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¿El 'rojo como un cangrejo' se convierte en bronceado?

Y otras 14 dudas frecuentes sobre la exposición al sol. Ahora sí sabrá qué loción echar en la bolsa de la playa

El 77 % de la población española desconoce lo que significa el número SPF escrito en las lociones solares, según un reciente estudio realizado por los Laboratorios Avène. Las cremas con SPF protegen la piel de los rayos ultravioleta B (UV-B), los principales causantes de las quemaduras solares; sin embargo, la investigación ha demostrado que tanto los rayos ultravioleta A (UV-A) y UV-B puede contribuir a cánceres de piel y envejecimiento prematuro de la piel.

¿Y qué significan esas misteriosas iniciales? SPF quiere decir 'factor de protección solar'; y la cifra, el tiempo que puede estar expuesto al sol. Dadas las fechas, acudimos a los especialistas para que hagan luz sobre unas cuantas creencias erróneas, y no forme parte de ese 62% que piensa que un SPF 30 protege el doble que un SPF 15. Ante la duda, Antonio Licitra, especialista en medicina estética de la clínica Med-Estetic, recomienda usar protección: “Siempre al salir al exterior, incluso en días nublados”.

1. Un SPF 30 protege el doble que un SPF 15: Falso. Aún no existe la crema milagro que proteja las 24 horas del día. "El hecho de que usted compre SPF 100 no significa que esté 100% protegida", asegura el investigador Roopal Kundu: "Permanecer fuera del sol es la única forma de garantizar una protección del 100%. “Cada grado de SPF (6, 15, 20, 30 o 50) se refiere a la cantidad de tiempo que la piel está protegida” explican en Douglas Sun, la división de tratamientos solares de la cadena de cosmética y perfumería. Los números del bote indican minutos. En función de los minutos que la piel tarde en quemarse sin protección tendrá que multiplicar por el número del bote. Así sabrá cuánto tiempo está protegido y cuando necesita aplicar de nuevo la crema.

“Por ejemplo, si usted tarda en quemarse 20 minutos y se aplica un protector solar SPF 15, estará protegido unos 300 minutos, o cinco horas (SPF 15 x 20 minutos = 300 minutos). Una persona con piel ligeramente pigmentada que se quema en 10 minutos estaría protegido solo alrededor de 2,5 horas (SPF 15 x 10 minutos = 150 minutos), como calcula la Asociación Amerciana de la Piel.

Por supuesto, estos cálculos dependen de cada persona. Hay quienes se empiezan a quemar en el minuto uno y otras a los 10. El grado de SPF multiplica el tiempo de protección en tantas veces como indica. Si desconoce su factor, hacer una prueba de cuánto tardamos en quemarnos es muy temerario. “Conviene ser prudente durante los primeros días de sol y emplear factores de protección altos en repetidas ocasiones”, advierte el especialista Ricardo Vicario, de Clínicas Vicario. Sin más.

2. Nada más aplicar la crema está protegido: No siempre. José Vicente Lajo, del Centro Médico Lajo Plaza, precisa: “Si usamos un filtro químico también es importante saber que tarda unos 20 minutos en generar la protección, mientras que si usamos un filtro físico, que gracias a su densidad crea una pantalla que no deja penetrar el sol, es inmediato”. Los filtros físicos de las cremas son los que contienen óxido de cinc y reflejan la radiación solar, mientras que los químicos absorben los rayos UVA y UVB protegiendo las capas más profundas de la piel, según aclara Lajo.

3. Si se pone dos cremas, la protección solar suma: Falso. Si se aplica una crema SPF 50 y añade otra SPF 30, el resultado no será SPF 80. Tampoco si aplica mayor cantidad. Lo ideal es hacerlo con la frecuencia correcta (la multiplicación anterior le dará la frecuencia). “Para protegerse más hay que hacerlo con mayor frecuencia. No con más cantidad ni poniendo crema sobre crema”, subscribe Elaine Ferreira, del grupo Prima-Derm.

4. Después de la crema solar puede aplicar maquillaje: Falso. “Hay que esperar entre 5 y 10 minutos para que el protector sea bien absorbido por la piel antes de aplicar el maquillaje”, precisa Ferreira. Si no, al pasar la brocha o la esponja lo retiraría quedando la zona sin protección. Otra opción por la que aboga Paloma Cornejo Navarro, jefe de la unidad de Dermatología del Instituto Médico Láser (IML), es usar maquillajes con SPF hasta del 50 y cremas con color de hasta SPF de 90. “Además, los filtros físicos de los pigmentos del maquillaje son bastante seguros y ayudan a prevenir el melasma. Eso sí, hay que retocar cada 3-4 horas porque van perdiendo eficacia”, añade.

