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Lissavetzky propone vetar el centro a los vehículos con más de 20 años

Las alegaciones del PSOE incluyen el etiquetado de los vehículos según sus emisiones

Elena G. Sevillano
Atasco en el Día sin Coches del 22 de septiembre de 2009.
Atasco en el Día sin Coches del 22 de septiembre de 2009. ÁLVARO GARCÍA

El plan de calidad del aire de Madrid recientemente aprobado por su alcaldesa, Ana Botella, es “insuficiente, poco valiente y de vocación recaudatoria”, según el portavoz socialista en el Ayuntamiento, Jaime Lissavetzky, que esta mañana ha presentado sus alegaciones al documento. La zona de bajas emisiones (ZBE) que define el plan de calidad del aire debería ampliarse a “toda el área comprendida dentro de la M-30”, según Lissavetzky, y no debería permitirse la entrada a los vehículos anteriores a 1992.

Los socialistas proponen el etiquetado de los vehículos en función de sus emisiones de nitrógeno y partículas, tal y como recoge el plan nacional de calidad del aire y como existe en otras ciudades. Sus medidas son, ha asegurado, “más baratas” que las de Botella.

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El plan alternativo supondría etiquetar a los vehículos por colores (de rojo, el más contaminante, a verde, el más ecológico) para después establecer restricciones a los coches más sucios. En los dos primeros años después de acabar el etiquetado no podrían circular dentro de la M-30 los que tengan pegatina roja, es decir, los diésel Euro 0 a Euro 2, además de todos los anteriores a 1992. Después se iría limitando el acceso al resto de vehículos de forma progresiva: primero los naranjas, luego los amarillos, etc.

En las alegaciones, Lissavetzky también propone exenciones en el impuesto de circulación en función del etiquetado. La semana pasada, el secretario de Estado de Medio Ambiente, Federico Ramos, anunció la intención del Ejecutivo de subir los impuestos de matriculación y de circulación para penalizar a los vehículos diésel, que emiten menos CO2 que los de gasolina, pero muchas más partículas y dióxido de nitrógeno. Son los principales responsables de que Madrid incumpla la legislación europea para la que el Gobierno de Aguirre ha pedido una prórroga de cinco años, algo que Botella también anunció que haría cuando su plan esté aprobado definitivamente.

"La calidad del aire es razonablemente muy buena"

La calidad del aire en Madrid es "razonablemente muy buena", ha dicho esta mañana el director general de Sostenibilidad y Movilidad del Ayuntamiento, Javier Rubio, que ha preguntado a la oposición por qué "se empeñan constantemente en calificarla de malísima".

Rubio ha hecho estas afirmaciones en respuesta en la Comisión de Medio Ambiente, Movilidad y Seguridad a una pregunta de la concejal de IU Raquel López sobre los criterios que tomó en consideración la candidatura olímpica de Madrid 2020 para decir en su informe al COI que la ciudad presenta una "excelente" calidad del aire.

El director general ha explicado que el COI preguntó a las ciudades aspirantes a organizar los Juegos de 2020 cómo era la calidad del aire atendiendo a los datos de los últimos cinco años en el más de los Juegos: agosto.

El portavoz socialista ha incluido en sus alegaciones propuestas para mejorar el transporte público, como el billete integrado, que ha llamado Metrobús-90. Se trata de un único billete que permite usar toda la red de transporte de la capital durante un máximo de 90 minutos. La mayoría de ciudades cuentan con este tipo de billetes, que evitan volver a pagar si, por ejemplo, se toman dos autobuses distintos para llegar al destino. En Barcelona, por ejemplo, el tiempo para hacer transbordos es de 75 minutos.

“Es necesario un nuevo plan de movilidad para Madrid, pero la señora Botella no quiere aceptarlo”, ha insistido Lissavetzky, informa Efe. El socialista quiere que se anule el aumento del 10% en las tarifas de aparcamiento del servicio de estacionamiento regulado en la zona de bajas emisiones y la ampliación del horario de los parquímetros una hora más, la medida estrella del plan de calidad del aire municipal. También propone convertir las plazas azules en verdes para dar prioridad a los residentes.

Lissavetzky considera que Madrid debe avanzar en la peatonalización, y por ello propone que, de manera experimental, el tramo Cibeles- Atocha se deje solo con dos carriles para el tráfico privado los fines de semana. Ana Botella anunció hace unos días que las peatonalizaciones que figuran en el plan de calidad del aire deberán posponerse durante dos años por falta de presupuesto para llevarlas a cabo. El vicealcalde, Miguel Ángel Villanueva, puntualizó después que se trata de “un compromiso de legislatura” y que las llevarán a cabo antes de 2015.

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Sobre la firma

Elena G. Sevillano
Es corresponsal de EL PAÍS en Alemania. Antes se ocupó de la información judicial y económica y formó parte del equipo de Investigación. Como especialista en sanidad, siguió la crisis del coronavirus y coescribió el libro Estado de Alarma (Península, 2020). Es licenciada en Traducción y en Periodismo por la UPF y máster de Periodismo UAM/El País.

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