¿Soltero en Navidad? 5 respuestas para callar bocas
"¿Y si le pides un novio a los Reyes Magos?". Cómo responder, con psicología, a frases impertinentes
Si ya ha probado con el humor, la ironía y la sinceridad, quizá este año sea el momento de parar los pies a su primo, su cuñado o tío abuelo, con un poco de ingenio y mano izquierda. Y es que hay cenas de Navidad que más que una feliz y armoniosa reunión, parecen un campo de minas. Si este es su caso y ha decidido "poner en su sitio" al pariente entrometido de turno, aquí tiene algunas sugerencias para que empiece a ensayar su mejor respuesta.
La metodología escogida es la siguiente: fabulamos cinco casos en los que un familiar indaga, impertinente, en su soltería; y los expertos dan pistas para salir airosos.
Caso 1: "Pero, ¿cuánto tiempo llevas soltero? Bueno, no te desesperes. Verás como pronto conoces a alguien y rehaces tu vida"
¡Tómeselo con humor! Esta es la actitud que aconseja la psicóloga Eva Hidalgo, quien propone encarar esta situación con una respuesta divertida: "¿Que cuánto tiempo llevo soltero? ¡Pues el mismo que sin pareja! Eso sí, nos advierte de que si no queremos que la comunicación no verbal nos delate, debe acompañar nuestras palabras: "No es posible ser graciosa y al mismo tiempo poner cara de perro".
Si el comentario de su pariente le ha caído como un jarro de agua fría y se ve incapaz de encontrar una respuesta original, puede recurrir a la sinceridad, tal y como aconseja la coach Carmen Terrasa (CTG Coaching). Una respuesta del tipo "Estoy encantado con la vida que llevo y no tengo ninguna necesidad de encontrar a alguien" puede ser una buena manera de encajar el golpe. Además, Terrasa sugiere poner el broche a la conversación con un toque de ironía: "Aunque si cambio de idea, serás el primero en saberlo".
Por otro lado, lo que desaconseja con absoluto convencimiento es recurrir a la mentira porque, aunque ese sea su primer impulso al ver que no es capaz de rebatir el comentario tal y como le gustaría, un embuste solo ayudaría en un primer momento. "Después se quedaría con una desagradable sensación de inferioridad por no haber sido capaz de encontrar una respuesta adecuada", advierte la experta.
Caso 2: "¿No me digas que te has vuelto a separar? A este paso, se te va a pasar el arroz"
Antes de contestar, respire profundamente y cuente hasta 10. Para Terrasa, una buena réplica sería: "¿A qué te refieres con pasar el arroz? Me siento mal con ese comentario, te agradecería que si me quieres decir algo, me lo comentes de otra manera".
Eva también añade que aquí no hace falta ser comedido, pues el comentario es de suficiente poco gusto. "Exprese, directamente, lo mal que le sienta", concluye.
Caso 3: "¿Otra vez has venido solo? ¿Qué pasa, es que te da vergüenza presentarnos a tu novia?"
Es el momento de poner límites. Así lo cree la psicóloga Eva Hidalgo, quien asegura que "una autoestima sana comienza por el respeto a uno mismo y, en consecuencia, no permitiendo que los demás le falten al respeto". Por eso, una buena respuesta sería: "Sí, he venido solo otra vez, ya que sigo sin pareja. Considero que lo importante debería ser compartir este día y pasarlo bien todos los que estamos hoy aquí. ¿No es suficiente para ti?".
Caso 4: "¿Y si le pides un novio a los Reyes Magos? Porque parece que la cosa está difícil, ¿no?"
Posiciónese. Puede salir del paso con una respuesta clara y serena que le deje por encima de su interlocutor. Esta es la de Carmen Terrasa: "La verdad es que para mí la cosa no está complicada, porque lo de tener novio no va conmigo. Prefiero los amigos íntimos". O también puede defender su postura con contundencia y convicción, como propone Hidalgo: "No sé si está difícil o no. Lo que sí sé es que me quiero lo suficiente como para no agarrarme a un clavo ardiendo".
Caso 5: "¡Qué envidia me das! Siempre haciendo lo que quieres, sin horarios y con todo el tiempo del mundo para ti. Lástima que no tendremos siempre 30 años. Porque... este año has cumplido 38, ¿verdad?"
Sígale el juego. Esquivar las pullitas lanzadas desde la otra punta del salón puede convertirse en todo un arte. De hecho, lo que Carmen Terrasa propone casi lo es. La coach busca que la impertinencia del familiar se vuelva en su contra, y para ello emplea sus mismos argumentos en la respuesta: "Sí, estoy encantado con mi cumpleaños. Mis amigos y yo estamos planificando un viaje especial para celebrarlo". ¿Te vienes?
¿Y si el problema es suyo?
¿Suele sentirse como una diana gigante que cada año colocan en las cenas de Navidad para disfrute de sus familiares? Si es así, ¿no ha pensado alguna vez que puede que esté exagerando? Quizá su susceptibilidad respecto a su estado civil haya aumentado y esté "a la que salta" con cada pequeño comentario de sus parientes. O puede que no sea así y su ofensa esté totalmente justificada, ya que, tal y como opina la coach Carmen Terrasa, "un comentario es impertinente al margen de la interpretación que le dé la persona a la que va dirigido. Otra cosa es que, por determinados motivos, estemos especialmente sensibles con ese tema".
Esta hipersensibilidad respecto a la soltería hace que "pese a haber mantenido diez conversaciones distintas con personas sin prejuicios sobre su estado civil, solo recordará aquella otra conversación en la que un familiar impertinente le increpó, ridiculizó o le hizo sentir inferior por no tener pareja", concluye la psicóloga Eva Hidalgo.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.