Arranca la Copa América en EE UU con alerta de calor: así afecta el cambio climático al fútbol
La Conmebol ha anunciado por primera vez en su historia una serie de recomendaciones médicas para prevenir los golpes de calor durante el torneo
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Cuando Argentina se enfrente a Canadá este jueves en el partido inaugural de la Copa América, Estados Unidos estará inmerso en una ola de calor que afectará a más de 77 millones de personas. El techo del estadio Mercedes-Benz de Atlanta, la sede del partido, probablemente esté cerrado para controlar la temperatura interior de las altas temperaturas que sufre estos días la capital de Georgia.
Aunque el 20 de junio apenas marca el inicio oficial del verano, las temperaturas en la ciudad ya son mucho más altas que durante los períodos más cálidos del año hace medio siglo. En 1974, la temperatura máxima registrada en Atlanta fue de 25 grados; este jueves, la ciudad se encontrará por encima de los 32 grados centígrados.
En un planeta cada vez más caliente, la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol) ha emitido por primera vez en su historia una serie de directivas para abordar los golpes de calor por esfuerzo en el fútbol. Con este anuncio, se suma a organizaciones deportivas como la FIFA y la Premier League en la implementación de medidas preventivas frente a los eventos de calor extremo.
En el anuncio, publicado el pasado martes, el órgano rector del fútbol sudamericano reconoce que “el aumento de las temperaturas debido al cambio climático representa amenazas significativas para los jugadores” y expresa “el compromiso de la organización con la seguridad de los jugadores y la concienciación climática” ante “la gravedad del calentamiento global”.
Según explica Osvaldo Pangrazio, presidente de la Comisión Médica y director de la Unidad Antidopaje de la Conmebol, las directrices, que se tomaron tras analizar “un registro de los efectos que el calor puede producir en algunas ciudades” buscan prevenir “problemas de salud como la hipertermia, la deshidratación, y el aumento de las lesiones musculares”. Su principal preocupación no son los partidos, que se juegan en estadios son climatizados, sino “los entrenamientos, tanto de los jugadores como del cuerpo arbitral”.
Para evitar que los jugadores puedan sufrir un golpe de calor durante la Copa América, la organización les permitirá solicitar pausas durante el torneo, explica Pangrazio. De requerirlo, los futbolistas podrán solicitar al árbitro interrupciones de 90 segundos para hidratarse. Además, el doctor recomienda el uso de toallas con hielos en el descanso.
Una de las primeras olas de calor de la temporada
Se espera que la ola de calor afecte el medioeste y noroeste de EE UU a lo largo de esta semana. Desde el martes por la mañana, más de 77 millones de estadounidenses se encontraban bajo alertas de calor extremo. El Servicio Metereológico de Estados Unidos (NWS) estima que ciertas áreas del país, como las ciudades de Brownsville y Laredo, en Texas, excederán los 41 grados centígrados durante el fin de semana. En Atlanta, donde se juega el partido inaugural, las temperaturas del sábado y domingo alcanzarán los 36 grados centígrados.
Las olas de calor en EE UU han aumentado tanto en frecuencia como en severidad en los últimos años. En junio de 2021, el oeste de América del Norte vivió una ola de calor récord que no solo registró las temperaturas más altas en la historia de la región, sino que también provocó incendios forestales, la muerte de más de medio millón de animales y severos daños a los cultivos locales. La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de EE UU(NOAA) estima que este evento causó daños valorados en aproximadamente ocho mil millones de dólares. Un estudio publicado en la revista científica Science Advances concluyó que, desde 1960, solo hubo cinco olas de calor más extremas.
No se espera que el evento meteorológico de esta semana sea igual de intenso que el de 2021. Sin embargo, esta nueva ola de calor afectará más gravemente a Arizona, Nuevo Mexico, Florida, Nevada y Texas; en estos tres últimos estados se disputará la mayor parte de los partidos de la Copa América.
“El informe meteorológico de este inicio de semana indica que muchas zonas experimentarán una ola de calor que no va a durar mucho, pero sí va a ser importante”, dijo Pangrazio, de la Conmebol. “Estamos monitoreando ese sistema para que los médicos de las selecciones tomen las medidas necesarias”.
