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LOS RECORTES DEL CONSELL

La Consejería de Educación debe 20 millones a los colegios de Primaria

Los directores temen por la continuidad del servicio de comedor Una escuela de hostelería no tiene alimentos para cocinar y practicar

Alumnos de la escuela de hostelería de Castellón entregan firmas de protesta por los recortes en la delegación de Educación.
Alumnos de la escuela de hostelería de Castellón entregan firmas de protesta por los recortes en la delegación de Educación.ÁNGEL SÁNCHEZ

La situación de colapso financiero de la Generalitat amenaza con bloquear todo el sistema educativo valenciano. A los problemas derivados de los impagos de la Generalitat en las universidades y en los institutos públicos hay que sumar también la situación que afrontan más de un millar de colegios de Infantil y Primaria, que no reciben ni un euro desde abril de 2011. “No sabemos cuánto tiempo podremos aguantar, estamos todos fatal”, admitió resignado este miércoles Ginés Pérez, director del colegio Fabraquer, en El Campello, y portavoz de la Permanente de Directores de Primaria.

Los directores de Infantil y Primaria de Alicante y Valencia celebraron sendas reuniones para calibrar los efectos y las consecuencias del impago de las transferencias de la Generalitat.

El Gobierno valenciano adeuda ya tres trimestres de la partida correspondiente a los gastos de funcionamiento de cada colegio, con la que se pagan algunos pequeños gastos. En total, según cifraron los directores, la deuda del Consell supera los 20 millones de euros, una cantidad que hay que sumar a los 32,5 millones que adeuda a los institutos de Secundaria. “El problema es que no sabemos cuánto tiempo podrán aguantar las empresas sin cobrar”, admitió Ginés Pérez, portavoz de la Permanente, que criticó también que la Consejería de Educación “últimamente ni nos conteste, ni nos informe”.

Los directores tienen previsto planificar este jueves una batería de protestas y movilizaciones contra el decreto de recorte de déficit aprobado por el Consell, y que contempla, entre otras medidas, dejar de cubrir la primera baja por enfermedad en los centros educativos, y tampoco sustituir a los docentes que piden alguna licencia de reducción de jornada. “Esto afecta a la organización de los centros, y estamos radicalmente en contra”, aseguró Pérez. Según el decreto del Consell, a partir de ahora, si en un colegio hay un profesor de baja por enfermedad no se enviará sustituto, si hay dos docentes se cubrirá solo una plaza, y si coinciden tres se mandarán a dos.

“El problema es que no sabemos cuánto tiempo podrán aguantar las empresas sin cobrar”, admitió Pérez

El apagón vivido el martes por la mañana en el instituto Jorge Juan de Alicante, porque la compañía suministradora Nexus le reclama una deuda de 4.000 euros, ha encendido todas las alarmas. Centenares de centros educativos están en esta situación y temen que en los próximos días se puedan producir nuevos cortes en el suministro. Félix Arias, director del IES La Asunción en Elche, admite que “la cuenta del banco está en números rojos, debemos tres recibos de luz, hemos cancelado el servicio de mantenimiento de los ascensores y el de los extintores, y cuando se acabe el gasoil que tenemos no habrá más calefacción”, admitía resignado. Desde abril de 2011 la Generalitat tampoco ha ingresado las partidas correspondientes para gastos de funcionamiento para este instituto de unos 700 alumnos. La deuda, según la dirección, ronda los 60.000 euros. El centro también ha decidido cortar dos de las tres líneas de teléfono que tenía y advierte de que en caso de corte de suministro de luz sería imposible impartir las clases del nocturno. “Los proveedores de papel o tiza llevan meses sin cobrar y no sabemos cuánto más tiempo aguantarán”, admite Arias.

