Eterna fotogenia de la juventud rebelde
Durante los años ochenta y noventa, los fotógrafos Jim Goldberg y Vinca Petersen se convirtieron en autores de culto a través de dos libros que reflejaban la vida de los jóvenes que habían tomado la decisión de vivir fuera del sistema
“La ciudad está hecha para perderse en ella”, escribe Jim Goldberg (New Haven, Connecticut, Estados Unidos, 1953) en la página web de la agencia Magnum. “Algunos desaparecen intencionadamente, seducidos por la libertad del anonimato, la oportunidad de la reinvención. Otros —a menudo, sin recursos ni privilegios— llegan en busca de una nueva vida y se encuentran en los márgenes, atrapados, por innumerables motivos, en un ciclo de pobreza que difícilmente se puede revertir”. Durante toda un década, de 1985 a 1995, el fotógrafo recorrió San Francisco y Los Ángeles adentrándose en la intimidad de los jóvenes adolescentes sin techo que merodeaban las calles. Así dio forma a un relato magistral: Raised by Wolves, descrito por The Washington Post como “una desgarradora novela con fotografías” y por Nan Goldin como “uno de los mejores libros de fotografía de mi vida”.
Vivir fuera del sistema
El autor construyó su ambicioso documento a través de un collage compuesto por fotografías, dibujos, notas manuscritas, extractos de conversaciones, y materiales encontrados de forma fortuita (complementado por vídeos e instalaciones en su versión expositiva). Una amalgama de elementos que constituyen una narrativa, profunda y poderosa, sobre aquellos que permanecen invisibles dentro de la sociedad, de la mano de Tweeky Dave y Echo, cuya corta pero intensa vida transcurre a trompicones en un entorno definido por la adicción, la violencia y la opresión.
Goldberg define su estilo dentro de un espacio que discurre entre la fotografía documental y la narrativa de ficción. Se trata “una obra de ficción completamente cierta”, subraya. El proyecto se inició con el propósito de documentar un tema hasta entonces obviado en los Estados Unidos. El resultado supondría un vuelco a la práctica del fotoperiodismo a través de un acercamiento mucho más personal, que sin miramientos acortaba la distancia entre el autor y sus sujetos y dejaba ver su posicionamiento. Una mirada tierna y compasiva a un mundo oscuro y turbio poblado por outsiders, jóvenes fugitivos, padres, policías, trabajadores sociales, chulos y clientes de prostíbulos.
Publicado por Scalo en 1995, el monográfico rápidamente agotó sus ventas. Hoy es un libro de culto, cuyo precio sobrepasa los 400 euros en el mercado de segunda mano. En 2016 Goldberg reeditó él mismo una versión pirata, ligeramente modificada y realizada en una fotocopiadora Xerox, que sigue siendo prácticamente imposible de encontrar. De esta suerte, Stanley/Barker Books publica Fingerprint, que reúne 45 facsímiles de las polaroids inéditas que el autor utilizó como esbozos para sus fotografías o como regalos con los que agasajar a sus inconformistas sujetos. La primera edición se vendió en cinco días.
La obra se presenta dentro de una caja serigrafiada, cuya tapa lleva la huella digital del fotógrafo estampada con pintura blanca. Se ha prescindido de cualquier ensayo o texto introductorio de la serie. Prevalecen las anotaciones realizadas por los protagonistas, con su propia caligrafía, directamente sobre las imágenes. “Los protagonistas eran reales y sus circunstancias, desgarradoras, pero sus historias contenían verdades a medias y falsedades construidas para reflejar lo que querían o necesitaban creer”, explica el autor. “Las historias que los llevaron a escribir esas anotaciones y la síntesis de sus palabras suponen un desafío: discernir lo real de lo que no lo es”, señalaba en conversación con el escritor y comisario David Campany durante Paris Photo 2019. “Dan lugar a más preguntas que respuestas”.
Fuera del sistema
Vinca Petersen (Seúl, Corea, 1973) tenía diecisiete años cuando abandonó la casa de sus padres y pasó a formar parte de la cultura sound system. Se echó a la carretera con un colectivo llamado Alien Pulse, un grupo autogestionado de jóvenes ingleses y alemanes que montaba raves, fiestas ilegales de música electrónica organizadas en cualquier lugar adecuado para desplegar sus potentes equipos de sonido. Aspiraban a ser libres viviendo bajo sus propias reglas. “No se trataba tanto de una rebelión sino de vivir fuera del sistema”, recuerda Petersen. Así, pasó cuatro años conviviendo con ese sound system, capaz de atraer a miles de jóvenes seducidos por la promesa de noches enteras de delirio, techno y éxtasis gratis. Lo que empezó siendo un movimiento musical y hedonista fue convirtiéndose en una forma de desacato y desobediencia civil.
Cuando en 1994 se tomaron las primeras medidas legales en Reino Unido en contra de dichas celebraciones, Petersen continuó sus giras por Europa. Durante 14 años adoptó una vida de nómada que documentaba a través de su cámara y sus escritos. De ahí surgió No System, un libro en principio destinado a ser un álbum familiar, pensado para ser regalado a sus protagonistas, compuesto por sus diarios, diferentes anotaciones y las imágenes de aquellos que la acompañaron en su periplo. “Fotografiaba de forma instintiva, y rápida con el solo propósito de retener y documentar el momento”, recuerda la fotógrafa, quien en ningún momento pudo imaginar que todo aquel material iría a caer en manos del pope de la edición Gerhard Steidl. Petersen se convertiría en la autora más joven de la prestigiosa cantera de Steidl en 1999, y ella misma reedita ahora el libro con el que se ganó la fama.
Parte de aquella serie de imágenes borrosas, saturadas y frenéticas pueden verse en la exposición Raves and Riots, que tiene lugar en la galería Edel Assanti de Londres. Conforman no solo un archivo excepcional de un movimiento contracultural y poco documentado —debido a la naturaleza ilegal de los eventos no abundaban las cámaras—, sino que transcienden la euforia del momento a través de la proximidad y empatía que la artista logra con sus sujetos. “Siempre pienso en aquello que pueda impactar o hacer reflexionar a la audiencia”, destaca la fotógrafa. “En aquello que pueda ensanchar su búsqueda y aniquilar el miedo. El miedo es el mayor enemigo de la libertad”. En su obra se palpa la lucha de aquellos que aspiran a una existencia más allá de los sistemas tradicionales de organización, control y jerarquía. “El latido tribal ha reverberado en nuestro planeta durante años”, escribía Petersen en su diario. “La tecnología es nuestra forma de sumarnos a este ritmo continuo. No importa la edad, el contexto es irrelevante. Existimos ahora y en el futuro. Bienvenidos a nuestra forma de vida”.
‘Fingerprints’. Jim Goldberg. Stanley/Barker. 90 psgs. 52,30 euros.
‘No System’. Vinca Petersen. 160 pags. 45 euros.
‘Raves and Riots’. Vinca Petersen. Edel Assanti Gallery. Londres. Hasta el 30 de julio.
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