¿Cómo afecta el calor al fútbol?
“El calor siempre afecta al rendimiento atlético”, indica Leslie Mabon, profesor de Sistemas Ambientales de Open University. Si bien el impacto varía según la condición física del atleta, su edad, su estilo de juego y su papel en el equipo.
En el caso de las recomendaciones de la Conmebol, estas hacen énfasis en la prevención de los golpes de calor causados por esfuerzo que, en las instancias más severas, pueden causar la muerte, incluso en atletas jóvenes. “El riesgo es mayor durante los entrenamientos, en condiciones extremas de calor, especialmente en comunidades deportivas donde se anima a los atletas a esforzarse al máximo”, señala Mabon.
“Cuando consideramos el estrés por calor, debemos tener en cuenta tanto el calor generado internamente por la actividad física, como el calor externo del ambiente”, señala por su parte S. Tony Wolf, profesor asistente del departamento de kinesiología de la Universidad de Georgia.
Además, añade, hay que sumar el impacto de la humedad del ambiente. “Para que el sudor nos refresque debe evaporarse. En un ambiente muy húmedo, el sudor se queda en la piel o gotea sin evaporarse, lo cual dificulta la regulación de la temperatura corporal”.
Un mundo deportivo que cambia con el clima
La Conmebol no es el único organismo que está dando pasos para integrar una respuesta a los efectos del cambio climático en el fútbol. La FIFA, por ejemplo, indica que un valor de temperatura de globo y bulbo húmedo (WBGT) por encima de los 32 grados centígrados constituye un ”riesgo extremo de lesión térmica”.
Ese parámetro para medir el calor, apunta Wolf, es más completo y da una idea “más precisa del ambiente térmico total y su impacto en la disipación del calor a través del sudor”, ya que considera la temperatura del ambiente, la humedad, la radiación solar y el movimiento del aire.
Bajo condiciones extremas de calor, la FIFA sugiere postergar el partido o implementar pausas cada 30 minutos para que los jugadores puedan hidratarse y descansar. Así ocurrió en el partido entre México y los Países Bajos durante el Mundial de Brasil, cuando el árbitro Pedro Proenca ordenó la primera pausa de hidratación por el calor extremo del estadio. El calor fue también el motivo por el que la FIFA trasladó el Mundial de Qatar 2022 de junio a noviembre.
La Premier League implementó medidas similares en 2022, cuando el servicio meteorológico nacional del Reino Unido declaró una alerta de calor extremo durante uno de los fines de semana del torneo. En respuesta, la liga inglesa requirió pausas de hidratación obligatorias cuando la temperatura superase los 30 grados centígrados.
Sin embargo, organizaciones como la Federación Internacional de Futbolistas Profesionales han criticado estas medidas por considerarlas insuficientes. La asociación reclama que las directrices de la FIFA, con una sola pausa por cada tiempo de juego, no permiten a los jugadores descansar o hidratarse adecuadamente.
El debate revela a un mundo deportivo en busca de respuestas ante el cambio climático. “Algunas organizaciones, como la Unión Ciclista Internacional, han creado directrices basadas en la WBGT para limitar o cancelar eventos. Sin embargo, muchas de estas medidas no están completamente basadas en la evidencia”, señala Wolf. “Necesitamos más esfuerzos de investigación para comprender mejor qué condiciones ambientales llevan a un mayor riesgo”.
Mabon, por su parte, considera que las medidas preventivas pueden ser eficaces, si bien su utilidad es limitada. Por ejemplo, la Conmebol recomienda que los futbolistas se aclimaten al calor por dos semanas antes de los partidos, pero como la Copa América se jugará en 14 ciudades distintas, las temperaturas y las condiciones cambiarán según la hora, el día y el lugar donde se juegue.
“Hay formas de adaptarse, como entrenar en momentos del día más frescos, tener pausas de enfriamiento y jugar temprano en la mañana o tarde de noche”, dice el profesor de Sistemas Ambientales de Open University. “Sin embargo, a medida que el mundo se calienta, hay un límite en cuanto a la adaptación posible del cuerpo humano”.
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