Venesis, una plataforma para reencontrar a los venezolanos en los temas del futuro

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Futuro es una palabra que se ha quedado atascada en la prolongada crisis política y humanitaria que vive Venezuela desde hace años. Podría ser casi una incorrección política hablar ello, cuando los venezolanos tienen el saco lleno de los problemas de hoy sobre los que no hay a la vista un horizonte de salida. Sobre ese escenario se lanza la plataforma Venesis, una iniciativa de la Universidad Católica Andrés Bello, que ya se ha dedicado a documentar esa crisis con sus encuestas anuales de condiciones de vida — la única bitácora del estado del país disponible ante la ausencia de datos oficiales públicos — y que ahora se propone a divulgar el futuro a partir de 11 temas que abarcan tres grandes transiciones globales: la energética, la del cambio climático y la digital.

“Queremos plantear las preocupaciones del futuro como lugar de encuentro de los venezolanos”, explica el sociólogo Luis Pedro España, coordinador general de Venesis y director del Centro para el Tercer Sector de la UCAB. “Hay temas de inclusión social todavía por debatir y que iremos sumando —reconoce España— pero partimos de que la Venezuela petrolera ya no tiene respuestas para los retos del futuro”. Los temas están en bisagra con esa transición energética que tiene pendiente el país petrolero, que puede hacerse más costosa para los venezolanos si no se habla de ella a tiempo.

La plataforma plantea el desarrollo de distintos formatos como podcasts, talk shows, encuentros, juegos interactivos y audios dramatizados para llevar la discusión de estas ideas a la calle, con foco en las juventudes, que aportaron las líneas de aproximación a partir de una encuesta realizada por la firma More Consulting. Como línea de partida, se consultaron a 6 mil venezolanos, la mitad de ellos tenían entre 18 y 32 años. En ese grupo las preocupaciones principales son conseguir empleo, tener que verse en la necesidad de emigrar de Venezuela y no tener las habilidades para desarrollarse en el país. Un 42% veía en 2022 la situación del país como buena y tenía perspectivas de mejoras.

En esta encuesta también se encuentra un cambio de percepción sobre irse o quedarse en Venezuela que es llamativo. En sondeos de opinión de 2014 un 66% de los jóvenes decía que se iría del país si tenía la oportunidad, condiciones y apoyo de familiares en el extranjero. En cambio, solo una minoría prefería quedarse. Hoy, después de más de 7 millones de migrantes, esos porcentajes se han invertido. La mayoría de los jóvenes prefiere seguir en Venezuela, lo que para los académicos es clave para insertar al país en la agenda global.

El lanzamiento de Venesis inició con una conversación entre la politóloga Paola Bautista y el abogado César Carballo, conducida por la también politóloga Ana Milagros Parra. Hablaron del futuro ante un auditorio repleto que se acogió a la convocatoria. “Hay urgencias de construir el futuro y si no nos ponemos de acuerdo en cómo será y en cómo como sociedad transitamos hacia allá todo se va a poner más pavoroso. Estamos obligados a alzar la mirada sobre este presente que se ha convertido en una reyerta”, comentó Carballo, quien ha desarrollado su investigación sobre los retos laborales que plantean estas transformaciones, especialmente las del ámbito tecnológico. “Estudios en la región señalan que con la tecnología disponible hoy, no la de mañana, la mitad de los puestos de trabajo desaparecen en América Latina. Estamos llegando tarde a la función”.

En Venezuela, esta discusión no solo está centrada en la vida después del petróleo, pues el país atraviesa otros fenómenos que determinarán su aproximación a ese futuro. Venezuela pasó de producir más de 3 millones de barriles de crudo diarios a 700 mil por el colapso de su industria petrolera por años de malos manejos y corrupción. “Somos un petro-Estado que se ha reducido por fuerzas mayores, pero no por decisión. Nuestra principal industria se vino abajo, lo cual es un hándicap que tenemos porque seguiremos dependiendo financieramente del petróleo y hay que aprovecharlo y extraerlo, pero sabiendo que la inversión del futuro no está ahí”, dice Carballo.

En medio de la crisis venezolana, la composición de la población también ha cambiado, con la enorme migración que ha vivido el país en menos de una década, la segunda movilización más grande del mundo después de la de los sirios desplazados por la guerra. “Venimos con un déficit muy marcado en algunos sectores para crear fuentes de trabajo por la precariedad de los servicios, la falta de profesionales, los niveles de informalidad que son muy grandes, en los que la idea de ser parte de una empresa se ha deshilachado, como también ocurre en el mundo. Además, envejecimos como sociedad”, apunta Carballo. “Tenemos por delante un reto enorme. Hay que empezar desde ya. No vamos a volver a los mejores años del pasado, a la Venezuela saudita. No tenemos cómo, tenemos que desaprender y construir algo nuevo”.

Bautista destacó que pensar en las transiciones globales desde los problemas venezolanos implicará un dialogo social que va a llevar tiempo. “La realidad es compleja y demandante y puede conducir a la huida. Pero tarde o temprano el futuro siempre llega y hay que preparar el corazón y la inteligencia para eso. En Venezuela es necesario hablar de lo bueno que puede ser sin el techo del hambre y la miseria”, señaló. La académica y política también advirtió del riesgo de que estos “temas globales se instrumentalicen” especialmente en contextos autoritarios y ampliamente desiguales como el venezolano, de ahí destacó la importancia de usar el debate de las transiciones globales como una ocasión para robustecer la democracia. “Porque si no entonces pasará que tenemos 300 presos políticos, como ahora, junto a tecnologías 5G, o una crisis humanitaria y un restaurante que vuela”.

En la web venesis.org se reúnen las aproximaciones a estos 11 temas. El nombre del proyecto es la síntesis de Venezuela y génesis y parte de una premisa del jesuita José Virtuoso, ex rector de la UCAB fallecido el año pasado: “Venezuela nace de sus ideas”. La iniciativa busca salir de las universidades y están planteados al menos 20 encuentros regionales en los que se buscará construir consensos para que el futuro no sea una imposición para los venezolanos.