5. Si usted ya está bronceado, no se quemará: Falso. “Un 30% de la población española no renueva correctamente la protección solar”, según los datos de Avène. Leonor Prieto, directora científica de Laboratorios La Roche-Posay, insiste: “La piel, incluso estando morena, necesita protegerse de igual manera, porque el SPF no solo defiende a nivel externo, sino también interno, previniendo quemaduras, alteraciones celulares y la posible aparición de lunares, pecas, o melanomas”.

6. Si usted está embarazada tendrá manchas: Falso. No todas las embarazadas tienen manchas ni las manchas salen solo por el embarazo, aunque sí hay más predisposición si toman el sol. “La exposición solar aumenta las posibilidades durante el embarazo de aparición de melasma”, apunta Aurora Rodríguez Huergo, de Hedonai. Durante el embarazo, los cambios hormonales “dan lugar a una mayor activación de los melanocitos que, unido a la exposición al sol, favorece la aparición de las manchas que denominamos melasma, cloasma o paño de embarazada” añade Prieto.

Averigüe su fototitpo

En el caso de no saber cuánto tarda de forma natural en quemarse nuestra piel, existen tablas generalizadas que dividen a la población mundial en seis fototipos: I, II, III, IV, V y VI. Antonio Licitra, de Med-Estetic, aclara: “El fototipo I es el más blanquito y sensible al sol y el fototipo VI es la piel negra, con más resistencia a quemarse". Lo primero es identificar el fototipo y después multiplicar el número del bote por el número del fototipo. Por ejemplo: con un fototipo II y con protector 20 (2x20 = 40 ), podrá exponerse solo 40 minutos, mientras que con un fototipo IV (4x20 = 80 ), podrá estar al sol 80 minutos”. Paloma Cornejo, jefa de la unidad de Dermatología de IML, nos indica en esta tabla cómo identificar de forma sencilla cuál es nuestro fototipo según las características de nuestra piel:

Fototipo I:

  •   Piel muy pálida (pelirrojos)
  • Frente a la exposición solar siempre se queman
  • Nunca se broncean
  • Suelen tener muchas pecas

Fototipo II:

  • Piel clara
  •  Frente a la exposición solar siempre se quema
  • Puede adquirir un discreto tono de bronceado
  • Suelen tener bastantes pecas

Fototipo III:

  • Piel clara pero tirando a morena
  • Frente a la exposición solar a veces se queman y a veces se broncean
  • El tono de bronceado que pueden adquirir es medio
  • Pocas pecas

Fototipo IV

  • Piel morena
  • Frente a la exposición solar nunca se quema
  • Siempre se broncea con tono intenso
  • No tienen pecas

Fototipo V

  • Piel oscura
  • Frente a la exposición solar nunca se quema
  • El tono de bronceado es muy intenso
  • No tienen pecas

Fototipo VI

  •  Piel negra
  • Nunca se quema
  • La piel siempre está muy oscura
  • No tienen pecas

Los melasmas son manchas de color marrón más o menos oscuro, lisas, de bordes irregulares y suelen aparecer en la zona media del rostro (código de barras, mejillas y frente). Además, cuanto más oscuro es nuestro fototipo, más tendencia tenemos a que aparezca el melasma y en muchos casos no desaparece tras el embarazo. Pero se pueden evitar: “Hay estudios epidemiológicos que demuestran que si nos aplicamos un protector solar de protección alta (SPF 50+ y protección UVA muy alta) podemos evitar hasta en un 97% la aparición del mismo, su intensidad y su permanencia en la piel”, señala la especialista de Avène.

7. Los complementos alimenticios hacen el mismo efecto que la crema: Falso. Las pastillas de betacaroteno (o provitamina A) proporcionan vitaminas para asimilar los rayos del sol y conseguir un bronceado más rápido. "Pero no crean la película protectora que la piel necesita para que el sol no la dañe”, recuerda Vicario. La alimentación sí puede complementar la preparación de la piel para el sol, así como evitar el envejecimiento prematuro. “En estas fechas es interesante aumentar la cantidad de alimentos ricos en licopeno y betacarotenos como tomate, sandía o la zanahoria, que estimulan la producción de colágeno, lo que hace que nuestra dermis se recupere antes de los efectos solares”, afirma Vicario. También los frutos secos ayudan a aumentar hasta un 25% la protección solar aplicada sobre la piel, mientras que la fruta del tiempo como cereza, albaricoque, melón o melocotón estimulan la melanina, lo que aumenta el bronceado sano.

