Suspenso en iluminación
El paisaje nocturno de Barcelona quita personalidad a las grandes avenidas y edificios de la ciudad, según los técnicos
“El alumbrado público nocturno tiene que responder a criterios de seguridad, que permita a los ciudadanos ir de un lugar a otro, pero también ha de explicar la ciudad y vender una imagen, y en el caso de Barcelona, el alumbrado no genera identidad, e incluso, en las grandes avenidas como La Rambla y el paseo de Gràcia les quita personalidad”. Maurici Ginés, presidente de la Asociación Profesional de Diseñadores de Iluminación (APDI) considera que estos ejes, que de día tienen una imagen marcada, de noche la pierden y se vuelven como cualquier otra calle. Según Ginés, pese a que Barcelona es puntera en arquitectura, en iluminación “no llegaría al aprobado”, ya que el paisaje urbano nocturno barcelonés es desdeñado y está abandonado, pues nos hemos dedicado a la eficiencia y al control lumínico.
Los responsables municipales lo saben, por eso, tras asegurar que Barcelona cumple los niveles lumínicos correctos y que existe una voluntad de ahorro energético que en 2010 llevó a consumir 86 GWh de energía en los más de 153.000 puntos de luz (el 2% menos que el año anterior), aseguran que se está elaborando un plan director de iluminación que acabará dando una nueva imagen nocturna de la ciudad en la que se conseguiría un equilibrio entre la función y la estética, si bien no existen plazos ni fechas para aplicarlo. El plan incorporará nueva tecnología, no solo leds, también regulación individualizada y telecontrol y trabajará en la iluminación de edificios singulares. Según fuentes del Consistorio la idea es “ir un paso más allá y adaptar la iluminación a la realidad urbanística de la ciudad, dejando atrás el concepto de iluminar las calles de forma útil para el vehículo, y dar más protagonismo al viandante”. .
El modelo que seguir son ciudades como Rotterdam, Liverpool y Lyon, que cuentan con un departamento de mercadotecnia energético, según Ginés, y donde la luz nocturna potencia los planos verticales de las calles y el valor cultural de los edificios. En Barcelona la normativa se aplica “de forma rígida por igual, sin excepciones, pero sin una estrategia global”, según el presidente de la APDI: "La búsqueda de la eficiencia energética se ha sobredimensionado y ha hecho que la normativa sea igual para todo tipo de vías, sin excepciones; se ha hecho punto por punto, sin una estrategia global", mantiene. Esto ha llevado a que “contamine lumínicamente más un campo de fútbol de los muchos que hay en la ciudad que el edificio de la torre Agbar Nouvel”, asegura. Para él la iluminación de una zona industrial, con actividad nocturna cero, no tendría que tener la misma normativa que las residenciales o las de una céntrica avenida, que continúan en uso por la noche, aunque de forma diferente. Incluso defiende que la iluminación podía potenciar la individualidad de cada barrio con respecto a los barrios vecinos.
Con respecto a edificios excepcionales como la casa Batlló, la Sagrada Familia y el edificio Agbar, Ginés plantea horarios más abiertos y no tan estrictos de siete de la mañana a las once de la noche. “Son ítems lumínicos, que generan identidad y skyline, como las fuentes de Montjuïc y deberían tener un tratamiento diferente”. Pero es contrario a que la torre Agbar tenga una fachada cambiante: "la ciudad ya lo ha asimilado así, lo entiende y lo identifica, cosa que no ocurriría si los colores cambiaran sin un porqué".
En cuanto a la propuesta del Ayuntamiento aseguran que la APDI, que se ofreció al Consistorio de Xavier Trias en diciembre para colaborar, se reúne hoy en una jornada que debatirá el asunto en el Colegio de Arquitectos de Barcelona. Para ellos, el plan que preparan desde Medio Ambiente, también tendría que contar con el departamento de arquitectura, y debería hablar más de “carácter”, “identidad” y “paisaje urbano” y no de “estética”.
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