Javier Marías

Probablemente no se venda un ejemplar biográfico si no se pone a caldo al protagonista

La abstención no cuenta, ni jamás será interpretada en el sentido que muchos quieren darle

Los ricos siempre quisieron serlo más, pero no precisaron que el resto fuera muy pobre

Que alguien deba esconderse para leer determinado diario es cualquier cosa menos tranquilizador

Se suben los impuestos. En cambio se amnistía a los grandes defraudadores

Cuanto más refinado y complejo el espíritu, de más recursos dispone para afrontar las penurias

Los peores se hacen fuertes cuando los mejores carecen de convencimiento

Suárez era chulo, sí, pero sólo en el mejor sentido de la palabra: alguien que no se arredraba

Detesto a quienes quieren estar “enterados” hasta de lo que les trae sin cuidado

Los groseros, los infractores no sólo infringen, sino que sienten que la razón está de su parte

Cuando los abusos no son la excepción, sino la regla; entonces no hay más remedio que emporcarse

Raro es contemplar hoy a quien se siente vinculado o atrapado por su propia convicción

Si Hacienda recauda sin respiro, hay un momento en que al ciudadano común no le salen las cuentas

Es la conciencia de las mujeres la que debe bregar con su decisión, no el Estado mediante leyes crueles

Si lo que inventan los artistas es tan valioso, resulta contradictorio que se los trate en vida tan mal

Cuando perdemos a alguien de nuestra vida, los recuerdos se agolpan, el tiempo se comprime

El PP se inició en el engaño y la mentira –al menos de manera flagrante– en 2003

Rajoy y Montoro nos sacan el dinero a espuertas con enfermiza avidez

¿Servimos de algo o somos efectivamente ridículos? ¿Deberíamos continuar o guardar silencio? Esos políticos, que desde luego no nos hacen caso, preferirían que desapareciésemos

Cuando alguien subraya demasiado, tengo tendencia a pensar que está mintiendo Ustedes dirán quién ha mentido, los diarios o Aguirre ante el juez Ruz, y por escrito