‘Lejos’, la magistral distancia corta de Santiago Roncagliolo
Los relatos del escritor peruano penetran en las vidas de sus personajes hasta que desvelan su intimidad inconfesada
Desde que la revista Granta destacó en 2010 el nombre de Santiago Roncagliolo entre los mejores novelistas en español, el escritor peruano no ha hecho sino corroborar el acierto de aquella distinción, basada, por otro lado, en una obra anterior muy sólida en la que sobresalía la novela Abril rojo (2006). Su narrativa breve ha tendido a surtirse de experiencias iniciales o iniciáticas, de relatos de educación e ingreso en los rituales de la vida adulta, con personajes que van de la infancia a la pubertad y la adolescencia, medrosos e intrépidos a partes iguales. Así fue en los cuentos de Crecer es un oficio triste (2003) y en las cuatro historias de Mi primera vez (2012). Aunque desde este último libro ha transcurrido un decenio, se diría que el granero narrativo de los relatos de Roncagliolo sigue siendo el mismo: la memoria del hallazgo y aprendizaje de los primeros asombros y decepciones, aquí enmarcados en la experiencia de la emigración, del irse lejos o estar en otro lugar.
En casi todos los cuentos, esa lejanía se sitúa en España (sobre todo, Madrid y Barcelona) y el lugar de procedencia es Perú o, más exactamente, Lima. Los protagonistas suelen ser hombres jóvenes (es una excepción ‘Depredador’), algunos con vocación creativa (escritores, guionistas), que hacen frente a circunstancias a menudo adversas sin dramatismo (o con desesperado hedonismo) o que, por contraste con las condiciones de vida españolas, recuerdan los usos y costumbres de su tierra natal. Alcohol, droga, sexo y grandes esperanzas agrietadas componen el paisaje ruinoso de algunos de ellos, tanto del lado de allá (es contundente el inventario de amigos suicidas en ‘Mariposas clavadas con alfileres’) como del lado de acá (‘A la cama con Tony’). Pero lo que otorga un valor particular a estos cuentos no es la comunidad de rasgos de sus personajes, sino la mirada impertérrita de Roncagliolo a la superficie de su monótono existir, con la que, en su fijeza, logra penetrar hasta el tejido conjuntivo de sus vidas, ahí donde se unen las partes sueltas para conformar una unidad. Y es en el momento en que sale a la luz esa intimidad inconfesada, esa grieta subterránea, en el que sus cuentos realistas (con la salvedad de ‘El pasajero’, que incurre en el género fantástico), de estilo sobrio, sin alardes, reenvían a un ángulo de significación inesperado ante el que el lector debe actuar deductivamente.
‘A la cama con Tony’ alerta sobre el punto ciego que somos para nosotros mismos y ‘Depredador’ muestra cuán incurables y voraces pueden ser las heridas de la infancia
Esa es la tradición de Chéjov y Carver, y casi todos los relatos del volumen ilustran lo que digo. ‘Barras y estrellas’ apunta al desolado autoengaño de un infeliz; ‘Donde Marcela’ dibuja la frágil posibilidad de una infidelidad casta; ‘Solo me dices que me quieres cuando estás borracho’ traza el sendero autodestructivo de un hombre desarraigado; ‘Asuntos internos’ retrata la corrupción de un sistema policial a través del bribón Chino Pajares; ‘Tierra de libertad’ confronta la insignificancia de las razones privadas frente a la implacable política inmigratoria de Estados Unidos; ‘Todos adoran a los argentinos’ cifra una irónica broma sobre la bajeza moral de baja intensidad; ‘A la cama con Tony’ alerta sobre el punto ciego que somos para nosotros mismos y, en fin, ‘Depredador’ muestra cuán incurables y voraces pueden ser las heridas de la infancia. Pero, si bien todos los cuentos están resueltos con pericia, quiero hacer un distingo con dos de ellos: ‘Hombre al agua’ y ‘Llorar es lo normal’. Ni la relación de una pareja casada “por descuido” ni la paternidad alienada de Nacho, con sus estratos y estragos, pueden estar mejor contados.
Lejos
Autor: Santiago Roncagliolo.
Editorial: Alfaguara, 2022.
Formato: tapa blanda (248 páginas, 19,91 euros) y e-book (8,54 euros).
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