‘George Steiner, el huésped incómodo’, autorretrato de un sabio extraterritorial
Una larga entrevista de despedida con su amigo Nuccio Ordine subraya el entusiasmo del escritor por Europa y su rechazo al sionismo
George Steiner, el gran George Steiner, propuso a su amigo Nuccio Ordine en enero de 2014 que le hiciera una “entrevista póstuma”: tenía 85 años, sabía que le quedaba poco tiempo de vida y deseaba despedirse de sus amigos y de sus alumnos, así como revelar, en la medida de lo posible, algunos secretos. Se trataba, en palabras de Ordine, de “una despedida de los lectores y de la vida mediante una serie de reflexiones autobiográficas, por momentos muy profundas y emotivas”. Y esa entrevista, que EL PAÍS publicó dos días después de la muerte de Steiner, es el centro de este pequeño libro, que documenta además otros encuentros entre Ordine y el autor de La muerte de la tragedia, Después de Babel, Presencias reales y otros libros imprescindibles —son cuatro entrevistas, una de 2006, dos de 2010 y otra de 2019— e incluye agradecimientos, un índice onomástico y el largo texto introductorio que da nombre al volumen.
“Steiner ha habitado la literatura, el judaísmo y la vida en calidad de huésped incómodo”, sostiene Ordine, y agrega: “Aun teniendo profundas raíces en la comunidad que lo ha acogido, no ha podido evitar mantener una vida interior que le sirve para atestiguar, sea cual sea el caso, su alteridad, su diversidad con respecto a los valores dominantes”. Crítico literario de excepción, teórico de la literatura, amante de los clásicos, magnífico explorador de las relaciones entre las palabras y el mundo, Steiner (1929-2020) fue siempre, en sus propias palabras, un sujeto “extraterritorial”, lo que no significa indiferente: algunas de sus convicciones expresadas en estas entrevistas resuenan poderosamente en nuestros días, por ejemplo, su entusiasmo por Europa —”continúa siendo una necesidad importantísima, y, a pesar de las amenazas y de los muros que se alzan, no debemos abandonar el sueño europeo”— y su rechazo al sionismo y al Estado de Israel, una postura no poco habitual entre los judíos europeos cultos no nacionalistas que, sin embargo, estos no suelen expresar en público. El huésped incómodo permite a Steiner ajustar elegantemente algunas cuentas, hablar de la enseñanza como la experiencia más importante y enriquecedora de su vida y repasar algunas de las polémicas en las que se vio envuelto por convicciones como las anteriores, así como admitir su muy conocida irascibilidad, aclarar un malentendido en torno a su novela Pruebas, volver sobre su despido fulminante de The New Yorker tras haber colaborado semanalmente en esa revista de 1966 a 1997 y reconocer que su éxito como escritor nunca sirvió para cerrar por completo la herida que le produjo el no poder dedicarse a la ciencia.
De alguna manera, el libro es un autorretrato —mejor: un autorretrato asistido, el autorretrato de un otro— aunque uno presidido por el recato, y puramente intelectual. “Quién sabe cuántos aspectos desconocidos de su vida y su pensamiento saldrán a la luz en 2070, cuando puedan estudiarse los centenares de cartas ‘autobiográficas’ ahora selladas en el archivo del Churchill College de Cambridge”, se pregunta Ordine en ese sentido, pero el autor de La utilidad de lo inútil sabe que él nunca llegará a ver esas cartas: por azar, El huésped incómodo es el último libro que el experto italiano (1958-2023) dio a la imprenta.
George Steiner, el huésped incómodo. Entrevista póstuma y otras conversaciones
Traducción de J. Bayod Brau
Acantilado, 2023
128 páginas. 12 euros
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