sustituir plazas azules por verdes en el Servicio de Estacionamiento Regulado, eliminando este además en el exterior de la M-30; plantar parques en las azoteas; fomentar la bicicleta y el coche eléctrico…

>> Izquierda Unida. La concejal Raquel López ha querido centrar el debate no tanto en medidas concretas (la oposición ha aportado, en la convocatoria del pleno, un documento con 16; además, los grupos presentaron alegaciones al plan de calidad del aire durante su tramitación) como en “la causa fundamental” de la contaminación: el Plan General de Ordenación Urbana, que ha primado desde 1997 el uso del coche y la especulación inmobiliaria, según denuncia.

López ha explicado: “Hay que corregir las políticas erróneas de los últimos 20 años; los equipamientos básicos no pueden estar a una hora sino a diez minutos de distancia, para no obligar a la gente a coger el coche; se han hecho estaciones de metro en lugares por donde no pasa nadie para revalorizar los pisos construidos allí, y ahora hay que pagarlo con una subida del transporte público injusta e insolidaria que incluso hace más barato ir a los sitios en coche”.

La edil ha desgranado también algunas de las medidas impulsadas por su formación (peatonalizaciones con jardineras o semáforos portero, por ejemplo), pero ha puesto el énfasis sobre todo en la creación de un abono de transportes más barato para colectivos desfavorecidos como los desempleados. El delegado de Medio Ambiente, Movilidad y Seguridad, Antonio de Guindos, ha asegurado que estudiará esa propuesta, aunque en ocasiones anteriores ha sido invariablemente rechazada por el Gobierno municipal.

>> Unión Progreso y Democracia. El concejal Jaime de Berenguer ha criticado también al PP por aprobar el plan de calidad del aire antes de la celebración del debate, que se celebró a instancias de este grupo y gracias al apoyo del Partido Socialista. “Sólo queremos aportar ideas, aunque luego se las apropien, pero están encastillados. Les invitamos a rectificar, ha dicho. Como Izquierda Unida, ha insistido en que las medidas del Gobierno local están basadas “en el efecto y no en la causa de la contaminación, que es la movilidad y el modelo de ciudad”.

Berenguer ha propuesto, entre otras medidas, crear zonas peatonales en los 136 barrios de la ciudad, para que haya “un ágora al que los vecinos puedan ir cada día y 136 focos de actividad comercial”; establecer un abono de transportes para los menores de seis años, para que los padres puedan viajar con sus hijos en autobús y metro de forma más barata; rebajar el precio del transporte público en horas de menor densidad de tráfico, para redirigir así parte de las aglomeraciones de las horas punta; aumentar las plazas verdes de aparcamiento; congelar la concesión de nuevos aparcamientos de rotación; cerrar el centro de la ciudad al tráfico en los momentos de mayor contaminación; promocionar la bicicleta eléctrica para, “en lugar de esperar a tener carriles bici para los que no hay dinero, inundar las calles de bicicletas”; usar los paneles de la M-30 para informar sobre la calidad del aire y hacerlo también en las inmediaciones de las estaciones de medición…

>> Partido Popular. El delegado de Medio Ambiente, Movilidad y Seguridad, Antonio de Guindos, ha respondido a la oposición que el plan de calidad del aire ya fue debatido en comisiones y plenos anteriores; su borrador se facilitó a asociaciones de vecinos, empresarios y “a todo aquel que lo hubiera pedido”; y se incorporaron 91 de las 377 alegaciones presentadas, entre ellas 10 del PSM y 3 de IU.

De Guindos ha reiterado que la calidad del aire en Madrid es buena excepto en cuanto al dióxido de nitrógeno, generado en un 95% de los vehículos diesel. Ha reconocido en cualquier caso que “se puede mejorar” en algunos puntos, lo que se hará con las 70 medidas de su plan, presupuestadas en 162 millones de euros. Algunas de ellas, sin embargo, como las peatonalizaciones, se dieron por imposibles en al menos dos años por falta de dinero ya antes de la aprobación del plan, aunque no fueron retiradas de este.

Ha descartado así 15 de las 16 propuestas llevadas por la oposición de forma conjunta al pleno, porque “están recogidas, en muchas ocasiones literalmente, en el plan de calidad del aire”. Sí ha aceptado el guante en una de ellas, ofreciendo al resto de grupos “un acuerdo de colaboración” para trabajar de forma conjunta en el protocolo de actuación en casos extremos.

En la actualidad, los niveles de alerta establecidos por la Unión Europea son tan elevados que, hasta ahora, nunca se han sobrepasado. El Ayuntamiento ha establecido otros, inferiores, en los que se obliga a avisar a la población del riesgo. Lo que está haciendo ahora, y pretende tener listo antes del verano, es un modelo que analice todas las variables que influyen en la calidad del aire (presión atmosférica, viento, etcétera) y el efecto de las posibles medidas relacionadas con restricciones de tráfico que pudieran adoptarse.

Intenta de esta manera que en esas situaciones extremas (que según los responsables municipales se pueden dar una o dos veces al año, sobre todo en otoño e invierno) se establezca un mecanismo práctico para avisar a los conductores en tiempo y forma, y un protocolo de actuación que resulte efectivo. Así, por ejemplo, restringir el tráfico a los coches de más de 10 años no sería útil, puesto que estos son los causantes sólo del 2% de la contaminación. ¿Cómo podría hacerse? Por ejemplo, limitando la circulación a los coches cuya matrícula termine en un determinado número. Pero eso es sólo una hipótesis, puesto que se está trabajando en un modelo que resulte de verdad eficaz. Luego, por supuesto, será cuestión de voluntad política ponerlo en marcha, toda vez que se encontrará sin duda con un fuerte debate ciudadano.

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