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Reportaje:Sorpresa en el mundo del arte

De repente... Velázquez

'La educación de la Virgen', hallada en el sótano del museo de la Universidad de Yale - Los expertos sitúan la pintura en la etapa sevillana del autor de 'Las meninas'

La cuestión de la autoría y sus atribuciones en el mundo del arte no para de dar disgustos. A nadie se le escapa que las recurrentes revisiones científicas de los fondos de los museos están mermando de forma inesperada los tesoros de alguna que otra pinacoteca... Pero lo cierto es que el hallazgo de la obra La educación de la Virgen en los almacenes del museo de la Universidad de Yale constituye un bombazo en toda regla, tratándose de una pintura a la que algunos expertos de indudable prestigio ya han colocado el marchamo de Velázquez. Y más concretamente, de un velázquez perteneciente a la etapa sevillana del artista. A la espera de los pronunciamientos oficiales de la comunidad científica, La educación..., atribuida hasta ahora a un pintor indeterminado de la escuela española del XVII, tiene todas las papeletas para pasar a disfrutar de un cartel con el nombre del genio sevillano. Expertos consultados por este periódico ratificaban ayer el descubrimiento.

John Marciari, conservador del museo de San Diego, halló la obra
En su largo peregrinaje, la pintura ha sufrido importantes daños
El óleo no se restaurará hasta que los expertos avalen su autoría
Ahora llega el turno a las autoridades mundiales de dar su opinión
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"Hay otros 'velázquez' por descubrir"

John Marciari, conservador jefe de arte europeo del Museo de Bellas Artes de San Diego, es el autor de este hallazgo, del que dará cuenta pormenorizadamente en el próximo número de la revista Ars Magazine. En un detallado análisis del estilo, la técnica y la composición de la tabla, Marciari concluye que el óleo fue pintado durante los primeros años de la carrera del pintor, en torno a 1617, y que es el descubrimiento más significativo que se ha hecho sobre la obra del artista en el último siglo.

El tema del cuadro es el aprendizaje de lectura de la Virgen niña, pero el artista incluye -y este es uno de los grandes puntos de interés de esta obra- el tema del bodegón, en el que se consumaría como un genio. San Joaquín está al fondo. Arriba, los ángeles.

La educación de la Virgen se encuentra actualmente en el taller de restauración del museo de Yale, ya que en su largo peregrinaje desde mediados del XVII hasta hoy sufrió, sucesivamente, las inclemencias del agua, del fuego y de un almacenamiento a todas luces inadecuado. Marciari explica que faltan al menos 25 centímetros de la parte superior y una cantidad sin determinar de los bordes izquierdo e inferior. Hay zonas afectadas por una potente abrasión y en otras la capa de pintura ha desaparecido casi por completo, de manera que solo queda un fondo de color pardo.

Pero los trabajos de recuperación no podrán comenzar hasta que los expertos avalen la autoría de Velázquez, ya que, como suele ocurrir con el escenario de un crimen, el magnífico lienzo está lleno de pistas sobre su vida pasada.

En el trabajo de análisis del estilo, el experto en pintura española e italiana hace primero una relación de las similitudes de esta obra con El almuerzo, un cuadro de Velázquez que se encuentra en el museo del Hermitage y que está fechado en torno a 1617. Es una composición tabernaria en la que las figuras, texturas y colorido son muy similares. La forma en la que las figuras emergen de la oscuridad, con la proyección heterogénea de sombras que hacen destacar la luz de los objetos, se aproxima a la de La educación de la Virgen.

El tipo de soporte utilizado como lienzo es otra de las pruebas a las que alude Marciari, quien señala que es exactamente del mismo tipo que el usado en La Adoración de los Magos, La madre Jerónima de la Fuente, La imposición de la casulla a San Ildefonso o La cena en Emaús.

