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¿Por qué seguimos enganchados a 'Candy Crush Saga'?

El popular videojuego cumple dos años en su versión para 'smartphones'. He aquí una explicación sencilla de su éxito. ¡Felicidades!

Junte tres caramelos del mismo color y sume puntos para pasar de pantalla. Eso es Candy Crush Saga. Decía Einstein que “si no puede explicarle algo a un niño de seis años, es que no lo entiende usted”, así que se puede afirmar con precisión casi cuántica que el Candy Crush Saga lo entiende todo el mundo. Para júbilo de los que llenan el vacío existencial de los viajes en autobús pegados a su smartphone y para descontento de los que reciben toneladas de inoportunas invitaciones diarias a hacer lo mismo, este popular videojuego cumple hoy mismo dos años desde su aparición para dispositivos móviles. Es el entretenimiento más popular de Facebook (superó a FarmVille 2 en marzo de 2013), suma 150 millones usuarios únicos al mes y se alza como la aplicación número 1 en ingresos de Google Play y App Store. Así las cosas, no nos quedaba otra que felicitar a sus acólitos con este sencillo análisis de por qué nos gusta tanto.

En un mundo en el que los fenómenos de masas tienen la esperanza de vida de una mosca, ¿cuáles son los factores que hacen que Candy Crush Saga siga creando adicción? Para Miguel Ángel Lozano, director del curso de experto universitario en Diseño y Creación de Videojuegos de la Universidad de Alicante, son dos: “Es un juego adictivo porque es sencillo de aprender, pero también de progresar: con una dificultad en aumento”. Esto significa que cualquiera puede empezar a jugar y, sin darse cuenta, acabar empecinado en conseguir la máxima puntuación. Otra de las claves, según señala Lozano, reside en “el componente social: la gente lo conecta a través de las redes sociales, comparte sus resultados... Y así el juego se difunde”.

Es un juego adictivo porque es sencillo de aprender, pero también de progresar" (Miguel Ángel Lozano, experto en creación de videojuegos)

Pero ¿cómo podemos evitar que tanto caramelo nos dé un subidón de azúcar? Jorge Barraca, presidente de la Sociedad Española de Psicología Clínica y de la Salud (SEPCyS), advierte de que la adicción es algo que ha pasado anteriormente con otros juegos similares, como Tetris. Considera que las características del Candy Crush Saga que pueden llevar a la obsesión patológica son la fácil mecánica, la progresión de la dificultad y que el logro es inmediato. "En Grand Theft Auto [saga de videojuegos nacida en 1997 que revolucionó el mercado por la libertad de acción de los jugadores], por ejemplo, hay que esperar mucho tiempo, pero aquí, como en las tragaperras, te enteras al momento de si has ganado o perdido”, anota.

Sin caer en el alarmismo, Barraca observa que el componente social del Candy Crush Saga tiene doble cara: “En una conversación, si estoy atendiendo al juego, se dificulta la comunicación y se entorpecen las relaciones sociales”. El presidente de la SEPCyS ofrece un sencillo truco terapéutico para jugar al Candy Crush Saga sin que este acabe jugando con nosotros: “Hay que tomárselo como un complemento, no como una prioridad. Es decir, no podemos fijarnos un objetivo y ponernos a estudiar o a trabajar cuando lo hayamos conseguido, sino al contrario: usarlo como entretenimiento, como premio después de haber terminado”.

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