El Zinemaldia rendirá homenaje al realizador francés Georges Franju

El Festival Internacional de Cine de San Sebastián rendirá este año homenaje al realizador francés Georges Franju, fundador junto a Henri Langlois de la Cinémathèque Française y referente del cine documental. La figura del realizador, “hoy injustamente olvidada”, según la organización del certamen, “le valió la admiración de los jóvenes cineastas de la nouvelle vague”. El Zinemaldia ha anunciado esta mañana en un comunicado el primero de los ciclos que completarán la programación de su próxima edición, que se celebrará entre el 21 y el 29 de septiembre.

Franju, fallecido en 1987, recibirá el reconocimiento además en el centenario de su nacimiento. El cineasta inició su carrera en el campo del documental en 1949 con una serie de trabajos que han pasado a conformar parte de la historia del género, según explica la organización del Festival. En títulos como Le Sang des bêtes, Hôtel des Invalides o En passant par la Lorraine, comienzan a surgir las principales señas de identidad del cine de Franju y “su especial talento para filmar la realidad desde ángulos inesperados, un rasgo que hace que en estos filmes aflore una sensibilidad cercana al surrealismo y el expresionismo”.

El realizador francés además despuntó en otras facetas o géneros del séptimo arte. El cineasta dio el saltó al largometraje de ficción en 1958 con La Tête contre les murs (La cabeza contra la pared), y un año más tarde, filmó Les Yeux sans visage (Ojos sin rostro), considerada una obra maestra del cine fantástico. El interés del director por “la cultura popular, el folletín y los seriales del cine mudo” impregna algunas de sus obras posteriores. Pleins feux sur l’assassin (1960), Judex (1963) y Nuits rouges (1974) recuperan “la inocencia de las antiguas narraciones de intriga y misterio en una clara reivindicación del cine como placer visual y narrativo”, según el Festival.

Franju también adaptó con su inconfundible sello las obras de grandes clásicos de la literatura como Émile Zola (La Faute de l’Abbé Mouret, 1970), Joseph Conrad (La Ligne d’ombre, 1973) o Jean Cocteau (Thomas l’imposteur, 1964).