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En colaboración conCAF

‘Felisa Yanapiri’, la ‘app’ administrada por mujeres aymaras para enfrentar la violencia machista

Las 25 promotoras que hacen funcionar la aplicación brindan apoyo emocional y orientación legal para mujeres en situación de peligro en Bolivia

app Yanapiri Bolivia
Ilustración de la aplicación Yanapiri.CORTESÍA
Andrés Rodríguez

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Bolivia, como muchos países antes, entró un sábado 21 de marzo de 2020 en cuarentena rígida como medida de prevención o protección para evitar los contagios contra el virus de la covid-19. “Quédate en casa” fue el eslogan mundial contra la pandemia. A medida que las fronteras se cerraban, se prohibía la circulación y se marcaba un día a la semana para aprovisionarse. La entonces presidenta interina de la nación andina, Jeanine Áñez, recalcaba: “A la población le pido que trate de salir lo menos posible de sus casas, solo salga para trabajar y luego vuelvan a sus casas para estar con la familia”. Sin embargo, el hogar, considerado como un lugar seguro contra el virus, no lo era para muchas mujeres.

En 71 días que duró la cuarentena rígida en Bolivia, del 21 de marzo al 31 de mayo, hubo casi 3.000 denuncias de violencia, según da a conocer la publicación Cuarentena violenta. Cuando el hogar es el espacio más inseguro para las mujeres, publicado por el Observatorio de Género de la Coordinadora de la Mujer. Pese a estas cifras, se estima que hubo un subregistro de casos debido a la imposibilidad de desplazamiento y de denunciar. Ante esta situación, en la Organización de Mujeres Aymaras del Kollasuyo (OMAK) decidieron no quedarse de brazos cruzados y crearon una app denonimada Felisa Yanapiri, una alternativa tecnológica que busca hacer frente a la violencia machista en el país andino.

La app fue lanzada para el sistema operativo Android en abril de 2022. Para llegar a la materialización del producto final, las promotoras comunitarias de OMAK, mujeres de ascendencia aymara, comenzaron a darse modos a través de WhatsApp, llamadas telefónicas y otros medios para ayudar y guiar a quienes se encontraban pasando por una situación violenta. “No habían servicios, no había posibilidad de salir. Estábamos todos en confinamiento y de todas maneras la violencia estaba. De ahí nació la idea de contar con una aplicación en la que mujeres que no puedan acceder fácilmente a servicios de atención, protección o de prevención puedan tener información”, le cuenta a América Futura Bernarda Ferreira, coordinadora de proyecto de OMAK.

Junto a las promotoras, que actualmente suman 25, se diseñó el personaje de Felisa Yanapiri, que según Ferreira tiene una profunda significación, ya que Felisa viene de la palabra “mujer feliz” y yanapiri se traduce del aymara como “la que ayuda”. Entonces crearon un personaje con el cual las promotoras que forman parte de OMAK estuvieron de acuerdo, una mujer aymara con vestimenta tradicional de la chola paceña. Sonriente, con su pollera color morada y otras prendas coloridas, lanza el siguiente mensaje: “¿Sufres de violencia y ya no sabes qué hacer? ¡Sígueme! Soy Felisa Yanapiri y estoy aquí para ayudarte”.

La app, con más de 500 descargas a la fecha, tiene varias funcionalidades, pero quizá las más importantes sean el botón de ayuda o pánico —de color naranja—, que funciona como una especie de alerta para los números que sean previamente registrados. Este botón envía un mensaje de texto solicitando ayuda a estos contactos en caso de que una mujer se encuentre frente a una situación violenta.

Yanapiri
Mujeres aymaras observan un folleto de la aplicación Yanapiri.CORTESÍA

El otro botón importante de la aplicación, de color verde, es el que permite conectar a la persona con una promotora del servicio integral de Felisa Yanapiri, en el que pueden recibir orientación, ya sea legal o psicológica, o incluso para agendar atención presencial en las oficinas de OMAK, ubicadas en la ciudad de El Alto, aledaña a La Paz, en la parte occidental del país. Asimismo, la aplicación posee un sistema georeferencial a través del cual señala las estaciones policiales e instituciones a las cuales las mujeres pueden acudir en caso de ser víctimas de violencia, pero esta función, así como otras dentro de la app, se encuentran en proceso de mejora, según Ferreira.

“Hay otro botón que brinda información sobre los tratados internacionales que amparan a las mujeres contra la violencia, así como información y los tipos de violencia que la Ley Integral para Garantizar a las Mujeres una Vida libre de Violencia contempla y un cuestionario anónimo que, al responder 10 preguntas sobre este tipo de situaciones, recomienda si la persona debe buscar ayuda. Sin embargo, son funciones que deben mejorar para garantizar un mejor servicio”, precisa la coordinadora de proyecto.

De acuerdo con el Informe Regional de Desarrollo Humano. Atrapados: Alta desigualdad y bajo crecimiento en América Latina y el Caribe, del año 2021, Bolivia es el país con la tasa más alta de violencia de género, casi el 60%, de mujeres que han sufrido abusos físicos o sexuales en América Latina y el Caribe, por encima de las cifras de Colombia, Ecuador y Perú, que se sitúan entre el 30% y el 35%. Francisca Poma Cadena es una de las promotoras que comenzó dentro del proyecto cuando inició la pandemia. Ella, junto a otras cuatro mujeres, fueron capacitadas a través de talleres para mejorar sus habilidades y aprender a usar aplicaciones para su trabajo con el celular.

Su principal trabajo, por el que ya ha atendido al menos 60 casos, es el de “contención emocional”. Si una mujer necesita de orientación, no importa si está en la ciudad, en la periferia urbana o en una provincia, una promotora comunitaria, como Poma, acude, si así lo requiere la víctima, a ayudarle a seguir los pasos para sentar una denuncia, para darle apoyo emocional en ese momento o para derivarla a un especialista, ya sea psicológico o legal, en OMAK.

“Esta aplicación es importante porque puede ser determinante en una situación de vida o muerte. Porque hasta que la policía aparezca, si es que lo hace, una ya puede estar muerta. Ellos no responden y cuando se llama a los policías en los módulos barriales, todavía se enojan y se hacen los desentendidos. Yo misma he vivido eso. Esto lo hacemos de forma voluntaria, por eso necesitamos mayor apoyo de las autoridades locales y estatales”, finaliza Poma.

Sobre la firma

Andrés Rodríguez
Es periodista en la edición de EL PAÍS América. Su trabajo está especializado en cine. Trabaja en Ciudad de México

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