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La filosofía de Mato favorece a La Rioja en el conflicto sanitario con Euskadi

La ministra aboga por la solución bilateral cuando sea un problema local

Euskadi volvió ayer de la cumbre sanitaria nacional de Madrid con las manos vacías, sin arrancar el ansiado compromiso de estudiar soluciones al conflicto sanitario que podrían pasar por la creación de un fondo de compensación para pacientes de zonas limítrofes. La ministra de Sanidad, Ana Mato, lo dejó claro en su comparecencia ante los medios de comunicación tras la primera reunión del consejo interterritorial del Sistema Nacional de Salud de la legislatura. Mato apuntó a que se trata de un problema local y apostó por una solución bilateral entre ambas comunidades.

Dicho de otro modo, hizo suya la postura que ha defendido desde octubre el Gobierno de La Rioja, contraria a la vasca. El resultado era previsible, después de que, tal y como avanzó este periódico, el Gobierno central decidiera sacar del orden del día del consejo a pesar de haberlo estudiado en una reunión previa —el viceconsejero vasco, Jesús María Fernández, explicó el lunes en Bilbao que en este encuentro los responsables coincidieron en que “el sistema de compensación sea un sistema acordado entre todas las comunidades”—.

El acuerdo con Castilla y León no evita las críticas de Treviño

El consejero Rafael Bengoa planteó el conflicto sanitario en el turno de ruegos y preguntas, defendiendo una solución nacional. Bengoa apostó por “identificar formas de financiación estatal”, como uno más de los temas planteados ayer, que “uniformizan” la sanidad, apuntando así a que su planteamiento es coherente con la visión del PP.

El resultado de la cumbre no genera cambios en el día a día de los pacientes de la Rioja Alavesa, que seguirán siendo atendidos en Logroño. Pero pone a Euskadi contra las cuerdas al dificultar un acuerdo nacional para las compensaciones económicas que La Rioja sigue exigiendo y que los vascos se niegan a dar. A esto se añade la premura de alcanzar un acuerdo definitivo, ya que el transitorio no contempla prórrogas más allá del mes que ya se ha anunciado.

Por otro lado, la familia de una mujer de Treviño (Castilla y León) que tras ser tratada de un ictus en Vitoria, a 10 kilómetros, ha sido trasladada a Burgos, a más de 100, ha reabierto el debate en el condado, ya que Castilla y León y Euskadi han firmado un acuerdo este año entre otras cuestiones para garantizar los intercambios sanitarios. Desde Osakidetza aseguran que se ha cumplido con el acuerdo y que el traslado se hizo con el visto bueno de la familia, por lo que se suspendieron los trámites para ingresarla en Leza. Ayer la familia negaba que se les hubiera ofrecido esta alternativa y pedía el traslado a un centro más cercano.

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