8. El té verde protege: Dudoso. Diversos estudios han demostrado (en animales) que el tratamiento tópico o el consumo oral de polifenoles del té verde protege la piel de los efectos nocivos y cancerosos de los rayos UVA. Entre ellos, el publicado en la Biblioteca Nacional de Medicina del Instituto Nacional de Salud de EE UU. Los derivados de epicatequina, comúnmente llamados polifenoles, presentes en el té verde, poseen propiedades antioxidantes, antiinflamatorias y anticancerígenas.

9. En días grises puede prescindir de protección: Falso. Las nubes pueden incluso aumentar la radiación ya que la humedad crea un efecto reflectante, por lo que en días nublados y fríos, aunque no veamos el sol, es importante ir protegidos. “En días fríos puede que los rayos UVA (responsables de la pigmentación inmediata) disminuyan un poco, pero los UVB (los principales causantes de las quemaduras y melanomas) se mantienen”, asegura Rodríguez Huergo.

10. Después del rojo 'cangrejo' viene el moreno bronceado: Falso. Es la típica frase de autoconsuelo después de un día de playa en la que nos hemos quemado. Sin embargo, las quemaduras por falta de protección afectan a las capas superficiales de la piel haciendo que nos pelemos rápidamente y ya nos quede la memoria de quemadura a nivel celular.

11. Con protección solar no me pongo moreno: Falso. “Aunque pueda parecer que una persona se está bronceando menos, en realidad está adquiriendo color gradualmente sin quemar la piel, asegurando así una mayor duración de este bronceado”, dice Prieto.

12. Si pone “resistente al agua” puede nadar sin preocupación: Falso. “Decimos que un producto es 'resistente al agua' (water resistant) cuando tras dos baños de 20 minutos sigue manteniendo al menos un 70% del factor de protección indicado. Y los 'muy resistentes al agua' (water proof) permite el doble, 4 baños de 20 minutos”, añade Leonor Prieto, quien matiza: “Si realiza deportes acuáticos es recomendable usar ropa adecuada y volver a aplicar el producto en las zonas expuestas tras un baño prolongado”.

13. Los bebés se pueden exponer al sol con protección solar: Falso. Con los más pequeños hay que extremar las precauciones. La piel de los bebés y de los niños hasta los tres años es inmadura y su sistema de defensa no es tan activo. Esto significa que es una piel más fina, permeable y delicada. Dermatólogos y pediatras recomiendan no exponer directamente al sol a bebés o niños menores de esa edad. Pero incluso sin exposición directa la reflexión del sol puede acumular una radiación importante. “Por eso se recomienda la protección física (gorros, camisetas, sombrillas) y a partir de los seis meses, aplicar un protector solar específico para bebés o niños en las zonas descubiertas”, añade Prieto. La OMS y la comunidad científica establece que las quemaduras repetidas en la infancia son un factor de riesgo para el desarrollo del cáncer de piel en la edad adulta. De ahí la importancia de evitar al máximo la exposición y protegerlos con todos los medios disponibles.

14. Las pieles morenas necesitan menos protección solar: Falso. Una piel pálida se quema antes que una morena, sí. Pero que una piel morena no se queme no significa que el sol no ejerza sobre ella el mismo fotoenvejecimiento que sobre una más clara. Un estudio reciente de Douglas Sun recalca: “Los rayos UVA y UVB penetran igual en todas las pieles, afectando a nivel interno y celular”. La inmunosupresión, el fotoenvejecimiento o el cáncer de piel inducidos por el sol, también afecta a las pieles de color.

15. La protección solar le impide asimilar vitamina D: Falso. “Si realizamos una vida normal con 10 -15 minutos de paseo diario al aire libre, siempre hay zonas que llevamos descubiertas por las que recibimos la radiación ultravioleta capaz de favorecer la síntesis de vitamina D necesaria (importante para absorber el calcio)” asegura Antonio Licitra. En términos generales, no se recomienda una exposición directa al sol. En casos particulares de deficiencia o insuficiencia de vitamina D, será el médico el que aconseje sobre cómo y cuánto tiempo ha de exponerse. Hay determinadas patologías o situaciones en las que puede ser recomendable tomar el sol, pero esto entra ya dentro del esquema terapéutico y debe de ser el dermatólogo, pediatra o el especialista el que paute y controle las condiciones. “Nunca lo debemos hacer por nuestra cuenta, aunque hayamos oído que el sol mejora el acné, la psoriasis, los eczemas o las alergias solares”, concluye Leonor Prieto.

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