En la Escuela de Hostelería, Turismo e Industrias Alimentarias del Grao de Castellón, un centro de referencia a nivel nacional, los alumnos ya no tienen ni alimentos con los que realizar las prácticas de cocina. La Generalitat adeuda 130.000 euros en gastos de mantenimiento, 25.000 euros a proveedores y otros 30.000 por cursos del Servef organizados desde el centro. Hartos de esta situación, cerca de un centenar de alumnos acudieron ayer a la delegación de la Consejería de Educación en Castellón para solicitar por escrito “que se tomen las medidas oportunas y se transmita esta información a las autoridades correspondientes para que se hagan efectivos los pagos necesarios y se mantenga la calidad de la enseñanza”.

Asimismo se solicitaron ante la Subdelegación de Gobierno los permisos para celebrar una manifestación el próximo 30 de enero en el centro de la ciudad. Las protestas continuarán el 1 y 2 de febrero.

"Desde esta semana ya no podemos hacer prácticas”, lamenta una alumna de hostelería de Castellón

“El lunes de la pasada semana el director nos dijo que ya no había dinero para pagar a los proveedores y que no íbamos a tener ingredientes. Desde esta semana ya no podemos hacer prácticas”, explicó Gema Pérez, una de las alumnas del centro, a las puertas de la Delegación de Educación. Las prácticas suponen entre un 60 y un 80% del horario lectivo.

Pérez lamenta que se está dañando el prestigio del centro y pide, junto con el resto de alumnos, que la Generalitat pague cuanto antes. La semana pasada se decidió cortar la calefacción y ya se han devuelto varios recibos de la luz.

Por otro lado, a primera hora del miércoles, centenares de alumnos del instituto Jorge Juan de Alicante se plantaron en las puertas del centro y protestaron durante una hora por los impagos de la Generalitat. Iberdrola, por orden de la mercantil Nexus, cortó el suministro eléctrico durante toda la mañana y hasta las 16 horas del pasado martes ya que no pagan la luz desde octubre. “Supuestamente somos el futuro, pero estamos perdiendo muchas clases y muy importantes para nosotros”, se lamentó Nabil Ayzarán, delegado de un segundo curso de Bachillerato.

La gota que colmó el vaso fue el corte de suministro del lunes. Sin embargo, según los alumnos, los problemas de falta de liquidez de la Generalitat les provoca la práctica inexistencia de gasóleo suficiente para mantener la calefacción, la escasez de diverso material escolar de uso cotidiano, como tiza o papel, así como varias averías en fontanería o baños que están por reparar. “No nos podemos lavar las manos, los grifos del aseo no funcionan”, se quejaban un grupo de alumnas.

Algunos estudiantes portaban carteles en los que se podía leer Menos corrupción, y más educación, No somos mercancía o Ladrones, queremos nuestras subvenciones. La protesta organizada por los alumnos también contó con el apoyo de los docentes. Ignacio Sendón, profesor de Física y Química, no se explica “¿cómo hemos llegado a esta situación? Nadie entiende que corten la luz a un centro público”. Otro alumno, Miguel Tortajada, de 15 años y delegado de curso, también se quejó de que “la calefacción solo va unas horas, las instalaciones están viejas y no las reparan, esto es un auténtico desastre”.

La mayoría de los alumnos del Jorge Juan manifestaron ayer su intención de sumarse y participar en la manifestación convocada el próximo sábado a favor de la escuela pública, que se celebrará en las principales ciudades. La Plataforma en defensa de la Escuela Pública confía reunir en Alicante a más de 7.000 manifestantes.

Por su lado, los representantes de los cinco sindicatos de Educación (STEPV-Intersidical valenciana, CCOO PV, CSI·F, ANPE Y FETE UGT PV ) acordaron ayer por unanimidad abandonar la Mesa Técnica convocada por la Consejería de Educación, Formación y Empleo, y condicionaron las negociaciones a una reunión previa con la consejera del ramo, María José Catalá, para tratar los recortes que establece el decreto ley contra el déficit aprobado el 5 de enero, así como el pago de los 60 millones de euros que la Administración adeuda a los centros públicos por gastos de funcionamiento. La reunión confían en que se produzca la semana que viene, y le pedirán que abone “urgentemente” pagos a los centros, tratarán el tema de las sustituciones de docentes, que no se cubrirán todas, y le exigirán que “defienda” al profesorado y “no se les toque el salario”.

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