‘La bestia ideal’, disciplina y barbarie
La escritura sorprendente y lenguaraz de Erika Martínez se plasma en el nuevo poemario de la autora de Granada
![Invernaderos para cultivos de frutas y verduras junto a la costa, similares a 'un mar de plástico', en una imagen aérea de Almerimar (Almería).](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/7R7AE6RASZG7TCL67XMQ6XTG4A.jpg?auth=fdaaccf2c2ce1322d886598330f15cc0edd54b2f78a73d6466ec3e1257bb91b8&width=414)
El nuevo libro de Erika Martínez aprovecha la elasticidad del poema en prosa para expandir el inventario temático (la reflexión sobre el lenguaje, la memoria y el cuerpo) de sus entregas anteriores. El primer apartado, ‘Economía del don’, incide en el poder genesiaco de la palabra y en la textura metafórica de la realidad: la “ceremonia cíclica” del nacimiento y la muerte, la identificación del ser humano con una bestia productiva al servicio del capitalismo tardío o la concepción de la poesía como un acto de amor se subordinan al esfuerzo por disciplinar la vida y la palabra. La aparente aceptación del estajanovismo laboral y de la dictadura de la tecnocracia encubre una protesta contra la crisis ecológica, simbolizada en los invernaderos almerienses; la imposición de los roles de género, a partir del atentado que la sufragista Mary Richardson perpetró contra La Venus del espejo; y la gabela de escarnio de un turismo asomado al precipicio del balconing.
Así, la indagación en el eterno tema de España se proyecta sobre el pasado más o menos reciente, según ilustran los fastos olímpicos, y sobre las heridas abiertas de la Guerra Civil, evocada a través de personajes como el maestro Rodrigo, cuya música allanaría el sendero de jardines imperiales, o el cineasta Val del Omar, en busca del aura perdida.
Por esa cuerda floja avanza la segunda sección (‘Santiago’), que se apropia del mestizaje de las canciones de Radio Futura y Santiago Auserón, nos sumerge en el “túnel en ruinas de la Transición” e invoca sus espectros. La fricción entre lo individual y lo colectivo converge en la tercera parte (‘El nunca se acaba de los cuerpos’), en la que las imágenes del confinamiento alternan con el elogio de la pulsión instintiva y la condición mamífera. El atavismo del olfato, la inmediatez de la piel o la reivindicación de la “santidad de la leche”, al puro estilo Delacroix, suponen la última resistencia contra lo normativo. Adicta al espíritu de contradicción, la escritura sorprendente y lenguaraz de Erika Martínez rompe una lanza a favor de las ilusiones bárbaras en un mundo anestesiado por la austeridad de la disciplina.
![Portada de 'La bestia ideal' de Erika Martínez.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/26ZN4JKHBVCHBBYH467JRMRE74.jpg?auth=bbf3ea040c9a583edb147537ecdb6feaac7befa6c0488d01e80ea45c57a18826&width=414)
La bestia ideal
Autora: Erika Martínez.
Editorial: Pre-Textos, 2022.
Formato: tapa blanda (88 páginas, 18 euros).
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