Cristina Olea: “Muchas películas que nos parecen puro Hollywood son costumbrismo”

Cristina Olea (Vigo, 1982) es corresponsal de TVE en Washington desde 2018. Acaba de publicar La gran fractura americana (La esfera de los libros), donde reúne sus mejores crónicas sobre el país.

La gran fractura es un libro “para entender EE UU y cómo hemos llegado hasta aquí”. ¿Podría resumirlo en tres claves? Una: este es un país inmenso y lleno de contradicciones. Durante estos años he recorrido cuanto he podido, de la frontera a las clínicas donde ya no se puede abortar, del territorio Trump a las ciudades más cosmopolitas, de la Casa Blanca a la cárcel de Guantánamo… Dos: han sido años turbulentos. Aquí hemos vivido el asalto al Capitolio, las mayores protestas contra el racismo, juicios a un expresidente, intentos de asesinarlo… Tres: corren tiempos de polarización. Hay dos Américas que están a punto de chocar en las urnas. Los estadounidenses van a elegir entre dos movimientos opuestos: el proteccionismo de Donald Trump y la coalición diversa que intenta aunar Kamala Harris.

¿Cuál diría que es su mejor crónica sobre EE UU? Me interesan mucho las historias de la frontera. La he recorrido varias veces, para escuchar a los migrantes que cruzan el río Bravo huyendo de la violencia y la miseria, a los coyotes que los extorsionan, a los vigilantes armados que tratan de pararlos, a los voluntarios que intentan ayudarlos… También he seguido sus pasos rumbo al norte: algunos encuentran el sueño americano, a otros se les rompe nada más llegar. Hay niños que acaban explotados en trabajos peligrosos, familias que luchan por sus papeles y los consiguen, personas amenazadas por las maras que son deportadas sin que se les dé oportunidad de pedir asilo…

¿Y la más extravagante? Una vez conté la historia de una pareja de águilas a las que los habitantes de Washington seguían en directo a través de una cámara instalada frente a su nido. Cuando una de las águilas se fue, muchos washingtonianos seguían las peripecias de la pareja abandonada con el corazón encogido, como si se tratase de un culebrón. Detrás de esa pareja de aves había una historia brutal: el esfuerzo por limpiar el río Anacostia y recuperar el águila calva en la capital, y ya de paso sacar a los chavales de los barrios más desfavorecidos y violentos de las esquinas donde se pasa droga y se pegan tiros, y mantenerlos ocupados cuidando de las águilas.

¿Qué ha aprendido como corresponsal en EE UU de aquel país que no supiera de antemano? Muchas cosas. Antes de vivir aquí, supongo que creía que este país no era tan diferente del nuestro. Al fin y al cabo, estamos hablando de un país civilizado, rico, occidental, como Europa. Pero al llegar aquí, me topé primero con una burocracia anticuada y kafkiana (¡en algunos sitios siguen pidiéndote que envíes un fax!). Luego descubrí la sensación de estar desprotegido, de saber que puedes quedarte en cualquier momento con una mano delante y otra detrás. Aquí una enfermedad grave puede llevar a alguien a la ruina. Descubrí, también, que cuando invitas a un amigo de tu hijo a jugar en casa, pueden preguntarte: ¿tienes armas? ¿dónde las guardas?

¿Qué otros libros y películas recomendaría para entender mejor el EE UU actual? Los libros de Bob Woodward sobre Donald Trump, la serie documental God Save Texas… Si hubiese visto Making a Murderer o Tiger King en España, pensaría que son historias loquísimas, pero al vivir aquí veo que retratan muy bien parte de la realidad de este país. Veo también que muchas películas que nos parecen puro Hollywood (historias de instituto, de terror, de crímenes…) son, en realidad, puro costumbrismo.

¿Un libro o película para adentrarse específicamente en la figura de Trump? Un libro muy interesante que no es tan conocido es Mar-A-Lago, de Laurence Leamer, sobre su mansión.

¿Y en la de Harris? Ella publicó una autobiografía en 2019, cuando se lanzó por primera vez a la carrera por la Casa Blanca: The Truths We Hold: An American Journey. Es muy interesante leer qué partes de sí misma quiso dar a conocer a los estadounidenses.

¿Qué libro la convirtió en lectora? Las historias que me contaba mi madre. Ella era una lectora voraz y nuestra casa siempre ha estado llena de libros. Cuando éramos pequeñas, mi hermana se cayó y se hizo tanto daño que no se podía mover. Para entretenernos, mi madre nos relataba los libros que estaba leyendo. Eran novelas clásicas de aventuras: La isla del tesoro, El conde de Montecristo… Sus historias despertaron nuestra curiosidad y empezamos a leerlos.

¿Cuál ha sido el último libro que le ha gustado? Últimamente, solo leo libros sobre Estados Unidos (me temo que no encuentro tiempo para otra cosa). Recomiendo El imperio del dolor, de Patrick Radden Keefe, sobre la epidemia de los opioides.

¿El que tiene abierto ahora mismo en la mesilla de noche? Tengo varios libros abiertos: Unbelievable, de Katy Tur, la autobiografía de Kamala Harris, Uncounted, de Gilda R. Daniels…

¿Qué película ha visto más veces? He perdido la cuenta de las veces que he visto Mi vecino Totoro, de Miyazaki, junto a mis hijos.

¿La última serie que vio del tirón? The Bear.

Si tuviese que usar una canción o una pieza musical como autorretrato ¿cuál sería? Como autorretrato no sé, pero ahora mismo podría vivir (y llorar) una temporada en Like I Used To, de Sharon Van Etten y Angel Olsen.

¿La que suena en bucle en su cabeza? Esta ciudad hace que en mi cabeza suene Da Butt, de Experience Unlimited. Es un tema de go-go, la música que nació en Washington, la “ciudad chocolate”.

¿En qué museo se quedaría a vivir? Ya que estamos, voy a elegir un museo washingtoniano: el Museo Nacional de Historia y Cultura Afroamericana.

¿Qué suceso histórico admira más? Sigo en este país: la abolición de la esclavitud.

¿Qué encargo no aceptaría jamás? Cualquiera que implique faltar a la verdad.

¿Qué está socialmente sobrevalorado? Los influencers, el éxito virtual.

De no ser periodista le habría gustado ser... Pianista.

‘La gran fractura americana’. Cristina Olea. La Esfera de los Libros, 2024. 388 páginas. 21,90 euros.