"El cine lleva al público a un torbellino emocional"
Isabelle Huppert y Claire Denis se conocen "desde siempre", dice la actriz, o más concretamente desde finales de los setenta, cuando coincidieron en la película del desaparecido Jean-François Adam, Retour à la bien-aimée. La cineasta, autora entre otros de Chocolat y 35 Rhums, era entonces asistente de dirección. "La quiero mucho porque es como una estrella en este mundo del cine que no está siempre dispuesto a acoger a esas estrellas", dice Huppert (París, 1953), mientas toma un té en un hotel parisiense en el que acostumbra a recibir a la prensa. Desde entonces, las dos han seguido su carrera, sin perderse de vista y con la idea de trabajar juntas: "Éramos como dos hermanas que se observaban, pero que no acababan de acercarse, hasta que ocurrió".
"Una mujer en África' habla del poder de forma shakespeariana"
"No he visto aún mi nuevo filme con Haneke. Creo que será muy emotivo"
El resultado del ansiado encuentro entre estas dos grandes damas del cine francés es la potente película Una mujer en África, que se estrena mañana en España. Una tercera mujer se ha sumado a la aventura, la escritora francesa de padre senegalés Marie Ndiaye, premio Goncourt de 2009 por Tres mujeres fuertes (Acantilado), quien ha coescrito con Denis el guion.
En este drama Huppert da vida a María Vial, patrona de una plantación de café en un país africano, en un terreno que comparte con su hijo, su exmarido, interpretado por un sorprendente Christopher Lambert, y la nueva familia de este. La zona está al borde de la guerra civil, el Ejército francés empieza a repatriar a sus compatriotas y los trabajadores de la plantación huyen de la región. Pero ella se niega a abandonar su tierra y se propone resistir al menos hasta que termina la cosecha. "Es una película muy shakespeariana sobre el poder, sobre la violencia", resume Huppert.
El proyecto partió de la novela de Doris Lessing, Canta la hierba, que la actriz leyó hace unos años. "Es una novela extraordinaria que escribió cuando tenía 28 años y cuando la leí enseguida quise interpretarla", recuerda. "Pero Claire no quiso detenerse en esa heroína pasiva y negativa, sino que quiso transformar la historia en algo mucho más contemporáneo y tirar la problemática del lado de las novelas de Coetzee". El resultado es "una heroína mucho más activa, que intenta derribar las barreras del apartheid, el antagonismo entre los blancos y los negros, en vez de simplemente ser víctima... Aunque acaba siéndolo también".
Denis conoce bien el universo que describe. Aunque nació en París, creció en diferentes colonias francesas de África, como Burkina Faso y Camerún. "Ella sabe lo que es renunciar a una tierra", recalca Huppert. "Muestra toda una relación a la tierra, no como propiedad, sino como valor identitario, como algo que los define. Además, no quieren abandonar esa tierra porque la han trabajado físicamente", añade. "Retrata a personajes que piensan que han digerido el colonialismo puro y duro y que van a inventar una vida nueva, relaciones nuevas. Pero no..., no es tan fácil".
Aunque la historia remite a conflictos recurrentes de África, con elementos familiares como la omnipresencia de los niños soldado, las guerras civiles y la presencia del ejército francés, la película se desarrolla en un país y tiempo indeterminado. "Es algo voluntario para que no parezca un documental. El hecho de no nombrar las cosas ayuda a fabricar ficción y a desarrollar lo imaginario". De la misma forma, la cineasta rompe la cronología con saltos en el tiempo. "Más que un relato lineal, el cine es llevar al espectador por un torbellino mental".
Entre un acto de promoción y otro, Huppert -aunque dice que tampoco trabaja tanto- sigue multiplicando los proyectos, entre ellos su muy esperado reencuentro con Michael Haneke. Se trata de una película sobre una pareja mayor, de la que Huppert es hija, "que se encierra poco a poco el uno con el otro hasta ignorar totalmente al mundo exterior, mientras que uno se dirige hacia la muerte". El rodaje ya ha terminado pero la película sigue en posproducción. "Todavía no la he visto acabada, aunque creo que va a ser muy emotivo... Será eso, una forma de hablar de cómo se acerca la muerte como imaginamos que solo Haneke puede hacerlo".
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