Marciari recuerda en su estudio que existe muy escasa documentación sobre las obras sevillanas de Velázquez. Está seguro de que la mayoría de sus primeras pinturas religiosas debieron de haberse realizado por encargo, aunque no se ha encontrado ningún contrato en relación con ellas. Sin embargo, el conservador cree más que probable que el convento carmelita de Santa Ana dedicara su altar mayor a La educación de la Virgen y que allí permaneciera hasta 1626, año en el que el edificio fue anegado por unas graves inundaciones. Las obras que se salvaron fueron almacenadas después en algún lugar seguro del convento y, de esta manera, se salvaron también de las desamortizaciones del siglo XIX. De cómo pasa la obra a manos privadas se sabe muy poco.

La hipótesis de Marciari señala 1925 como el año de llegada de la obra a Estados Unidos y alude a que el viaje lo hizo a bordo de un barco de la compañía naviera propiedad de Charles Townshend, cuyo destino habitual eran los países mediterráneos. En los archivos de Yale consta que los hermanos Henry y Raynham Townshend donaron a la Universidad "dos pinturas al óleo sobre lienzo, enmarcadas, españolas, del estilo de Murillo, de tema religioso". Una de estas dos obras podría ser La educación de la Virgen. Los marcos de ambas piezas eran americanos, pero parece demostrado que fueron una aportación de sus penúltimos propietarios.

El cuadro figura en el registro de Yale con el número 1.900.43. Los números precedidos con un 1.900 fueron colocados a muchas de las piezas que llegaron a los almacenes de forma desconocida. Los inventarios más recientes de los almacenes aportan la primera fotografía que se conoce del cuadro y tiene la fecha de 1946.

El tema de las autorías del arte está lleno de sorpresas y este no es el primer caso en el que el creador de Las meninas se ve afectado. Las últimas noticias que han concernido a Velázquez han sido buenas y malas. Se le descabalgó de la autoría de El soldado muerto, pero Retrato de un hombre, que durante décadas colgó en las paredes del Metropolitan como de la escuela de Velázquez, fue confirmado finalmente como obra directa del artista sevillano.

La revisión de la autoría apasiona de tal manera que la gran exposición del verano de la National Gallery de Londres está dedicada a señalar las obras que, dentro de su propia colección, eran falsas o estaban mal atribuidas. Maestros como Holbein, Botticelli o el propio Rembrandt se han visto afectados en la revisión.

La publicación de la investigación de Marciari dará pie a un período durante el que se oirá a expertos en todo el mundo. Hasta entonces, el Museo del Prado, máxima autoridad en un tema de esta envergadura, guardará oficialmente un prudente silencio.

La obra <i>La educación de la Virgen</i> descubierta en el sótano de la Universidad de Yale y atribuida a la etapa sevillana de Velázquez. La obra, que será restaurada debido a su estado de gran deterioro, plantea un debate de calado internacional sobre la autoría definitiva del lienzo (Fotografía, cortesía de <i>Ars Magazine</i>).
La obra La educación de la Virgen descubierta en el sótano de la Universidad de Yale y atribuida a la etapa sevillana de Velázquez. La obra, que será restaurada debido a su estado de gran deterioro, plantea un debate de calado internacional sobre la autoría definitiva del lienzo (Fotografía, cortesía de Ars Magazine).

Las pistas

- La educación de la Virgen

pertenece, de confirmarse la atribución,

a la etapa sevillana del pintor, centrada en obras religiosas.

- Durante décadas ha estado en el sótano del Museo de la Universidad de Yale.

- Pendiente de restauración, la parte superior ha perdido 25 centímetros de tela.

- La referencia más inmediata es El almuerzo, propiedad del Hermitage.

- Fue fotografiado por primera vez en 1946.

- Salió de Europa en un barco de la familia Townshend.

- Su confirmación por parte de los expertos revolucionaría los conocimientos sobre

los comienzos del pintor.

- El Museo del Prado tendrá la última palabra.

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