Así nos hunda un iceberg

Explicaba el vicepresidente de Consell, José Ciscar, el plan de reequilibrio financiero que contempla recortes superiores a los 2.600 millones de euros, aumento de las tasas universitarias y una mayor privatización de la gestión de la sanidad pública. El Gobierno valenciano, agobiado por la quiebra económica y financiera de las arcas autonómicas, presentaba un cambio de modelo del Estado del bienestar para alcanzar la meta del déficit al que le obliga Mariano Rajoy.

Hablaba el portavoz del Consell y, a la misma hora, a unos centenares de metros del Palau de la Generalitat, peroraban la vicesecretaria general del PSPV, Leire Pajín, y el secretario de Organización, Alfred Boix, sobre una inane campaña interna con que criticar la acción del Ejecutivo de Rajoy en la Comunidad Valenciana. Frases hechas aparte, sorprendió la defensa —matizada— que Boix realizó sobre los grandes eventos en un momento en que el desprestigio de los mismos entre los ciudadanos es inmenso.

Pero más extraña que esta salida de pata de banco fue el hecho de que ni Pajín ni el diputado autonómico se refirieran para nada a lo que ocurría en esos momentos en la Generalitat. Los malos periodistas dicen que la realidad no les puede estropear un buen titular. Los políticos sin cintura y de escasa imaginación no cambian el rumbo así les alcance un iceberg como el que hundió al Titanic.