_
_
_
_
Crítica:Premio Nacional de Artes Plásticas 2011
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Elena Asins o la belleza del algoritmo

Estrella de Diego

Puede que sea verdad el proverbio de que nadie es profeta en su tierra. Desde luego, lo es en el caso de Elena Asins (Madrid, 1940). De toda su generación ha sido una de las últimas en obtener el reconocimiento público que merece por su carrera temprana, coherente, constante, polifacética; por su trabajo serio, desligado de las modas, si bien tal vez por este mismo motivo siempre innovador, destilando una inusitada contemporaneidad, una elegancia rara, de esas que pocas veces sobreviven incólumes al paso del tiempo.

Ahora -seguro que demasiados años después de lo que hubiera sido deseable- Elena Asins, a la que el Reina Sofía dedica una retrospectiva hasta el 31 de octubre, es profeta en su tierra y recibe, por fin, un galardón a su carrera, el Nacional de Artes Plásticas, que a estas alturas, imagino, no sorprende a nadie. A algunos no nos hacía falta este premio para valorar su trabajo desde hace tanto, más de 20 años, cuando en unas primeras investigaciones sobre poesía experimental en los años sesenta en España el nombre de Asins resplandecía entre los mejores de su generación.

De hecho, si hubiera que buscar un principio para el relato de esta artista refinada que ha trabajado en numerosos medios -desde el dibujo a la escultura, pasando por la poesía concreta o el vídeo-, sería preciso volver al Madrid aburrido y oprimido de finales de los sesenta, un momento en el cual en medio de la oscuridad resplandecía el Centro de Cálculo de la Universidad Complutense de Madrid. Un grupo de jóvenes investigadores y resistentes vanguardistas trataba de cambiar el mundo de través de algo que en ese momento era todavía un sueño: la computación. Allí, mejor que en ningún otro lugar, podían acercarse a la técnica y experimentar con novísimos materiales, soportes y un arte generativo. Las principales actividades se realizaron en los últimos años sesenta y primeros setenta y culminaron con una exposición del Goethe Institut. En el Centro de Cálculo era posible encontrar cierto asilo político para plantear cuestiones que la censura y la ignorancia no permitían en los lugares oficiales. Precisamente en 1969 se publicaba Ordenadores en el Arte. Generación automática de formas plásticas, en la que participaba Elena Asins y sus trabajos próximos a cierto geometrismo y hasta al concretismo. Desde ese momento en adelante, compaginando su vida retirada con estancias en prestigiosos centros de investigación como la Universidad de Columbia, Asins seguiría trabajando a partir de esas premisas, siendo una pionera en el arte por ordenador dentro y fuera de España, si se tiene en cuenta la fecha temprana en la cual empieza a trabajar con el medio.

Ahora, visto aquel experimento, recordada Asins en la profundidad de sus propuestas, queda patente la necesidad de volver a escribir una historia del arte español de la cual se han negado algunos de los momentos y los artistas más deslumbrantes, los que dejan claro que incluso en pequeños reductos, en medio de una situación a menudo semiclandestina, hubo entre nosotros intentos potentísimos de cambiar la realidad y adelantarse al tiempo. Con este premio se rescata también cierta parte negada de esa historia.

<i>Composición circular letrista</i> (1967-1969).
Composición circular letrista (1967-1969).
Hierro esmaltado, formado por 8 unidades de 24 x 24 x 24 cm c/u. 2002-2003. Colección de la artista.
Hierro esmaltado, formado por 8 unidades de 24 x 24 x 24 cm c/u. 2002-2003. Colección de la artista.JOAQUÍN CORTÉS / ROMÁN LORES

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_