El primer camión de larga distancia impulsado por hidrógeno verde ya rueda en Chile, pero enfrenta barreras para operar
El país acelera hacia una movilidad sin emisiones, pero el camino aún está lleno de desafíos. Mientras se proyecta un futuro más limpio, la industria enfrenta el dilema de avanzar sin una demanda consolidada ni infraestructura suficiente

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Se encienden los motores, el tablero se ilumina, las luces parpadean. Pero hay algo distinto: no sale humo del tubo de escape. El primer camión de larga distancia impulsado por hidrógeno verde en Chile promete recorrer 750 kilómetros sin contaminar. Ha sido recientemente homologado por el Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones y puede transportar hasta 49 toneladas de carga. Este vehículo de Walmart Chile tiene una capacidad de almacenamiento de hasta 75 kilogramos de hidrógeno y se utilizará para abastecer las tiendas desde Valparaíso hasta El Maule. Con una inversión es de 15 millones de dólares, se alimenta del Centro de Quilicura de la misma empresa, que genera 240 kilogramos de hidrógeno verde al día, lo que ha permitido evitar la emisión de 1600 toneladas de CO₂ al año.
La certificación de este vehículo fue posible mediante el Programa Tecnológico Hidrohaul, liderado por Ingeniería Eléctrica IEE Ltda., en conjunto con Mining3 y Marval, y sus asociados Walmart y Copec; y fue financiado por la Corporación de Fomento, que busca incorporar este vector energético en la economía nacional, con especial foco en el proceso de electromovilidad. Sin embargo, para que el vehículo pueda operar, la Superintendencia de Combustibles debe habilitar la estación de carga, que estará ubicada en Quilicura.
Producido mediante el proceso químico de la electrólisis del agua con electricidad proveniente de fuentes renovables como la solar o eólica, el hidrógeno verde permite almacenar y transportar energía sin emisiones contaminantes, ya que su uso solo libera vapor de agua.
Actualmente, en Chile “estamos ante el paradigma del huevo o la gallina”, apunta Jaime Guerrero, gerente general de IEE: por un lado, existe la posibilidad de que las empresas comiencen a producir hidrógeno sin contar aún con una demanda establecida; por otro, se corre el riesgo de incorporar tecnología sin que haya una oferta local de hidrógeno que la sustente. Ante este escenario, destaca la necesidad de avanzar de manera simultánea en ambos frentes. “Siempre hemos estado convencidos de que el hidrógeno verde es la solución para el transporte… Hace 200 años, los primeros vehículos fueron eléctricos, por eso hoy pensar en este combustible significa buscar un sentido lógico a la utilización de nuestros recursos naturales. El problema es que hoy en día es muy caro”.
Aunque el camión de Walmart se exhibe como símbolo de avance, la realidad es menos alentadora: detrás de los anuncios rimbombantes y las promesas de transformación, varios pilotos presentados con entusiasmo no están operativos. En 2023, por ejemplo, se presentó el primer bus interurbano impulsado por hidrógeno verde en Chile, impulsado por la agencia estatal Corporación de Fomento de la Producción (Corfo) y la empresa Foton, representada por Andes Motor. Este vehículo puede transportar hasta 47 pasajeros, además del conductor, y cuenta con una pila de combustible de hidrógeno SinoHytec G120 de 120 kW. Esta tecnología emplea hidrógeno como fuente principal de energía y, al combinarlo con oxígeno como agente oxidante, genera electricidad en corriente continua. Pero, según informaron fuentes a Climate Tracker, el bus actualmente no está operativo.
Una industria en pañales
Cerca del 25% de los gases de efecto invernadero (GEI) en Chile provienen del sector del transporte, con los vehículos de carga pesada como principales protagonistas, según un Estudio de Evaluación de Viabilidad Técnico-Económica de la Implementación de Hidrógeno Verde en el Transporte Pesado de Carga y Pasajeros. Según la Contribución Determinada a Nivel Nacional (NDC) de Chile - un documento con los compromisos que cada país presenta bajo el Acuerdo de París - que recoge datos del Centro de Energía de la Universidad de Chile de 2024 junto con el Inventario Nacional de GEI 2022, por primera vez el sector de Transporte superó al de generación eléctrica como principal emisor de GEI en el país.

