Gobernación
Se suben los impuestos. En cambio se amnistía a los grandes defraudadores
El ‘caso Gürtel’, por el que al cabo de cinco años todavía no se ha condenado a nadie. El caso Bárcenas, individuo que trabajó para el PP durante un par de decenios y al que nadie de ese partido parece haber conocido nunca; sigue sin saberse de dónde sacó los cuarenta y tantos millones que guardaba en Suiza, de los cuales nada ha devuelto. Donaciones en negro, contabilidad B. Los dirigentes madrileños Ignacio y Botella, jamás votados por nadie. Sus predecesores, Aguirre y Gallardón, se comprometieron para cuatro años, pero de lo dicho no me acuerdo. Millones gastados en las tres candidaturas olímpicas de Madrid; tres veces, tres ridículos, tres fracasos. Concesiones y coba sin fin al turbio magnate Adelson para que instalara sus casinos en la región; aún quiso más facilidades y más adulación y se marchó: otro fracaso (para los políticos, no para la población). Las autopistas de peaje de la zona no las utiliza nadie, sus pérdidas las sufragaremos ahora los contribuyentes, un fracaso más. La faraónica Ciudad de la Justicia, abandonada a medio hacer, más millones para nada. El aeropuerto de Castellón, y el de Ciudad Real, sin un solo avión; el primero ofrece, en cambio, una monumental cabeza de su creador, Carlos Fabra. Este ex-Presidente de Diputación (largo tiempo) tiene juicios pendientes y en alguno ya ha sido condenado; levemente, faltaría más. Más millones a la basura de la TV Valenciana, suprimida ahora; más de TeleMadrid, tan mala y sumisa que ya no le quedan espectadores. TVE cada día más parcial e incompetente, sus telediarios un permanente y tendencioso desastre. Palacios de las Artes que se caen a pedazos o que carecen de función: apenas si se utilizan y costaron un dineral. Millares de urbanizaciones vacías, interrumpidas a medio construir; sólo entran los cacos para llevarse grifos, picaportes, lo que quede por allí. Campos de golf inútiles por los que se talaron bosques o se recalificaron terrenos, hasta en parajes de permanente frío invernal. El Algarrobico sigue en pie. Prórroga de setenta y cinco años a las edificaciones playeras declaradas ilegales por los tribunales, ninguna se demolerá. Todo el suelo es edificable, sin excepción, desde 1996. Podrán erigirse casas y hoteles a sólo veinte metros de la orilla del mar. Al responsable de esta medida se lo premia poniéndolo de cabeza de lista para las próximas elecciones europeas. Se planea una Ley de Seguridad Ciudadana que hasta los jueces ven inconstitucional. Se suben las tasas judiciales, de tal manera que sólo los adinerados podrán presentar recursos. Se suben las tasas universitarias, los más pobres tendrán difícil acceder a una educación superior. Se recortan las becas. Más del 50% de los jóvenes no ha tenido empleo ni lo va a tener (ya no serán jóvenes para cuando la situación mejore). Decenas de miles de ellos se ven obligados a emigrar. También se van los científicos e investigadores, tras habérseles recortado brutalmente los presupuestos. El CSIC está al borde de la ruina, a punto de echar el cierre. El teatro y el cine se mueren, en vista de lo cual se les aumenta el IVA hasta el 21%. Se suben los impuestos, después de prometer que se los iba a bajar. En cambio se amnistía a los grandes defraudadores. A los bancos se los salva con una riada de millones procedentes de los bolsillos de los españoles, a los que esos bancos, sin embargo, no conceden un crédito así los aspen; se les entrega el dinero de todos sin ponerles ni una condición. La gente estafada por las preferentes de esos mismos bancos jamás va a recuperar sus ahorros. Esos bancos se dedican a desahuciar, por incumplimiento, a centenares de miles de familias. Más o menos las mismas que tienen en el paro a todos sus miembros. España es el segundo país europeo con mayor porcentaje de desempleados, un 26%. También es el segundo en pobreza infantil. Las cinco regiones europeas con mayor tasa de paro son españolas; todas (luego vienen dos macedonias). Se han averiado cinco veces los aviones que transportan a la familia real. Siguen cerrando comercios. Siguen arruinándose librerías, apenas si se combate la piratería. La sanidad pública se deteriora; listas de espera más largas, menos camas, menos médicos, los medicamentos se han de “copagar”, es decir, pagar dos veces o tres. Ana Botella se baja el sueldo, mil y pico euros al año, se le queda en unos 100.000 pelados, deberíamos aprender. Aguirre estaciona en el carril bus, se asusta porque van a multarla los guardias, escapa en su coche derribando la moto de uno de ellos; tampoco a ella le alcanzaba su sueldo. Aumentan los accidentes de tráfico, ya no se reparan las carreteras ni nadie gasta en el taller. Se proyecta una Ley del Aborto que lo impedirá hasta en los casos de malformaciones graves del feto. Sin embargo, se recortan las ayudas a los “dependientes” y se renuncia a la justicia universal, así que se deja sueltos a narcotraficantes apresados en el mar: total, no se dirigían a España. Las pensiones de los jubilados pierden poder adquisitivo. Se pretende reinstaurar la cadena perpetua, y eso que, con menos delitos que en la mayoría de países europeos, nuestras cárceles están mucho más llenas. La Iglesia continúa sin pagar el IBI, y todavía se le permite registrar a su nombre la propiedad de lo que nunca fue de nadie; consecuentemente, no cesa de apropiarse de inmuebles, algo vedado a cualquier otra institución o particular. Descubrimos que en España hay diez mil políticos aforados –diez mil–, mientras que en Alemania no hay ni uno. Aunque los jueces hayan dictado condena, aquí el Gobierno otorga centenares de indultos al año, sin argumentar por qué. El Presidente del Gobierno y su prensa pregonan nuestra plena recuperación, económica y moral.
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