Fabra: “No hay dinero para mantener el Estado del bienestar”
El presidente apela a la "comprensión y complicidad" de los ciudadanos ante los recortes "No hace falta que nadie nos venga a intervenir”, afirma el consejero Máximo Buch
“El Gobierno se ha encontrado con que no tiene dinero para poder garantizar el Estado del bienestar”. Este explícito reconocimiento de la raquítica situación de las arcas públicas lo realizó el presidente del Consell, Alberto Fabra, tras participar en la romería a la Santa Faz. La crisis, los recortes y el fantasma de la intervención de la Comunidad Valenciana planearon sobre una de las más multitudinarias ediciones de la La Peregrina, como popularmente denominan los alicantinos a esta cita anual con su tradición.
El evento, a caballo entre el fervor religioso y el costumbrismo, congregó a cerca de 260.000 personas, según una estimación de la Policía Local, que realizaron el trayecto en tiempo récord. La jornada ventosa aceleró el ritmo de los romeros y al mismo tiempo deslució la cara lúdico-campestre de la romería.
El presidente de la Generalitat, que hacía su estreno en esta romería, anduvo el camino (siete kilómetros que separan la concatedral de San Nicolás del monasterio de la Santa Faz) flanqueado por el núcleo duro de su Gobierno, entre ellos el vicepresidente, José Ciscar, y la anfitriona, la alcaldesa de Alicante, Sonia Castedo.
Fabra desgranó dos ideas: primero, la falta de recursos para garantizar el Estado del bienestar, según él, por culpa de la mala gestión del anterior Gobierno socialista; y segundo, justificar los recortes para conseguir este objetivo. “Lo que ha tenido que hacer [el Gobierno] es tomar medidas difíciles que a nadie le hubiera gustado hacer, pero necesarias para poder seguir manteniendo ese Estado del bienestar”, dijo.
Ximo Puig solicita una reunión con Fabra para hablar del empleo
"Madrecita, madrecita, que me quede como estoy". La frase la ha pronunciado la alcaldesa de Alicante, Sonia Castedo, tras concluir su peregrinación al monasterio de la Santa Faz. La regidora, acosada por la investigación del caso Brugal, ha asegurado que no es el momento de pedir nada especial sino de conformarse con lo que cada uno tiene. A renglón seguido, la alcaldesa ha felicitado a los alicantinos por la masiva respuesta, un años más, a esta cita de su tradición y ha resaltado la rapidez con la que se ha cubierto el recorrido.
El resto de políticos participantes en la romería también han aprovechado el evento para pronunciarse sobre la complicada situación actual. Eso sí, el clave autonómica. Así, por ejemplo, el líder del PSOV-PSOE, Ximo Puig, ha incidido en la delicada situación económica por la que atraviesa la Comunidad Valenciana y el estrecho margen de maniobra que tiene en la actualidad respecto al Gobierno español.
"El Consell está intervenido por el PP de Génova", ha aseverado el secretario general del PSPV. Según Puig el ejecutivo valenciano "ha asumido recortes imposibles de aceptar para la Comunidad Valenciana", entre ellos el copago farmecéutico o los ajuste de educación. Puig ha pedido una entrevista para tratar con Fabra los principales temas que afectan a la Comunidad, especialmente en materia de empleo y servicios públicos.
Las manifestaciones de Puig han tenido su réplica en las que posteriormente ha realizado Alberto Fabra. El jefe del Consell ha reconocido "que el Gobierno no tiene dinero para mantener el Estado de Bienestar" y acto seguido ha responsabilizado de esta crítica situación a la gestión del anterior ejecutivo socialista. "Estamos ante una nueva realidad fruto de las circunstancias actuales. Lo que ha tenido que hacer el actual Gobierno es tomar medidas difíciles que a nadie le hubiera gustado hacer, pero necesarias para poder seguir manteniendo el Estado del Bienestar". Fabra se ha negado a reconocer de manera explícita el copago sanitario que ha justificado de esta forma: "Lo único que se ha hecho es mantener la estructura que había de participar en el pago de los medicamentos en un porcentaje, pero incrementando esos porcentajes para mantener la sostenibilidad del sistema.
Fabra contextualizó y minimizó el efecto del copago en la sanidad pública. El líder de los populares valencianos aseguró que no ha habido un cambio de sistema, sino que simplemente “se han incrementado los porcentajes” en el pago de los medicamentos para mantener la viabilidad del sistema.
El jefe del Consell concluyó su breve intervención ante los periodistas apelando al ahorro como una necesidad ineludible de las Administraciones para garantizar los servicios públicos y a la “comprensión y complicidad de los ciudadanos”.
Poco después, ya en Valencia tras asistir también a la romería, el consejero de Economía, Máximo Buch, descartó que la Comunidad Valenciana pueda llegar a ser intervenida por el Gobierno central para asegurar el cumplimiento del objetivo de déficit. “No hace falta que nadie nos venga a intervenir, ya vamos a hacer nosotros el trabajo”, remarcó contundente el consejero durante una jornada económica.