Por eso, como medida de mitigación, Chile proyecta que las emisiones contaminantes del transporte lleguen a su punto más alto en 2030 y luego empiecen a bajar. Para lograrlo, el país está promoviendo formas de transporte más limpias y eficientes, como buses eléctricos, trenes, barcos y aviones que usen menos combustibles contaminantes.
“Si bien hemos reducido mucho las emisiones de la generación eléctrica, en el sector transporte han ido aumentando las emisiones”, le dijo a Climate Tracker, Andrés Pica, jefe de la oficina Cambio Climático del Ministerio de Medio Ambiente de Chile. “Entonces, lo que planteamos hoy es potenciar la electromovilidad como una cosa más amplia para la ciudadanía”.
En paralelo, desde el Ministerio de Energía apuestan por el uso de hidrógeno verde en movilidad para disminuir emisiones de gases de efecto invernadero en aquellas aplicaciones que son difíciles de electrificar: “Esto a su vez permite disminuir los tiempos de carga y le da mayor autonomía para abarcar recorridos de gran distancia. Con esto, el uso de hidrógeno viene a complementar la electromovilidad para descarbonizar el transporte”, agrega.
En los últimos años, se han incorporado diferentes programas y planes para incorporar el desarrollo del hidrógeno verde, con el objetivo de destacar como un líder regional en esta tecnología. La Estrategia Nacional de Hidrógeno Verde, lanzada en el año 2020, establece como aplicaciones prioritarias los camiones de carga para minería y transporte de ruta, junto con los buses de larga autonomía, los cuales representan focos estratégicos para su desarrollo y despliegue tecnológico.
En 2021, los ministerios de Energía y de Hacienda ingresaron un proyecto de ley para impulsar el hidrógeno verde en el transporte pesado, aéreo y marítimo. El proyecto propone la participación de hidrógeno verde generado a partir de fuentes renovables en redes concesionadas de gas natural, y, habilita legalmente a la Empresa Nacional del Petróleo a desarrollar y comercializar el hidrógeno verde y los combustibles desarrollados a partir de él. Sin embargo, el proyecto aún se encuentra en su primer trámite constitucional.
En abril de 2024, se lanzó el Plan de Acción de Hidrógeno Verde, que incorpora 81 medidas y 360 acciones específicas para desarrollar esta industria en el país. En el ámbito del transporte, busca impulsar regulaciones habilitantes para la industria, con foco en las regulaciones para estaciones surtidoras de hidrógeno y transporte de carga; desarrollar una planta de hidrógeno verde en Cabo Negro, Magallanes, con entrega de combustible prevista para 2026; y, finalmente, implementar un piloto de bus a hidrógeno en el transporte público para evaluar su viabilidad técnica, económica y social.

Pero en Chile “no existe un marco regulatorio claro y específico que facilite la integración del hidrógeno verde en el transporte y garantice estándares de seguridad. Esto hace que la introducción de esta tecnología enfrente diversas barreras institucionales y regulatorias que dificultan su desarrollo e implementación efectiva”, según el Estudio de Viabilidad Técnica.
¿Electromovilidad o hidrógeno verde?
En septiembre de este año, el Directorio de Transporte Público Metropolitano anunció el proyecto piloto del primer bus propulsado por hidrógeno verde en el transporte público, que operará RBU Santiago, parte del sistema RED en la región Metropolitana.
La iniciativa busca evaluar la factibilidad técnica, económica y social de esta tecnología, impulsada por una alianza público-privada. La carga de hidrógeno verde se realizará en la planta de Walmart Chile, ubicada en su Centro de Distribución de Quilicura.
Para Patricio Lillo, profesor de Ingeniería en Minas de la Pontificia Universidad Católica de Chile, se está entrando en una etapa donde los proyectos de hidrógeno comienzan a construirse. Aunque son iniciativas privadas, el Estado ha sido clave en etapas tempranas, apoyando con estudios de prefactibilidad y financiamiento, especialmente a través de Corfo. “Falta infraestructura de carga, corredores logísticos y quizá más protagonismo del Estado en esta etapa. Todas las tecnologías tienen curvas de aprendizaje, que requieren un impulso inicial fuerte”, apunta el experto.
