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La música se escucha mejor en la oscuridad

En la entrega de los Premios Rolling Stone, Vetusta Morla puso de manifiesto una de las evidencias que hay en torno a la clave de sol

Carolina García
Vetusta Morla durante su actuación improvisada (y en tinieblas) en los Premios Rolling Stone 2014.
Vetusta Morla durante su actuación improvisada (y en tinieblas) en los Premios Rolling Stone 2014.Luis Rubio

Llega el momento de entregar el Premio Rolling Stone al mejor disco del año. Vetusta Morla, la banda vencedora, por La deriva, sube al escenario. Es la hora de los agradecimientos, pero, al primer intento de mediar palabra, se produce un apagón en la sala Joy Eslava (Madrid), lugar que acoge el evento. Los organizadores y el actor Quim Gutiérrez, maestro de ceremonias de la sexta edición de los premios del rock, tratan de calmar a las más de 800 personas congregadas. “El apagón se ha producido en toda la calle Arenal, esperemos que vuelva pronto la luz”, reiteró varias veces el intérprete. Tras varios minutos de desconcierto, los integrantes de Vetusta Morla se arrancan y regalan una versión acústica de Los Buenos para calmar el ambiente. La reacción generalizada fue, primero, de asombro y, después, de magnífico y delicioso disfrute, inmersos -eso sí- en la profunda negrura. ¿Acaso se escucha mejor la música en la oscuridad? Efectivamente.

Este es el mágico momento que grabaron los asistentes al evento:

Un estudio publicado en febrero de 2014 por investigadores de la Universidad de John Hopkins y la de Maryland, ambas situadas en el Estado del mismo nombre, concluyó: “Los periodos cortos de privación de visión tienen un efecto muy positivo sobre la percepción de la música”. “Esta se oye como realmente es”, explicó una de sus autoras, Hey-Kyoung Lee. La investigación, publicada en la revista Neuron y realizada con ratones, aseveraba que el aspecto más significativo del estudio residía en descubrir que la pérdida de un sentido (en este caso, la visión) podía aumentar el procesamiento de otros, como el oído, "alterando así los circuitos del cerebro”.

"Privando totalmente la visión, somos capaces de conseguir que el cerebro de un adulto mejore su procesamiento del sonido, lo que puede ser muy positivo para recuperar la percepción del mismo en pacientes que, por ejemplo, cuenten con un implante cloquear [producto sanitario para mejorar la audición]”, agregaron los autores. “Seguro que alguna vez, cuando has escuchado una canción que te es familiar con mucho ruido de fondo, te habrás dado cuenta de que el compás y la melodía no se diferencian, porque algunas notas se pierden en el ambiente. Estos resultados sugieren que si no tienes visión, se pueden suplantar estas notas perdidas y disfrutar de la música como realmente es”, zanjó Hey-Kyoung Lee.

No es una cuestión baladí, pues la música es bienestar y salud. Un estudio publicado por la Sociedad Europea de Cardiología midió los efectos de esta sobre el endotelio vascular, lámina que recubre los vasos sanguíneos. Ya se había estudiado que el ejercicio físico tiene un efecto rehabilitador y de mejora sobre el endotelio, mas esta era la primera investigación que se realizaba en torno a la polifonía. La conclusión fue clara: “Escuchar música, en concreto la que nos gusta, mejora la función endometial. Basta con media hora al día”. Para llegar a ella, los participantes fueron divididos en tres grupos: uno realizó 30 minutos de ejercicio físico, otro hizo ejercicio físico y escuchó música y el tercero, únicamente, escuchó música. Después de tres semanas de entrenamiento, los mejores valores los obtuvo el grupo que combinó las dos actividades.

Psicológicamente, la música también tiene distintas implicaciones. Aunque nos suele acompañar en momentos de alegría (fiestas y celebraciones), también es herramienta para aliviar la tristeza. Un estudio japonés, realizado en septiembre de 2013, reveló que escuchar música melancólica puede evocar emociones positivas. La investigación, publicada en la revista Frontiers in Psychology y realizada con 44 voluntarios, remató: “En general, la música triste provoca tristeza, lo que en un principio puede ser una emoción negativa, pero este estudio demuestra que al mismo tiempo despierta emociones románticas, y que la tristeza percibida es placentera porque la sentimos lejana a nosotros. Así puede ayudar a la gente a lidiar con sus emociones negativas en la vida diaria”.

A pesar de todas estas bondades, hay gente a la que no le gusta la música (ni en la luz ni en la oscuridad). Según otra investigación, publicada en Cell Press Journal Current Biology, “hay gente que es incapaz de experimentar placer con la música”. La condición, a la que llamaron "anhedonia musical" (falta de placer por escuchar música), “ayudará a entender los mecanismos neurales básicos de la música, y lo que explica el proceso que hace que las notas se conviertan en emociones”, aseguró uno de los autores del estudio.

Recopilando, si usted es de los que la adoran, los expertos lo tienen claro: escúchela a oscuras, no tema elegir un disco triste y hágalo media hora al día. La canción de Vetusta Morla puede ser un buen comienzo. Esta es la versión completa de Los Buenos:

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Sobre la firma

Carolina García
La coordinadora y redactora de Mamas & Papas está especializada en temas de crianza, salud y psicología, y ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS. Es autora de 'Más amor y menos química' (Aguilar) y 'Sesenta y tantos' (Ediciones CEAC). Es licenciada en Psicología, Máster en Psicooncología y Máster en Periodismo de EL PAÍS.

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