El Pocero bueno deja la huelga de hambre
El constructor llega a un compromiso de negociación con La Caixa después de 17 días de ayuno
José Moreno, el constructor conocido como el Pocero bueno, dejó a las nueve de la noche de ayer la huelga de hambre por la que ha permanecido 17 días sin comer con el propósito de reclamar el dinero que su cooperativa ha perdido en una operación inmobiliaria con La Caixa.
Moreno, de 62 años, había invertido 1,6 millones de la cooperativa en unos estudios técnicos necesarios para que la entidad la financiase en la construcción de 56 viviendas. El banco finalmente desestimó esta posibilidad y los cooperativistas perdieron una media de 30.000 euros cada uno. Para recuperar la cantidad o encontrar otra salida satisfactoria al conflicto, el Pocero acampó frente a una sucursal del banco en Fuenlabrada y aseguró que no comería "hasta la muerte". En los últimos días su salud había empeorado notablemente y el lunes incluso fue necesario que visitase el hospital.
Tomás R. Villasante, profesor emérito de la Complutense y portavoz de la cooperativa de Moreno, aseguraba anoche que el director de los servicios jurídicos de La Caixa les ha ofrecido desplazarse el viernes hasta Madrid para negociar una solución. "Será una vía por la que todos perderemos algo, tanto el banco como los cooperativistas y José, pero La Caixa ha comprendido que no se trata de un problema únicamente jurídico, sino ético, porque no se puede pedir a la gente que invierta y luego desvanecerse", contaba.
Villasante ha explicado que la negociación estará abierta a todas las soluciones y que la cooperativa aún debe recabar las distintas propuestas que sus miembros quieren presentarle al banco. La entidad ha confirmado que este encuentro tendrá lugar y que está dispuesta al diálogo, pero asegura que se mantiene firme en que nunca aprobó ninguna operación con la cooperativa de Moreno y que este sabía desde el año 2010 que no contaría con su apoyo financiero.
Al principio de los años 2000, José Moreno alcanzó gran popularidad en el sur de Madrid después de dirigir una serie de exitosas promociones de vivienda pública a muy bajo precio en Fuenlabrada. En 2008 lanzó un proyecto de viviendas libres por una cantidad muy inferior a las del mercado. Miles de personas se apuntaron a él en medio de un gran revuelo mediático. Tras una sucesión de retrasos y problemas en la negociación con los bancos por el encarecimiento del suelo y, posteriormente, por la llegada de la crisis, solo unos 300 cooperativistas han podido lanzar el proceso de construcción de sus viviendas.
El resto ha abandonado el proyecto, y 56 perdieron sus ahorros en la fallida operación con La Caixa. El banco siempre ha sostenido que los estudios técnicos que solicitó a Moreno son los que la ley estipula como necesarios para analizar un proyecto de esas características, pero que nunca se comprometió a financiar la construcción de las viviendas. Moreno contraargumenta que sí que existía un acuerdo verbal con la entidad y que por eso gastó el dinero de la cooperativa.
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