Algo similar ocurrió con la implementación de los vehículos impulsados con electricidad, señalan los expertos. Sin embargo, en el caso de los buses del sistema red, por ejemplo, hoy existen 2.550 unidades cero emisiones operando en Santiago, lo que posiciona a la capital como la ciudad con la flota de buses eléctricos más grande del mundo fuera de China.
Este avance forma parte de los compromisos asumidos por Chile en su NDC, que establece la meta de alcanzar la carbononeutralidad al año 2050. En ese camino, la innovación tecnológica y el cambio en los patrones de consumo energético son considerados pilares fundamentales.
Paulina Ramírez, investigadora del Centro de Energía de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Chile, explica que, aunque el transporte con hidrógeno verde ha demostrado ser viable tanto técnica como económicamente, su implementación en Chile enfrenta barreras estructurales.
El país aún no produce hidrógeno verde a escala industrial, y los proyectos existentes se mantienen en fase de pilotaje. Casos como el camión de Hyundai o el bus de transporte interurbano, que llegaron hace años sin contar con suministro local de hidrógeno, evidencian la brecha entre intención y capacidad instalada.

“A esto se suma la falta de infraestructura y regulación. La homologación de vehículos ha sido lenta y, en varios casos, los camiones no han podido circular por no cumplir con normativas locales aún no adaptadas a esta tecnología. El país ha actuado de forma reactiva en materia regulatoria, lo que ha retrasado el avance de proyectos”, explica Ramírez.
China lidera el transporte con hidrógeno verde
El informe Global Hydrogen Review 2023 destaca un crecimiento acelerado del uso de hidrógeno en el transporte, especialmente en vehículos comerciales y autobuses, impulsado por políticas de descarbonización y avances tecnológicos.
El empleo del hidrógeno en el ámbito del transporte - ya sea en su variante verde, azul o gris - ha mostrado una tendencia de crecimiento constante en los últimos años. Esta expansión se hizo especialmente notoria durante el año 2023, cuando el consumo pasó de cerca de 39.000 toneladas a aproximadamente 60.000 toneladas, lo que representa un incremento cercano al 55% en tan solo un año.
Según el informe, quien lidera este sector es China con más del 70% de consumo de hidrógeno a nivel mundial, principalmente con vehículos de carga. Le siguen Corea y Estados Unidos, con el 10% cada uno.
El hidrógeno verde ha mostrado avances significativos, especialmente en vehículos pesados como camiones y autobuses urbanos. Sin embargo, su adopción enfrenta desafíos importantes, como la limitada infraestructura de recarga, los altos costos de producción y la falta de contratos de compra a largo plazo que garanticen una demanda estable.
Dinamarca, por ejemplo, apostó fuertemente por el hidrógeno verde como alternativa sostenible para el transporte, con planes ambiciosos que contemplaban la instalación de hasta 19 estaciones de recarga distribuidas por todo el país para el año 2024. Pero la situación actual refleja un cambio de rumbo. La compañía energética Everfuel, que asumió la gestión de las estaciones de hidrógeno en 2020, anunció en 2023 el cierre de puntos de recarga en varias ciudades y puso en pausa los proyectos para nuevas estaciones.
Rebeca Poleo, presidenta de H2Chile, explica que en el transporte de corta distancia a nivel internacional, las baterías seguirán siendo las protagonistas porque son un poco más económicas. Sin embargo, “el hidrógeno verde en el sector de carga pesada y de larga distancia es reconocido en los mercados europeos y asiáticos como una forma más conveniente y eso lo vemos como un avance importante”.
Desde el Ministerio del Transporte, aseguran que “existen proyectos que están operando y que han demostrado que sí es posible avanzar en desarrollo a gran escala, como lo son Haru Oni en Punta Arenas, pero también la participación de otras empresas internacionales que están apoyando la implementación en nuestro país, como es Newenco”.
Y específicamente en materia de transporte, la cartera liderada por Juan Carlos Muñoz indica que a medida que avance el desarrollo de los pilotos, así como la producción en materia de hidrógeno verde, comenzará una baja progresiva en los costos.
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