Buch recordó que desde el comienzo del año se están tomando medidas y que ahora se implantarán “las que corresponden” en educación y sanidad. “Y con esto tenemos que tener el plan hecho para llegar a nuestro objetivo de déficit”, aseguró.
Las referencias de Fabra a la crisis y los recortes tuvieron su correlato en la figura del líder del primer partido de la oposición, Ximo Puig. El nuevo secretario general del PSPV, que también debutó en la romería, analizó la complicada situación en la que se encuentra la Comunidad Valenciana, intervenida en lo político desde el Gobierno central, desde donde recibe instrucciones sobre los recortes a acometer en materia de sanidad y educación, y en un futuro no muy lejano podría ser también en lo económico, deslizó.
Puig, que encabezó una amplia comitiva socialista junto con la diputada y exministra Leire Pajín y la portavoz del Grupo Municipal Socialista de Alicante, Elena Martín, anunció que ha solicitado una reunión con el presidente del Consell en la que proyecta proponerle un acuerdo en materia de empleo y de mantenimiento de los servicios públicos, según detalló. “Estamos en una situación excepcional”, agregó el dirigente socialista, que compartió mesa y mantel con compañeros de la agrupación local antes de viajar con Pajín a Benidorm. Puig lamentó el problema de “credibilidad” que sufre la Generalitat valenciana. “Este Gobierno ha sido incapaz incluso de gobernar la abundancia”, enfatizó.
El viento deslució la jornada campestre que sucede a la romería
Puig y Fabra, que han asumido el rumbo de sus respectivas formaciones políticas en la cresta de la crisis, coincidieron en su debut en la más multitudinaria y veloz romería a la Santa Faz que se recuerda en estos últimos años.
La presencia de líderes políticos valencianos siempre es uno de los aspectos que despierta más interés mediático y ciudadano en la romería. Ayer, además, un político protagonizó uno de los incidentes de la marcha. El exalcalde de Alicante y diputado autonómico Luis Díaz Alperi cayó al suelo tras tropezar al inicio de la caminata, en la calle de Villavieja. Alperi quiso continuar la romería, pero desistió de su intento a mitad de la misma, aunque no requirió asistencia sanitaria.
Los otros dos sostenes de esta tradición son el fervor religioso y el aspecto lúdico y campestre. El primero contó ayer para los romeros con un aliciente añadido, la indulgencia plenaria dispensada por el Papa Benedicto XVI a los peregrinos desde este año hasta 2019. Se trata de un raro privilegio que otorga el Vaticano a los creyentes católicos para eventos de esta índole. Muchos peregrinos optaron por realizar el recorrido descalzos y las heridas en los pies fueron, por ende, algunas de las asistencias más frecuentes que realizaron los servicios sanitarios presentes en el recorrido.
En líneas generales, los servicios de asistencia previstos por el Ayuntamiento de Alicante realizaron apenas 98 intervenciones, todas de carácter leve, principalmente por caídas, torceduras, rozaduras, lipotimias o intoxicaciones etílicas de los numerosos jóvenes que cada año acuden a la peregrinación. El segundo accidente destacado lo protagonizó un agente de la Policía Nacional, que se fracturó una pierna al caer de la moto tras volcarse ésta al golpearle una valla vencida por el fuerte viento. El agente tuvo que ser atendido en un centro hospitalario.
Y si la romería fue breve, la comida posterior quedó muy deslucida por las inclemencias meteorológicas. Con rachas de viento de hasta 50 kilómetros por hora y el cielo bastante encapotado, la tradicional estampa del público sentado en cualquier rincón de los alrededores del monasterio con amigos y familiares estuvo menos concurrida. Muchos optaron por volver directamente a sus hogares tras cubrir el recorrido.
“Madrecita, madrecita, que me quede como estoy”
"Madrecita, madrecita, que me quede como estoy". La frase la pronunció la alcaldesa de Alicante, Sonia Castedo, del PP, tras concluir su peregrinación al monasterio de la Santa Faz. La regidora, acosada por la investigación del caso Brugal, aseguró que no es el momento de pedir nada especial, sino de conformarse con lo que cada uno tiene. A renglón seguido, la alcaldesa felicitó a los alicantinos por la masiva respuesta, un año más, a esta cita con su tradición. Castedo resaltó la ausencia de incidentes destacados en la marcha y, sobre todo, la rapidez con la que los romeros recorrieron el itinerario de la romería.
En su horizonte más próximo, la regidora se debate en dos frentes: de un lado, y en el ámbito público, afrontar la grave crisis económica que atenaza la gestión del Consistorio; y por otra parte, y en el plano particular, gestionar su implicación en la rama del caso Brugal que indaga un supuesto amaño del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) en favor de los intereses del promotor Enrique Ortiz.
El devenir de Castedo en la alcaldía está directamente relacionado con su imputación en el sumario. Hasta ahora sólo está acusada de cohecho, tráfico de influencias y uso privilegiado de información por parte del fiscal Anticorrupción.
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