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Pierre Pachet, la autoficción sin exhibicionismo que se adelantó a Emmanuel Carrère

Se publica en español ‘Autobiografía de mi padre’, con el que el escritor francés renovó el género en 1987 y abrió camino a sus máximos exponentes en la actualidad, de Pierre Michon a Édouard Louis

Pierre Pachet, en un retrato realizado en 1994.
Pierre Pachet, en un retrato realizado en 1994.Louis MONIER (Gamma-Rapho via Getty Images)
Juan Carlos Galindo

“Es posible que determinados hechos, si bien no quedan completamente excluidos de este relato, no figuren en el lugar que exigiría el orden cronológico. Además, es preciso recordar que no he emprendido la composición de una obra literaria sobre un personaje de ficción, sino un trabajo de autoanálisis o de autoscopia realizado sobre un sujeto vivo o, mejor dicho, moribundo, lo cual viene a ser lo mismo”. Esta reflexión de Pierre Pachet (París, 1937-2016), este aviso al lector de Autobiografía de mi padre (Periférica) recoge la esencia del propósito literario del gran renovador de la autoficción. Se trata de un libro convertido en una bomba de fragmentación con efecto retardado, una obra publicada en 1987 cuyo rastro podemos seguir luego en la mirada de Pierre Michon, Emmanuel Carrère o Edouard Louis.

En 1984, Annie Ernaux había reventado el género con El lugar, un libro sobre su padre. Tenía 44 años y el efecto en su obra y en el entorno fue tal que no volvería a escribir ficción. ¿Qué quedaba por hacer? Pachet prescinde de todo lo que se había hecho hasta entonces en un terreno tan transitado por hombres (J. R. Ackerley, Philip Roth, Martin Amis, o Karl Ove Knausgard son algunos ejemplos notables antes y después) y crea un perfil autobiográfico pero no suyo, o no solo, sino de su padre, un juego de identidades literarias y reales del que sale ileso. No queda claro a quién corresponde la voz que narra. ¿Es la de Simcha Apashevsky, médico, judío, intelectual, superviviente, marido, padre? ¿O es la del hijo que cuenta su historia a partir de los silencios, la vocación intelectual, el pesimismo y la frustración del progenitor? No hay distancia y no importa. Hacia el final del libro, como hacia el final de un periplo vital, la frustración por la enfermedad del padre, por su declive, por la imposibilidad de dar marcha atrás y recuperar el tiempo perdido fusiona ambas miradas con la del lector, quien, interpelado en lo más íntimo, se identifica con el relato de la vida, sea quien sea el que habla. Y el padre, por arte de magia, conserva la voz más allá de su existencia gracias a la interacción literaria del hijo.

Una calle del Marais, barrio judío de París, alrededor de 1930.
Una calle del Marais, barrio judío de París, alrededor de 1930.Imagno (Getty Images)

Autobiografía de mi padre es para Le Monde una de las 50 mejores novelas de la segunda mitad del siglo XX. Visto en perspectiva, es mucho más que una novela. Su retrato del dolor y la pérdida, su intento de dar sentido a lo que quizás no lo tenga, la conecta directamente con Devant ma mère (Gallimard) libro de Pachet dedicado a su madre y publicado 20 años después. Como ocurría en la obra sobre su padre, el autor francés nos da aquí una lección de generosidad y literatura. El relato nos sitúa en el momento en que Pachet se da cuenta de que su madre padece demencia senil, su vida se apaga lentamente y el pasado invade el presente a través de un monólogo interior que crece como gran forma de lenguaje. Pachet, sin embargo, busca entrar en ese mundo. La palabra literaria de Autobiografía de mi padre se transforma aquí en la herramienta para acceder a una existencia que se derrumba. “Hace dos años que asisto en directo al proceso de descomposición progresiva de la realidad para mi madre”, asegura pasado el ecuador del libro, como si al mirar atrás necesitara justificarse. “Sin embargo”, continúa, “no puedo limitar el tema de este escrito a la crónica de una pérdida, de una pérdida que tiene lugar ante mis ojos o que más bien constato cada vez que la visito”.

Una terrible casualidad

La prosa de Pachet tiene ese estilo sencillo tan difícil de conseguir y que Laura Salas plasma con precisión en su traducción al español para Periférica. Fronterizos con la biografía, la autoficción y el memoir de tradición estadounidense, estos dos libros tristes y evocadores —como era Adieu, centrado en la enfermedad y muerte de su esposa– esquivan cualquier exhibicionismo, cuentan más cuanto más se alejan de los excesos ególatras de la autoficción, errores en los que no cae ni cuando confiesa, por ejemplo, que se siente “humillado” por el progresivo deterioro de su madre o que no entiende la deriva vital de su padre. El caudal de sensaciones que transporta Devant ma mère no desbordan nunca ciertos límites, pero llega a su destino. “Era una joven bella y ahora no sé quién soy”, suelta la madre al hijo, una de las muchas bombas que caen cuando habla, y él lo comparte y con ello no lo supera pero lo exorciza. El autor francés cuenta con pulso cómo el monstruo interior avanza en el enfermo, cómo destruye el lenguaje coherente, las conexiones, cómo deja, cruel, que algunos recuerdos reales salten el muro de la demencia y traigan, por ejemplo, la muerte de una hija ocurrida hace años al presente.

Portadas Pierre Pachet

Ante el mundo en descomposición de su madre, Pachet busca a la mujer que fue incluso antes de conocer a su padre, esa estudiante lituana que se enfrenta al mundo y llega a París sin hablar francés, esa mujer que deja una prometedora carrera para ser una buena esposa y madre, cumplir con lo que entonces estaba reglado; esa mujer judía que sobrevive a la barbarie nazi que masacra a gran parte de su familia. Pero llega un punto en que no puede indagar más y la única testigo de aquello ya no tiene recuerdos. O los tiene pero están maleados, forman un relato que narra otro mundo que no existe más que para ella. Es una terrible casualidad que padre y madre perdieran la vista antes de morir. Es hermoso lo que su hijo ha hecho con su declive y muerte y con la reivindicación de lo que fueron. Su hija Yaël Pachet publicó en 2019 Le peuple de mon père (Fayard). La tradición continúa.

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Sobre la firma

Juan Carlos Galindo
Es responsable de la sección de Pantallas y, además, escribe sobre libros en Cultura y Babelia y coordina el blog de novela negra Elemental. Lleva en EL PAÍS desde 2008. 'Hontoria' es su primera novela, publicada por Salamandra en 2023.

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