Milena: mucho más que una historia de amor con Kafka
Monika Zgustova crea la voz de la mujer checa que tradujo y amó al escritor, pero que también brilló como periodista, intelectual y resistente al nazismo
Monika Zgustova podía haber escrito una biografía al uso o haber abordado el centenario de la muerte de Kafka, que se cumple este 2024, con mil aproximaciones diferentes. Pero la autora checa radicada en Barcelona ha escogido el camino más laborioso, arriesgado y original. A partir de la correspondencia y artículos que dejó Milena Jesenská (nacida en Praga en 1896 y muerta en el campo de concentración de Ravensbrük, Alemania, en 1944), Zgustova ha creado toda una voz, la de esta mujer que luchó y levantó resistencias contra todos los corsés de la época. Como mujer, como intelectual, como espíritu libre.
En una primera persona elaborada con pulso firme, Monika Zgustova (Praga, 67 años) elige el género, el tono y acierta al mantenerse fiel a una apuesta cincelada con tanto material histórico como seguridad y precisión. No hay temblor en la voz de Milena. No hay fisuras. No hay grietas. No hay trucos ni atajos para acentuar momentos que podían haber sido más populares (la pasión con Kafka) o dramáticos (el campo de concentración), y que sin embargo ganan en intensidad por la propia austeridad del relato. La escritora avanza en todo momento con las riendas bajo control para ofrecernos en bandeja la personalidad arrolladora de una mujer que fue mucho más que amiga o amante de Kafka. Y es en todo ese material extraordinario en el que aquella checa que brilló en la Viena y la Praga de inicios del siglo XX, que luchó por escribir, traducir, plantar a su marido, amar a quien quería, ser periodista o salvar a los amigos judíos mientras pudiera nos gana de la mano de esta otra gran autora checa del presente, Monika Zgustova, que ha escrito sobre ella.
Milena Jesenská se movió en esa Viena en la que Freud ya había impuesto un nuevo discurso erótico y sexual. Insegura, explotada y nada bien tratada por su marido, la joven checa logró abrirse paso en los ambientes literarios de la capital austriaca, empezar a traducir a Kafka y enviar columnas a la prensa de su Praga natal. Conocer al autor de El proceso fue el comienzo de su liberación, de su confianza y de su autoestima hasta empezar a forjar un mundo propio que, sin embargo, no iba a cerrarse en él. La independencia fue su bandera. “Necesitaba la libertad como el aire que respiraba y vivir la vida de otra persona [la de Kafka] no era para mí. No podía y no quería vivir como si estuviera en una celda buscando una ventana, esa abertura al aire libre”, nos va a decir Milena.
Por ello no es Kafka el centro de su vida. Lo que sí será es el visionario que acertó a prever la llegada del totalitarismo, como dejó intuido en sus libros y queda bien reconocido en Soy Milena de Praga. Nazismo y estalinismo golpearon Checoslovaquia por igual, como golpearon a Milena y las élites intelectuales hasta su destrucción. Veremos la intensa energía de un país que nacía con ganas tras el derrumbe austrohúngaro; veremos la decepción con el comunismo que se vivió entre intelectuales que pudieron conocer la URSS; veremos a los judíos huir y sufrir mientras los nazis depravan el país que se va hundiendo en sus manos y que —hoy lo sabemos— no pudo empezar a levantarse hasta la caída del telón de acero.
El mérito de Zgustova, que ya deslumbró con Vestidas para un baile en la nieve, es hilvanar toda esa historia a través de una sola mujer, Milena, atravesada además por la lucha feminista y su condición de intelectual plena. Con las herramientas de la pluma y la investigación.
Soy Milena de Praga
Galaxia Gutenberg, 2024
168 páginas. 17,50 euros
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